Héctor Ferrer, el alumno del IPN que estuvo a punto de morir desangrado en el sismo

El joven que estuvo apunto de morir desangrado después del sismo del 19-S, ahora ha vuelto a UPIICSA a terminar sus estudios

Tocó la herida con la mano y sintió el dolor en carne viva, instantes después comenzó a perder sangre a consecuencia del vidrió que cayó directamente en uno de sus pulmones durante el sismo del pasado 19 de septiembre, así comienza la historia de Héctor Ferrer, el alumno del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que libró la muerte y esta semana por fin regresó a clases.

A las 13:14 horas, Héctor se encontraba en un edificio de la colonia Roma en una entrevista de trabajo, cuando comenzó a sentir que el piso se cimbraba y el edificio se movía de una lado a otro, “cual gelatina”, por lo que con calma se dispuso a desalojar el lugar.

“Con gran serenidad, el estudiante relata que bajó por las escalera de emergencia acompañado por personal de protección civil de la empresa. Logró descender hasta el estacionamiento por donde caminó algunos metro, protegiendo su cabeza con un pequeño maletín”, señaló el IPN en un comunicado.

Justo al salir del lugar, la fuerza del sismo hizo que uno de los vidrios del edificio cayera y se proyectara directamente el el pulmón del joven, quien está por terminar la carrera de Ingeniería en Informática en UPIICSA.

Alguien que lo vio caer al suelo le dio un suéter para que presionara la herida, pues cada segundo perdía más sangre. La gente alrededor lo colocó en un camilla, lo subió a un taxi y lo llevó al hospital. ¡No te duermas!, le gritaban a Héctor.

A dos calles se encontraba el hospital Ángeles Clínica Londres, donde lo atendieron en la sala de urgencias, que a la vez funcionó como quirófano. Los médicos lo operaron de inmediato, a pesar de que desconocían el estado de las instalaciones, días después le practicaron a una segunda cirugía.

Como todo organismo privado, el hospital solicitó un depósito de 50 mil pesos, situación que puso en jaque a los familiares del joven politécnico.

Pero las autoridades de la UPIICSA y de área central del IPN se hicieron cargo del caso para que la atención fuera gratuita, como lo dictaba el decreto recién emitido.

Al despertar, luego de permanecer sedado más de dos semanas en terapia intensiva, ajeno a la situación que se vivía en la ciudad, lo primero que preguntó Héctor Ferrer fue por su trámite para concluir su servicio social, lo que le preocupaba era terminar en tiempo y forma su preparación académica.

Ahora ya recuperado, Héctor regresó a la escuela a concluir su carrera, incluso ya se tomó la foto de generación con sus compañeros.

Además ya fue aceptado en el trabajo al que había acudido a la entrevista, con la promesa del dueño de la empresa de fungir como su mentor.

Héctor Ferrer Jiménez realizó su servicio social en la Coordinación Editorial de la UPIICSA, en donde al lado de Esmeralda Ángeles Mendoza y Juan Manuel Domínguez Tlapale desarrolló una aplicación para acceder desde un teléfono celular a la revista NOTIUPIICSA.

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