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Inicia revolución Vs neocúpula

La neocúpula albiazul que domina el PAN de Nuevo León vive el cisma más grave de su historia.

Se trata de un rompimiento que reconfigurará el control que ostenta este grupo político con miras a las elecciones de 2015.

El liderazgo histórico de la Santísima Trinidad, ejercido por el triunvirato conformado por el senador Raúl Gracia, Zeferino Salgado y Fernando Larrazabal, por primera vez es desafiado abiertamente por un grupo de panistas que exigen espacios de participación dentro del PAN.

La neocúpula albiazul que domina el PAN de Nuevo León vive el cisma más grave de su historia.

Se trata de un rompimiento que reconfigurará el control que ostenta este grupo político con miras a las elecciones de 2015.

El liderazgo histórico de la Santísima Trinidad, ejercido por el triunvirato conformado por el senador Raúl Gracia, Zeferino Salgado y Fernando Larrazabal, por primera vez es desafiado abiertamente por un grupo de panistas que exigen espacios de participación dentro del PAN.

Este grupo se hace llamar la División del Norte y está integrado por quienes antes eran los operadores políticos de la neocúpula, pero que esta vez tienen capital político propio: votos de la militancia, principalmente en Monterrey.

La Asamblea Estatal del PAN, convocada para el próximo 5 de mayo, día en el que se elegirán los nuevos consejeros estatales, será la primera prueba que enfrentará esta nueva corriente albiazul.

La División del Norte –que toma el nombre del ejército de Pancho Villa- es encabezada por los panistas José Serrano Montoya e Iván Garza Téllez.

Los dos tienen influencia y poder en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN que lidera Gustavo Madero. 

Serrano Montoya colaboró con Madero en su campaña por la dirigencia nacional del albiazul, mientras que Garza Téllez se desempeñó hasta el año pasado como director del Registro Nacional de Miembros del CEN.

Los dos panistas han manejado un perfil bajo y han sido señalados por sus detractores porque supuestamente trabajaron para Juan José Rojas Cardona, propietario de los casinos del Grupo Palmas.

La División del Norte surge contra el liderazgo que ejerce la neocúpula del PAN de Nuevo León, pero principalmente contra el control total del senador Raúl Gracia y la rigidez de Zeferino Salgado, exalcalde de San Nicolás y exdirector de la SCT de Nuevo León.

Los panistas de la División del Norte se perfilarían para apoyar el proyecto político de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, quien ha surgido como un nuevo liderazgo dentro del PAN.

La designación de Arellanes fue apoyada por la Santísima Trinidad, encabezada por Larrazabal, Gracia y Salgado, sin embargo desde el inicio de la administración se han producido diferencias incluso hasta públicas.

Desde la alcaldía de Monterrey, Arellanes está construyendo su candidatura a la gubernatura de Nuevo León y la División del Norte será uno de los aliados políticos que tendrá la exdelegada de Sedesol.

En las pasadas elecciones estos panistas formaron parte de la estructura electoral que que se construyó de manera paralela a la del Comité Municipal del PAN en Monterrey.

Otro de los principales impulsores de este grupo es el actual regidor de Monterrey, Benancio Aguirre, un panista identificado como incondicional de la alcaldesa.

Aguirre está casado con Elizabeth Rosas, actual secretaria de Desarrollo Social de Monterrey y quien está siendo promovida para convertirse en posible sucesora de Arellanes para la Alcaldía en el 2015.

La estructura de la División del Norte principalmente está conformada por funcionarios municipales de Monterrey como son Rodolfo Yáñez, director de Recursos Humanos, y José David Gutiérrez, director de Servicios Públicos.

El contralor municipal, Gregorio Hurtado, también está identificado ya como parte de este nuevo grupo, junto con otros albiazules como José Alejandro Miller González, quien cobra en la Dirección de Cultura regia.

Panistas consultados por Reporte Indigo señalan que el surgimiento de la División del Norte dentro del PAN, no necesariamente significa un rompimiento con la neocúpula albiazul.

Lo que pretende este grupo es consolidarse como un nuevo jugador en la reconfiguración que vive el PAN de Nuevo León y concretar alianzas con otros grupos, incluyendo la Santísima Trinidad.

Los votos de la División del Norte principalmente están en el padrón panista de Monterrey, donde este grupo presume tener hasta mil militantes que serán decisivos en la próxima Asamblea Estatal que se celebrará para integrar el nuevo Consejo Estatal de ese partido.

También estos votos serán factor para la elección de los nuevos consejeros nacionales.

Sin embargo, la estructura electoral que presume la División del Norte no está probada en los procesos internos del albiazul y será la primera vez que estos panistas participen en una asamblea.

La mayoría de estos cuadros son vecinos de colonias populares de los distritos 1 y 2 de Monterrey, que son zonas consideradas bastiones del PRI y del Partido del Trabajo.

También tienen fuerza en la zona rural de Nuevo León, a través del capital político que construyó Arnoldo Ledezma, exsecretario general durante la presidencia del Comité Directivo que encabezó Sandra Pámanes.

Para los panistas identificados con la neocúpula, la División del Norte está integrada principalmente por albiazules “traidores” y “resentidos”.

Pero para los impulsores de esta corriente, de lo que se trata es conseguir los espacios políticos que les han sido negados por la actitud despótica de la neocúpula.

Iván Garza Téllez, uno de los promotores de la División del Norte, estaba incluido en las listas para ser designado candidato a diputado federal por el Distrito 6 de Monterrey.

También se le mencionó para ocupar una secretaría municipal de Monterrey, pero tampoco se concretó este nombramiento.

En los próximos meses posiblemente su suerte y la de la División del Norte podría cambiar, para bien o para mal.

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