Granados, el diputado de Mancera

Aún no pasa la efervescencia electoral ni el sabor de triunfo de Miguel Ángel Mancera, cuando una nueva batalla se avecina, la disputa por el control de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

La curul más ambicionado es la que deja vacante Alejandra Barrales Magdaleno como presidenta de la Comisión de Gobierno y lo que ello implica, el control del recinto de Donceles.

No le molesta que lo asuman como “el diputado de Mancera”, al contrario, se dice orgulloso de pertenecer a ese equipo.
"Encabezar la comisión de gobierno será una oportunidad para expresar nuestras inquietudes, de expresar nuestros perfiles, y consensar ideas"
Manuel GranadosEx-coordinador de asesores de la PJDF

Aún no pasa la efervescencia electoral ni el sabor de triunfo de Miguel Ángel Mancera, cuando una nueva batalla se avecina, la disputa por el control de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

La curul más ambicionado es la que deja vacante Alejandra Barrales Magdaleno como presidenta de la Comisión de Gobierno y lo que ello implica, el control del recinto de Donceles.

Muchos de los recién electos diputados locales ya se mueven en busca de alcanzar esa aspiración, la decisión está en el terreno de los perredistas que son mayoría absoluta en la nueva conformación de las fuerzas políticas con al menos 31 diputados.

Reporte Indigo adelantó la pugna en su publicación “El curul en disputa”, del tres de mayo pasado y se adelantaban los  nombres de quienes podrían aspirar al cargo empujados por la fuerza de sus corrientes o grupos.

Hoy pese a la correlación de fuerzas, en donde el profesor René Bejarano es el principal actor fortalecido a través de la corriente IDN, el nombre de Manuel Granados Covarrubias, empieza a cobrar fuerza para ocupar la vacante que deja Alejandra Barrales.

El “diputado de Mancera”, como se le señala actualmente a Granados Covarrubias, es uno de los hombres de todas las confianzas del jefe de gobierno electo, Miguel Ángel Mancera Espinosa.

Fue casualmente Mancera quien decidió postularlo a una diputación para que fuera una de sus piezas clave en la construcción de acuerdos entre el poder legislativo y el ejecutivo.

Granados Covarrubias ganó el Distrito XVI de Iztacalco y pese a los señalamientos de ser el “delfín” del nuevo jefe de gobierno, el ex asesor de Mancera en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) sorprendió a propios y extraños al registrar una votación histórica para el PRD en esa región marcada por el sello de la corriente Unyr de Armando Quintero.

La ganó con amplio margen sobre sus opositores panistas y priistas.

En el Distrito XVI recogió el reclamo de la gente de esa región conformada por 33 colonias y 42 secciones electorales, que comprenden colonias como Pantitlán, Juventino Rosas, Ramós

Millán, Granjas México y los Chamizales, donde abunda el problema del narcomenudeo y falta de empleo.

Pero no se ha cruzado de brazos; luego de protagonizar una campaña en busca del voto, puerta por puerta, en una región en donde predominan los correligionarios de Quintero, el ahora diputado busca acuerdos para ganar la presidencia de la Comisión de Gobierno.

No la tiene fácil, tendrá que sortear a los hombres cercanos de René Bejarano y a los diputados afines al jefe de gobierno en funciones, Marcelo Ebrard Casaubón.

El abogado de profesión ya teje redes. Lo mismo se ha reunido con la senadora María de los Ángeles Moreno, quien suena para encabezar a la fracción del PRI en la ALDF, que con Federico Doring Casar, quien se menciona como el coordinador parlamentario del PAN.

Ambos políticos, que dejan el Senado de la República, son conscientes de que llegan a la ALDF en un panorama de mayoría perredista.

En entrevista con Reporte Índigo, Manuel Granados Covarrubias habla de cómo llegó hasta aquí, por qué aspira a la presidencia de la Comisión de Gobierno, la agenda que impulsará desde la ALDF y la nueva relación entre él como diputado y Miguel Ángel Mancera como jefe de gobierno.

Lo que a corto y mediano plazo se avizora es que Manuel Granados represente desde la ALDF al nuevo jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera como fuerza política en el Distrito Federal. Y es que el diputado es, visto desde esta óptica, la minoría dentro de la gran mayoría.

Él será el portavoz de esta imagen que arrasó en las urnas el pasado 1 de julio, la de un político fresco y ciudadano que enganchó a los capitalinos. Aquí se empieza a tejer la historia durante los próximos seis años y rumbo al 2018.

La relación DF y Federación

Lo que vive hoy el Sol Azteca es contradictorio.

Por un lado, la imagen de aplastante triunfo del PRD en el Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera y el carro lleno en 14 de las 16 delegaciones políticas, mayoría en la ALDF.

Por el otro, la incertidumbre que mantiene a Andrés Manuel López Obrador a un paso de los tribunales en franco pleito por la presidencial.

Cada vez es más evidente la cargada priista y la compra de votos en todo el territorio nacional, a través de la tarjeta Soriana, que puso al virtual presidente de México, Enrique Peña Nieto, en la delantera electoral.

Los nubarrones aún no se despejan y hacen factible repetir el retrato que hace seis años enfrentó Marcelo Ebrard Casaubón, una posición incómoda que lo obligó a confrontarse en una primera instancia con el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa, calificado como “espurio” por el perredismo. Lo que limitó sus relaciones.

Se le pregunta a Manuel Granados qué pasará si este escenario se repite y Miguel Ángel Mancera y ellos como diputados del PRD tienen que cuestionar la legitimidad de Enrique Peña.
Responde sin tapujos. Como abogado, “siempre le apostamos a la legalidad”.

Recuerda que Mancera “es el primer abogado que llegaría a la jefatura de gobierno en los gobiernos de izquierda”. De igual manera, “tu servidor también tiene una formación jurídica y académica muy amplia y en ese sentido nosotros  no podemos ir en contra de la legalidad”.

Por eso, el diputado opina que “este proceso finalmente tendrá que tener una conclusión y esperar a lo que las autoridades legales y judiciales determinen para validar este proceso”.
Lo deja claro, más allá de visiones partidistas, Mancera trabajará con quien asuma el poder, sin importar los colores y los cuestionamientos.

No le molesta que lo asuman como “el diputado de Mancera”, al contrario, se dice orgulloso de pertenecer a ese equipo, incluso, se asume como el puente entre el jefe de gobierno y el poder legislativo en la capital.

“Sin duda el jefe de gobierno electo requiere de una coordinación muy clara en la ALDF para los proyectos en beneficio de la ciudad.

“En ese sentido, yo creo que es como este servidor llega a ser postulado por consenso de todas las expresiones políticas, no fue un tema de negociación sino precisamente por esa coyuntura y esa necesidad de tener un enlace con el jefe de gobierno”.

Y desde la ALDF impulsará una agenda personal pero también de partido, dice, en beneficio de la ciudadanía en el Distrito Federal.

Una de las prioridades que marca desde ahora es la reforma política para la Ciudad de México, iniciativa que arrancó por idea del jefe de gobierno, Marcelo Ebrard.

“Tenemos que lograr la Constitución para la ciudad de México, que seamos reconocidos los capitalinos, que tomemos decisiones a través de nuestro congreso local y también se nos permita modificar la constitución federal en los casos que se requiera”, apuntó.

Reconoce que existe un importante rezago de leyes que no sacaron en la ALDF. Por eso buscará fundamentalmente la productividad, apostando al diálogo y a la construcción de acuerdos al interior del PRD, pero también con los partidos de la oposición.

El desarrollo económico, las cooperativas, la simplificación de trámites, el abasto de agua, el transporte púbico, entre otros serán los temas que marcarán la agenda con una visión

evidentemente metropolitana.

Y es que el Distrito Federal no puede dejar de estudiarse desde una perspectiva que tome en cuenta a las entidades vecinas con quienes comparte problemáticas comunes.

La vacante que deja Alejandra Barrales genera inquietud y muchos se apuntan como los candidatos a ocuparla.

Granados Covarrubias acepta abiertamente sus aspiraciones en torno a ese cargo.

“El tener la presidencia de la Comisión de Gobierno es un momento más de la vida parlamentaria. Yo creo que sí aspiro. Sin duda encabezar la comisión de gobierno será una oportunidad para expresar nuestras inquietudes, de expresar nuestros perfiles, y consensar ideas, cambiar aquellas iniciativas que no tienen beneficio para la ciudad por aquellas que sí dan beneficios a los habitantes de la ciudad”.

Sabe que en apuesta no está solo, que muchos otros de sus compañeros de partido fundamentalmente quieren ese mismo puesto. Por ello, llama a ponderar los perfiles de quienes se apunten.

“Creo que los y las compañeras que tenemos esa inquietud debemos de ponderar los perfiles, sobre todo que haya una coordinación clara con el titular del ejecutivo.

No sólo es un tema de aprovechamiento personal o ambición personal sino de sacar adelante los planteamientos que se han hecho”.

Se sabe en la mira, también se asume el más cercano de los diputados del nuevo jefe de gobierno. A su celular llegan constantemente mensajes de otros compañeros recién electos como diputados locales que le proponen reunirse para hablar de lo que sigue.

Luego de caminar más de 300 horas por calles de la delegación Iztacalco en busca del voto ciudadano, Granados Covarrubias sabe que está a punto de protagonizar uno de los episodios que marcarán el rumbo de la ciudad desde la ALDF.

El guión de la película que veremos en el 2018, empieza a escribirse.

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