Inician ‘rounds’ en Cámara baja

El debate en torno a la reforma migratoria que el mes pasado fue aprobada en el Senado se reanuda esta semana en la Cámara de Representantes estadounidense. 

Ahí, la iniciativa de ley al sistema inmigratorio que pretende legalizar a más de 11 millones de indocumentados y contempla otorgarles la ciudadanía norteamericana, medirá fuerzas.

En la Cámara Baja la propuesta impulsada por el presidente Barack Obama enfrentará sus últimos “rounds” ante una mayoría republicana que lidera la facción del Tea Party, tradicionalmente opositora a legalizar inmigrantes. 

La iniciativa 
de ley al sistema inmigratorio pretende legalizar a más de 11 millones de indocumentados 

El debate en torno a la reforma migratoria que el mes pasado fue aprobada en el Senado se reanuda esta semana en la Cámara de Representantes estadounidense. 

Ahí, la iniciativa de ley al sistema inmigratorio que pretende legalizar a más de 11 millones de indocumentados y contempla otorgarles la ciudadanía norteamericana, medirá fuerzas.

En la Cámara Baja la propuesta impulsada por el presidente Barack Obama enfrentará sus últimos “rounds” ante una mayoría republicana que lidera la facción del Tea Party, tradicionalmente opositora a legalizar inmigrantes. 

A lo largo de este mes tendrán lugar diversas acciones de cabildeo a favor de la nueva legislación. Este miércoles hablará un republicano: George W. Bush. 

En el foro de inmigración, que se celebrará en Dallas, Texas, el expresidente defenderá las bondades de legalizar a los indocumentados y llevar adelante la reforma migratoria que fracasó en 2007 bajo su administración. 

Las críticas a la iniciativa que a cambio de expedir visas plantea instrumentar un ambicioso proyecto para reforzar la seguridad de la franja fronteriza entre México y Estados Unidos ya han iniciado.

Uno de los temas cuestionados se refiere al sustento económico para cristalizar el magno proyecto. Este lunes el diario Los Angeles Times informó que la inversión para la vigilancia fronteriza rondará los 46 mil millones de dólares: una inyección multimillonaria al Departamento de Seguridad Interior “en momentos en que la mayoría de las agencias federales sufren reducciones de presupuesto”.

Al respecto, Chris Rickerd, de la Unión de Libertades Civiles Estadounidenses, indicó que el proyecto de reforma contempla una vigilancia “irracional” en la frontera.

‘Arma de doble filo’

En México su debate pasa casi de largo.

Diversos expertos han señalado la lamentable actuación del Gobierno de México y consideran queda muy poco tiempo para lograr cabildear un asunto que podría quedar resuelto antes del 3 de agosto. Máximo en septiembre.

Así lo considera Iliana Rodríguez, doctora experta en temas internacionales por el Tecnológico de Monterrey.

Dice que es una pena se haya dado una interpretación más amplia del artículo 89. En él radica “la piedra angular de la política exterior” referente a la no intervención o la libre autodeterminación de los pueblos, pero “una interpretación más amplia sería defender nuestros propios intereses ante otras naciones y no hacer mutis de ello”.

Considera que cuando la Cancillería mexicana se replegó argumentando se trataba de un asunto de política interna de EU dejó de lado “el interés de los connacionales que residen en la Unión Americana, sea de forma ilegal o no. En ese sentido, nuestro país debió ser mucho más enérgico en la forma de negociar”.

Asegura que faltó capacidad reactiva para poder participar y que, ahora, poco se podrá hacer al respecto. 

Al menos, precisa, el gobierno deberá “elevar su voz para evitar que se violen derechos humanos contra los connacionales en la medida que prospere la imposición de la nueva seguridad en la franja fronteriza”.

Rodríguez define la reforma migratoria como “un arma de doble filo”. En lo positivo pretende regularizar a millones de personas que no cuentan con documentos legales pero en lo negativo concreta una afrenta para México por el trato de delincuente “al que la reforma migratoria está condicionada”.

La inversión multimillonaria para duplicar a los agentes y elevar el muro en la franja fronteriza constituye, en su opinión, una agresión al Estado mexicano. Y agrega:

“Hay que ver también cómo va a reaccionar la Secretaría de Gobernación respecto a la situación de los indocumentados que no logren transitar hacia Norteamérica, como un colador se irán quedando en México. Se generará un problema social”.

La especialista señala además que “nos estamos yendo con la finta de las generalidades respecto a que esta reforma migratoria les dará oportunidades a todas estas personas y es un error pensar eso”.

Apunta que la medida será casuística, es decir, se estudiará caso por caso y que la obtención de los visas no será inmediata pues habrá prioridades para asignarlas.

Es probable se ponga por delante a los “dreamers”, por ejemplo, y que a los jornaleros se les dé un trato distinto por la forma que entraron: muchos lo hicieron con una visa legal y con éstas vencidas se quedaron ahí, en un estatus de ilegalidad.

La entrega de visas será muy complicada y tendrá a cuestas el brutal reforzamiento de nuestra frontera norte.

El botín

La reforma migratoria es “un botín” que será capitalizada tanto por demócratas como republicanos rumbo a la presidencia en el siguiente periodo electoral y que favorecerá las campañas intermedias de los senadores que apoyaron la iniciativa. 

“El negocio se extiende a lo que supondrá construir el muro, la adquisición del equipo tecnológico, aviones teledirigidos y armas que se utilizarán en la frontera”, asegura Rodríguez.

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