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La conjura del Estoril

Fue mera casualidad. Y la misma propició una decisión de último momento. La dirigencia del Partido del Trabajo sí había considerado asistir al cónclave en el restaurante Estoril, en la Colonia Polanco, del DF.

Sin embargo, tras haber confirmado su asistencia, unas horas antes de la cita entre representantes de las izquierdas electorales y el PAN, se retractó.

Desde hacía tiempo, la bancada petista en la Cámara de Diputados tenía una cita pendiente. Las constantes salidas de López Obrador habían impedido reunirse con él.

Cuando el pasado 31 de octubre, Reporte Indigo preguntó a Jesús Zambrano por qué no había acudido el petista Alberto Anaya, el líder del PRD reviró: “Eso no lo sé, tendrán que investigarlo ustedes”

Fue mera casualidad. Y la misma propició una decisión de último momento. La dirigencia del Partido del Trabajo sí había considerado asistir al cónclave en el restaurante Estoril, en la Colonia Polanco, del DF.

Sin embargo, tras haber confirmado su asistencia, unas horas antes de la cita entre representantes de las izquierdas electorales y el PAN, se retractó.

Desde hacía tiempo, la bancada petista en la Cámara de Diputados tenía una cita pendiente. Las constantes salidas de López Obrador habían impedido reunirse con él.

El objetivo era charlar sobre la importancia del rol de los legisladores para frenar las “contrarreformas neoliberales”. Refrendar las coincidencias y posturas.

Con anterioridad, al integrarse como fracción, los senadores del PT se habían reunido con el tabasqueño. Faltaba la aproximación a los diputados. Ésta al fin ocurrió el 30 de octubre. 

Esa noche todos los miembros de la bancada petista en San Lázaro acudieron a sus oficinas en la colonia Roma.

El tema sobre la reforma laboral fue obligado. Las consideraciones fundamentales que se pusieron sobre la mesa fueron: entender qué hay tras la insistencia en defender la democracia, la rendición de cuentas y la transparencia sindical cuando se dejan fuera dos puntos graves: el “outsourcing” y la contratación por horas.

“Los amuelan más”, se dijo. ¿Cómo avalar que el trabajador nunca consiga una jubilación y no pueda generar antigüedad?

También se pidió analizar qué beneficio quiere sacar el PAN de su reciente alianza con las izquierdas. 

A salvo los poderosos

La democracia y transparencia sindical no vale para los sindicatos más poderosos que inciden en la vida de este país, que “ya se blindaron”, según fuentes cercanas al encuentro”.

Después de estas evaluaciones, las fuentes coincidieron en que lo mejor sería congelar la iniciativa. Ganar tiempo, replantearla. Evitar que el PRI “se salga con la suya”. 

Entonces quedó claro que los petistas ya no llegarían a la comida, donde el PRD, PAN y Movimiento Ciudadano cerraron filas en torno a la transparencia, rendición de cuentas y la democracia sindical.

Hubo otro invitado que decidió no ir a ese cónclave. Manuel Bartlett, quien sí llegó por casualidad a la reunión de la casona amarilla perredista. El senador concluyó, al igual que el resto de los legisladores, que “no había que entrarle”.

No se vio ni a Dante Delgado ni a Ricardo Monreal. Tampoco se sabe por qué el equipo del coordinador de Movimiento Ciudadano decidió enviar al diputado Ricardo Mejía en su representación. 

Cuando el pasado 31 de octubre, tras el cónclave en Estoril, Reporte Indigo preguntó a Jesús Zambrano por qué no había acudido el petista Alberto Anaya, el líder del PRD reviró: “Eso no lo sé, tendrán que investigarlo ustedes”.

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