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¿Independientes…?

Lo que se planteó como una opción para que los ciudadanos arrebataran escaños a los partidos políticos, se esfumó en un par de años al abundar en Nuevo León quienes aspiran a candidaturas y cargan pasado y nexos partidistas

La intención de participar por una candidatura independiente para la elección electoral del 2018 arrancó en la Comisión Estatal Electoral con un desfile lleno de aspirantes que no pueden negar su pasado político y partidista.

El reto de estos posibles candidatos, si reúnen los requisitos, será borrar de la memoria de los nuevoleoneses que alguna vez pertenecieron a una organización política, aunque su historia marque todo lo contrario. Situación que podría complicarles ganar votos. 

Es el caso, por ejemplo, del expriista Daniel Torres; de Josefina Villarreal González, expanista; Miguel Treviño, ligado a Acción Nacional; la expriista María Teresa Martínez, suegra del gobernador Jaime Rodríguez, más los que se acumulen en los próximos días.

Entre ellos podría estar el expriista Aldo Fasci, quien buscaría la Alcaldía de Monterrey.

Todos abandonaron las filas partidistas por desacuerdos con sus líderes, para seguir activos en la política de Nuevo León al no ser tomados en cuenta por su organización.

Los refugiados

La marca independiente se ha convertido en el refugio de algunos exmilitantes de partidos, que incluso han sido llamados como traidores por los aún afiliados al PRI y PAN.

Lo irónico de convertirse en candidato independiente y abandonar su partido es que en algún momento ellos se beneficiaron del recurso público y de su organización.

Esta semana presentó su intención de participar como candidato independiente a la alcaldía de Guadalupe el diputado federal con licencia, Daniel Torres, quien obtuvo este puesto de elección popular en la pasada elección con el PRI.

Durante la entrega de la documentación de él y su planilla, aseguró que los colores del PRI quedaron en el pasado. Torres tendrá que reunir 7 mil 970 firmas para convertirse en candidato independiente.

Lo que empezó como una opción viable para la ciudadanía, con una leve esperanza de quitarle escaños a los partidos políticos, se esfumó en un par de años.

Basta recordar las pasadas elecciones en Coahuila y el Estado de México, en donde los candidatos sin partidos brillaron por su ausencia.

Aunque abandonaron su partido y se convirtieron en independientes, en algún momento se beneficiaron del recurso público y el peso de la organización

Hasta el momento, ningún nuevoleonés sin pasado partidista ha registrado su intención de buscar una candidatura independiente ante la Comisión Estatal Electoral.

Dejan cargos

Esta semana, por lo menos tres exfuncionarios presentaron en la Comisión Estatal Electoral su carta de intención de convertirse en candidato sin partido.

Entre ellos se encuentra María Teresa Martínez Galván, suegra del gobernador Jaime Rodríguez, quien pretende buscar la alcaldía de Santa Catarina.

“Doña Tere”, como es conocida en colonias populares de este municipio, fue lideresa del PRI y exregidora de este Ayuntamiento.

También Miguel Treviño pretende, por vía independiente, llegar al Municipio de San Pedro tras renunciar como jefe de la Oficina Ejecutiva del mandatario estatal.

Otro perfil es el de Josefina Villarreal, quien aspira a un puesto de elección popular en el municipio de San Nicolás; renunció al PAN en 2015 porque, dijo en ese entonces, este partido dejó de encabezar causas ciudadanas y ahora es formador de cotos de poder.

Deterioran la opción

El gobernador Jaime Rodríguez pasó de poner la marca independiente en el primer lugar, incluso aplaudida a nivel nacional, a convertirla en una opción deteriorada.

En menos de un año, “El Bronco” derrumbó la popularidad que lo llevó en convertirse en el primer gobernador independiente en Nuevo León. Hoy, muchos de los que lo eligieron están decepcionados.

El desamparo por el que atraviesa la propuesta de candidatura independiente tiene su epicentro en Nuevo León.

El mandatario estatal no ha podido afianzar su administración y sufre el desamor de un sector de la ciudadanía, que lo llevó a convertirse en el primer gobernador independiente en México.

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