
Fracking añade estrés hídrico a Nuevo León
La práctica del fracking en territorio neoleonés, que significa un importante gasto de agua, añade dificultades a una entidad que durante dos años sufrió una grave sequía
Jesús PadillaNuevo León vivió dos años de un desabasto inédito de agua para consumo humano por la prolongada sequía en 2022 y parte del 2023, lo que obliga a la administración estatal a replantear nuevas formas de cuidado del líquido.
Sin embargo, este estado industrial cuenta con distritos potenciales para la fracturación hidráulica en busca de extraer recursos petroleros no convencionales, conocido como fracking.
Esto se convierte en una seria amenaza por el alto consumo de agua que se necesita para aplicar esta técnica, que no está prohibida por la legislación mexicana, por lo que en cualquier momento se pueden activar los pozos de la Cuenca de Burgos.
Comunidades como China, Los Ramones, Anáhuac y Melchor Ocampo se pueden aplicar la fractura hidráulica, pues en su subsuelo se puede extraer el gas shale bajo esta técnica.
🔴⚡️¿Por qué asesinaron al “El Popeyo?
Guadalupe Gutiérrez Treviño, de 59 años de edad, fue encontrado calcinado y con un disparo en la cabeza en el rancho de San José de la Popa, en Mina, Nuevo León, zona bajo presión por el fracking y asediada x el crimen organizado. pic.twitter.com/GnHhIDsvNW— César Cepeda (@cesarmty) October 23, 2024
En su momento, los habitantes de estos municipios enfrentaron importantes limitaciones en el abasto de agua de forma cotidiana, por lo que, si se aprobaran proyectos de extracción de hidrocarburos mediante fracking, no contarían con agua, pues la demanda superaría los niveles de disponibilidad.
Se estima que por cada nuevo pozo utilizando la técnica del fracking podría requerir hasta 40 mil pipas de agua de 10 mil litros.
“En los municipios de Anáhuac y Lampazos, ubicados al norte de Nuevo León, el despojo histórico de derechos de agua para riego agrícola ha limitado el acceso al recurso para consumo doméstico y otras actividades productivas. En la zona metropolitana de Monterrey, que depende de la cuenca del Río San Juan, el uso de agua para fracking podría comprometer aún más el abastecimiento.
De no prohibirse el #fracking en el país, @Pemex podría ocupar más de 47 millones de pipas de agua para extraer gas y petróleo.
Este consumo pone en grave riesgo hídrico a las regiones de extracción, como Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Veracruz.
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— No Fracking Mx (@NoFrackingMx) December 17, 2024
“Monterrey en el 2022, enfrentó una crisis de desabasto doméstico, que se agravaría si se asigna agua para fracking. La fracturación hidráulica exacerbaría la precariedad hídrica y los conflictos en estas regiones”, explicó Antonio Hernández, miembro de la Alianza Mexicana contra el Fracking.
En Nuevo León, la Cuenca de Burgos es la reserva más importante de gas natural del país, pues abarca 10 municipios y comprende 402 pozos.
Actualmente en este estado existen un millón 284 mil 400 hectáreas de territorio susceptibles al fracking, pero para este año aumentarán a 8 mil 99 hectáreas más en el municipio de Parás.
El riesgo de activarse
La asignación de recursos federales para la fracturación hidráulica en busca de extraer recursos petroleros no convencionales, conocido como fracking, abre la puerta para que se active esta técnica en Nuevo León.
El Presupuesto de Egresos de la federación tiene contemplado destinar un total de 2 mil 266 millones de pesos para proyectos de la Cuenca de Burgos, revela la organización Alianza contra el Fracking.
Se estima que se puede ascender a un total de mil 537 pozos para extraer recursos petroleros no convencionales, lo que significa que se requiere mucha agua para aplicar esta técnica.
Te compartimos un fragmento de la participación de @KarenFlo25 Directora General de la @Camimex_Oficial, dentro del ‘Foro estatal: Maíz transgénico, fracking, minería y agua’ en Nuevo León. pic.twitter.com/bhhYoRhn3D
— México Minero (@MexicoMineroOrg) April 11, 2024
Esta zona, ubicada al norte de Nuevo León, ha recibido recursos federales en los años 2022, 2023, 2024, y para el próximo año no es la excepción. En total, serán un total de 12 mil millones de pesos para los proyectos de fracturación hidráulica.
Reporte Índigo adelantó que en 2019 una petición de transparencia señala que los pobladores del Ejido Carrizo notaron que sus pozos domésticos se secaban tras la construcción de los pozos Tangram-1 y Nerita-1, pues la sequía se prolongaba de manera habitual.
“Y no era posible sembrar los distintos productos que solían cultivarse en la zona ni tampoco dar de beber a los animales”, se menciona en el documento.
También dice que el agua que se extrae de los pozos domésticos de El Carrizo, en el municipio Los Ramones, ya no puede consumirse.
La amenaza latente
Cada año, Nuevo León tiene la obligación de trasvasar agua de la presa El Cuchillo a la Marte R Gómez, de Tamaulipas, como parte de un convenio entre ambos estados desde 1996 para el Distrito de Riego 026.
En este año, las lluvias generadas por la tormenta Alberto llegaron para mantener un poco la tranquilidad, pues las tres presas de Nuevo León tienen volúmenes de almacenamiento de agua en su máxima capacidad.
Nuevo León tiene que enviar un total de 200 millones de metros cúbicos a Tamaulipas por este convenio cada año, y así ha sido por décadas.
Sin embargo, esto no deja de ser un lastre para este estado por el riesgo de que se pueda presentar otra sequía, que, combinado con la falta de una nueva fuente de agua, sigue siendo una amenaza latente de quedarse con poco líquido.