Un aficionado del Atlas dio a conocer cómo fue que vivió los hechos violentos del sábado en el Estadio La Corregidora en Querétaro

“Golpeaban a matar, con toda la saña del mundo”, joven atlista relata cómo sucedió todo

En su publicación, Sebastian sugirió que fue una emboscada contra los atlistas y “no una riña entre porras” como algunos medios señalan

Un joven atlista dio a conocer cómo fue que vivió los hechos violentos del sábado en el Estadio La Corregidora en Querétaro.

El joven relató que desde el primer momento cuando comenzó el acceso al estadio la policía no le permitió ingresar nada, ni siquiera una sudadera. Aclaró que la revisión fue muy estricta para los aficionados del Atlas, en contraste con la que hubo para los gallos blancos.

Había muchísima policía para nosotros. No pudimos ingresar con nada. Ni cadenas, ni pulseras, ni bolsas, ni cinturones, nada, solo el celular y la cartera
SebastiánAtlista

Señaló que durante el primer tiempo transcurrió como cualquier otro partido de fútbol con cánticos y emoción, “era una fiesta”, dice.

Pero en el segundo tiempo, alrededor del minuto 15, aficionados del Querétaro comenzaron a perseguir a aficionados del Atlas en varias secciones del estadio.

“Vimos desde nuestra jaula como los de la barra del Querétaro corrían por los pasillos del estadio. De pronto estábamos rodeados por ambos lados, sin nada con qué protegernos. Desde arriba también nos rodearon, nos empezaron a lanzar botellas de vidrio. Las teníamos que esquivar, una le dio en la cara al que estaba a lado de mí”, señala.

Pese a todo el partido continuó, dijo; sin embargo, segundos después “alguien de fuera abrió a un costado nuestra jaula”, para que pudieran ingresar los aficionados del Querétaro.

“Unos huyeron a la salida. Nosotros no pudimos por los botellazos. El portero de Querétaro se acercó a tratar de calmar los ánimos. Ya era muy tarde. El partido se suspendió”, dijo.

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En su escrito, el aficionado identificado como Sebastian dijo que “las autoridades del estadio colaboraron” y que los aficionados queretanos “golpeaban a matar”.

“Tratamos de huir de los botellazos a la cancha pero ya nos rodeaban. Un grupo de atlistas se organizó y salió a repeler el ataque. Esa gente me salvó tal vez la vida a mi y a Bere. Fueron los únicos que defendieron al grupo atlista. Los de Querétaro tenían botellas, asientos y cintos. Nosotros nada. Había familias. En ese minuto que duró el repele pudimos huir a la cancha, después hubiera sido imposible. Pensamos que estábamos seguros, pero no, nos persiguieron. Al que se caía o era atrapado lo golpeaban entre varios. Los encueraban y les quitaban sus pertenencias. Golpeaban a matar con toda la saña del mundo. Sabían lo que hacían”, relata el joven atlista.

Alguien les ayudó. Alguien les abrió su jaula. Alguien los dejó cruzar todo el estadio para llegar a donde estábamos nosotros. Y mientras tanto la policía amedrentaba a los atlistas que pudieron escapar a los botellazos por la salida
SebastiánAficionado Atlas

También contó que algunos aficionados les prestaron ropa para que pudieran salir del estadio y los únicos que dieron la cara fueron personas del club Atlas.

“Aparentemente desalojaron el estadio y salimos cruzando la cancha entera. Aficionados del Querétaro esperaban sentados riéndose de nosotros. Había sangre, cinturones, vidrios rotos, lazos, palos, navajas y demás cosas con las que los queretanos nos golpearon. Nosotros ni nuestras sudaderas pudimos pasar, ellos tenían todo eso”, señala.

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