Fidel, la herencia mexicana

La relación de México con Fidel Castro estuvo más allá del popular episodio “comes y te vas” y  de la salida del “Granma” del puerto de Tuxpan hacia Cuba para hacer la revolución cubana.

Durante años, el gobierno castrista y el mexicano se coordinaron para impulsar programas educativos, científicos y deportivos.

25
millones de pesos invirtió el Gobierno de Michoacán
Movida por superarse, Rosalba Guzmán obtuvo una maestría, da clases en la universidad y va por el doctorado
Michoacán fue uno de los estados que superó el rezago educativo en adultos, como efecto del programa Alfa-Tv

La relación de México con Fidel Castro estuvo más allá del popular episodio “comes y te vas” y  de la salida del “Granma” del puerto de Tuxpan hacia Cuba para hacer la revolución cubana.

Durante años, el gobierno castrista y el mexicano se coordinaron para impulsar programas educativos, científicos y deportivos.

Uno de los más populares fue el Alfa-Tv, mediante el cual Cuba envió maestros misioneros a diversas regiones de América Latina, y en México benefició a las comunidades  más marginadas, donde se logró reducir las tasas de analfabetismo hasta en un 20 por ciento en comunidades de Oaxaca y Michoacán.

Hoy el mundo llora a Fidel, pero miles de mexicanos lo recuerdan con gratitud. Son los mexicanos que salieron del analfabetismo gracias al programa Alfa-Tv, uno de las banderas sociales de exportación más importantes de la revolución socialista de Cuba, enarbolada por “El comandante”.

Hoy, gracias a la implementación de este programa  en México, más de 4 millones de personas, principalmente mujeres indígenas de las zonas más marginadas del país, pueden leer y escribir; casi una cuarta parte de esa población no se conformó solo con la erradicación del analfabetismo, sino que, posteriormente, cursó estudios de primaria y secundaria.

Pese a la polémica que en su momento ocasionó el programa, el que por sus resultados finalmente fue absorbido por el Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA), este fue reconocido como el instrumento más eficiente -en los últimos años- para combate al analfabetismo en los estados de San Luis Potosí, Nayarit, Tabasco, Veracruz, Guerrero, Estado de México, Distrito Federal y Oaxaca.

La administración perredista michoacana de Lázaro Cárdenas Batel, fue la que más enarboló el programa cubano de lectoescritura para adultos, como uno de sus mayores logros sociales, al poder disminuir, en un periodo de 6 años, en casi un 22 por ciento, el índice de analfabetismo en esa entidad.

El programa de alfabetización de Cuba en México nunca fue formalizado a nivel de jefes de estado, solo se llevó a nivel de convenios entre el gobierno de Cuba con la representación de algunos estados de la República Mexicana, lo que sirvió de pretexto para los detractores del mismo, al considerar que ese programa actuaba bajo políticas poco claras.

En su momento, la polémica de este programa social fue desatada por grupos opositores al sistema socialista de enseñanza, en donde los diputados locales panistas de Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Tabasco, criticaron severamente a las administraciones estatales encargadas de poner en marcha dicha acción.

La crítica de la derecha, que radicaba en la presencia de maestros cubanos en suelo mexicano, se
esgrimió bajo el argumento de que esos asesores educativos recibían “sumas millonarias y se les incorporara a puestos de gobierno”, como se acusó en Michoacán, estando imposibilitados para ello, por su calidad de extranjeros.

El programa de apoyo cubano, fue denostado desde su inicio, sin embargo, durante la aplicación del mismo, el INEA reconoció -en base a sus estadísticas- que el índice de analfabetismo, sobre todo en los estados en donde se aplicó, fue a la baja en forma considerable, al ubicar una disminución de alfabetismo entre un 11 y un 22 por ciento.

Entre los estados que mayor avance registraron, después de Michoacán, en cuanto a la superación del rezago educativo en adultos, como efecto del programa Alfa-Tv, se ubicó a Oaxaca, en donde los maestros cubanos lograron, en un lapso de tres años, un grupo alfabetizado que superó a las 242 mil personas.

Revolución extra fronteras

Entre los argumentos que se lanzaron contra el programa de alfabetización Alfa-Tv, que se comenzó a aplicar desde el 2002, desde grupos políticos identificados con el entonces presidente Vicente Fox Quezada, en todos los estados en donde se hizo presente la fuerza magisterial cubana, destacó siempre la preocupación del incubamiento de una revolución socialista en las zonas más pobres de México.

Pese a ello, de acuerdo a las cifras emitidas por los propios gobiernos estatales en su momento, el programa Alfa-Tv, que contó en su punto cumbre, a principios del 2009, con una fuerza magisterial de 2 mil 120 maestros cubanos en ocho estados del país, atendió a más de 4 millones de personas que no sabían leer ni escribir.

Dicha cifra cobra relevancia, si se considera que, de acuerdo a las propias cifras del INEA, hasta mediados del 2009, ese organismo, el oficial para atender el problema de analfabetismo en el país, atendía en todo el territorio nacional a una población que no llegaba a los 2 millones de adultos que pretendían remontar su condición de pobreza académica.

El programa Alfa-Tv fue impulsado en nuestro país, a instrucción del entonces presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, bajo la coordinación de Pedro Ramón Pino Estévez, cuando era representante en México del Ministerio de Educación de Cuba y primer secretario de la embajada de ese país en nuestra nación.

Pedro Ramón Pino Estévez, un pionero de la campaña alfabetizadora que se aplicó en Cuba a solo tres años del triunfo de la revolución socialista, hizo crecer la presencia del programa Alfa-Tv en nuestro país mediante su acercamiento con gobernadores simpatizantes del movimiento socialista cubano, dejando de lado la postura oficial sobre alfabetización del gobierno del panista Vicente Fox Quezada.

Los gobernadores que abrieron la posibilidad de disminuir el índice de analfabetismo, mediante el apoyo ofrecido por el gobierno de Cuba, fueron Marcelo de los Santos, de San Luis Potosí; Antonio Echeverría Domínguez, de Nayarit; Manuel Andrade Díaz, de Tabasco; Miguel Alemán Velasco, de Veracruz; Zeferino Torreblanca Galindo, de Guerrero; Arturo Montiel Rojas, del Estado de México; Lázaro Cárdenas Batel, de Michoacán y Andrés Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Solo en el estado de Nayarit, con la puesta en operación de Alfa-Tv, casi 260 mil adultos, en un lapso de tres años pudieron aprender a leer y escribir, la mayoría de ellos fueron adultos de las comunidades indígenas, que no habían tenido posibilidad de superar su rezago, ante las limitadas acciones en esa entidad por parte del Instituto Nacional de Educación para los Adultos.

Michoacán, la semilla

Pero de todos los gobernadores, que asumieron el programa de Alfa-Tv del gobierno cubano como instrumento para abatir el índice de alfabetismo, fue el de Michoacán, en el periodo de Lázaro Cárdenas Batel, el que mayor impulso le dio en suelo mexicano al proyecto alfabetizador de la revolución socialista de Fidel Castro.

Más allá de la ideología de izquierda, del que fuera gobernador de Michoacán y nieto del general Lázaro Cárdenas del Río, un factor que algunos analistas políticos consideran medular para el empuje del proyecto alfabetizador de Cuba, fue la participación de la señora Mayra Cofignni, esposa del Cárdenas Batel, y ciudadana cubana.

Ella fue la que, en su calidad de presidenta del voluntariado del sistema DIF en el estado, reconoció el grave problema de analfabetismo en el que se encontraban las mujeres michoacanas, las que, a mediados del 2002, ocupaban casi el 80 por ciento de la población que no sabían leer ni escribir en todo el estado, mismas que a nivel nacional representaban casi el 12 por ciento de la población analfabeta.

Eso hizo que el gobierno de Michoacán, fincara como principal programa educativo local, los trabajos para la erradicación del analfabetismo, estableciendo un convenio oficial con la República de Cuba para el envío de los primeros 200 maestros hacia mediados del 2003.

Solo en la primera etapa de esa iniciativa, se logró incorporar a una población inicial de 250 mil mujeres analfabetas, las que, a la vuelta de un año, ya sabían leer y escribir, incluso el 70 por ciento continuó con estudios de primaria dentro del INEA.

En los primeros dos años de operación del programa Alfa-Tv, el Gobierno de Michoacán desembolsó una inversión de 25 millones de pesos, un gasto tres veces mayor al ejecutado por el INEA en esa entidad, pero los resultados en alfabetización fueron notorios: en solo dos años de operación, los maestros cubanos lograron alfabetizar a un total de 542 mil personas adultas, casi el 67 por ciento de ellas, mujeres.

La cifra es notoriamente elevada en Michoacán, si se considera que, en Veracruz, otra de las entidades que adoptaron el modelo cubano de educación para los adultos, entre el 2004 y el 2006, la suma de adultos alfabetizados fue de 320 mil personas, en su mayoría mujeres con edades entre los 22 y los 35 años de edad.

Michoacán se transformó

Para algunos colaboradores del hoy exgobernador Lázaro Cárdenas Batel, como el que fuera su secretario de educación, el programa Alfa-Tv fue una de las muchas acciones que permitieron sacar a Michoacán del retraso social en el que se encontraba; con ese programa se pudo sacar a la entidad del nada honroso primer lugar en analfabetismo, para colocarlo cinco posiciones abajo.

Y es que, solo en el periodo en que se aplicó el programa Alfa-Tv, en las zonas marginadas de los 113 municipios del estado, se instalaron más de 200 centros de enseñanza para los adultos, donde los asesores cubanos, mediante el uso de técnicas pedagógicas avanzadas, redujeron el periodo de enseñanza de la lectura y la escritura a un promedio de entre tres y seis meses.

Al igual que sucedió en otras entidades, consideró el que fuera secretario de educación en el estado, Egberto Bedolla Becerril, en Michoacán, con el programa Alfa-Tv se logró un avance sin precedentes históricos, al permitir llevar formación académica en donde ni siquiera existían escuelas.

Uno de los municipios que mayor repunte en alfabetismo registró, fue el de Apatzingán, donde siete de cada 10 familiares se consideraban que se encontraban sin la posibilidad de educación para adultos; allí se establecieron centros de enseñanza en cada una de las 28 comunidades suburbanas y rurales marginadas registradas.

Bajo el lema “Yo Sí Puedo”, la administración del gobernador Lázaro Cárdenas Batel, con el apoyo del gobierno de Cuba, pudo izar la bandera blanca de derrota al analfabetismo en por lo menos 100 de los 113 municipios de todo el estado, situación que no se ha logrado a la fecha en ninguna otra entidad del país.

Un caso de éxito

Rosalba Guzmán Ayala es un caso de éxito del modelo cubano de formación tardía. Fue la necesidad de superación, sumado a la posibilidad ofrecida a su alcance, la que la empujó a estudiar; hoy tiene una maestría en comunicación corporativa y acaricia el sueño de hacer, en breve, un doctorado en ciencias docentes.

Ella ha sido reportera para diversos medios informativos con cobertura en los estados de Michoacán y Guanajuato. Actualmente, a sus menos de 40 años de edad, labora en el área de comunicación social del Gobierno municipal de La Piedad, pero su amor por el estudio es una de las más grandes pasiones que no deja que apaguen.

Por esa razón, dice que no se aleja ni un ápice de su sueño de alcanzar el máximo grado de estudios. Aunque en su trabajo le bastan los conocimientos que tiene sobre el tema de la comunicación, en lo personal siente la necesidad de seguir estudiando. No quiere dejar trunco el deseo de superación, que se le implantó cuando aprendió a leer y a escribir.

Con el Fidel en el corazón

Como parte de los programas de colaboración de la República de Cuba con el Estado de Michoacán, también resalta el convenio de formación de estudiantes de medicina de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), el que a la fecha ha aportado, en más de 10 años de convenio, cerca de 2 mil médicos especializados.

Israel Hernández Meza, es uno de esos médicos que también se formó en las aulas de la Universidad de la Habana, donde se especializó en Salud Pública, lo que le ha permitido incorporarse a la plantilla médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde ejerce lo aprendido del régimen socialista de la Habana.

Él se dice agradecido no solo del régimen socialista de Cuba, “sino también por la oportunidad otorgada por el comandante Fidel, a quien llevo en el corazón, no solo por el estadista que fue, sino por el hombre inmenso en que se convirtió al abrir las puertas de la educación cubana a los estudiantes de México, y particularmente de Michoacán”.

Actualmente, la Universidad de la Habana, dijo Israel Hernández, mantiene convenios de colaboración con una veintena de universidades de México.

“No solo para la formación de médicos especialistas, sino para capacitarlos en otras ciencias y disciplinas, como danza, ingeniería o artes plásticas, que no solo engrandecen la educación socialista, sino que enaltecen al hombre, como hermano del hombre”, señaló Hernández.

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