No hallan ADN en tinacos donde presuntamente fueron disueltos estudiantes de Jalisco

Luis Octavio Coterno Bernal, director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, precisó que sí se encontró material genético de dos de los muchachos en un charco de sangre y en un par de esposas

Luis Octavio Coterno Bernal, director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses señaló que no se han encontrado rastros genéticos de Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Ávalos, y Daniel Díaz, los tres estudiantes de cine presuntamente asesinados por el Cártel Jalisco Nueva Generación en una finca de Tonalá, en los tambos en los que presuntamente fueron disueltos sus cadáveres con ácido.

No obstante, el experto precisó que “un servidor en ningún momento he dicho que en la finca 3 donde se encontraron los tinacos no se hayan disuelto los cadáveres de las personas, como se ha asentado en las declaraciones de las dos personas detenidas”.

Las investigaciones de la Fiscalía de Jalisco indican que Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Ávalos, y Daniel Díaz, alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales, fueron secuestrados el 19 de marzo por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Las pesquisas indican que los jóvenes realizaban una tarea en una casa que era ocupada como casa de seguridad por un grupo rival del cártel señalado.

A los muchachos los habrían llevado a dos fincas en donde se les torturó y asesinó, para finalmente disolver sus cadáveres en ácido.

Ocho sujetos habrían participado en el homicidio; dos ya fueron detenidos y relataron los detalles del crimen.

“Lo que he dicho es que nosotros como instituto científico no hemos encontrado pruebas que nos permitan corrobora el ADN de los jóvenes de entre los residuos de esos contenedores”, agregó Cotero Bernal.

El funcionario precisó que en un charco de sangre en el suelo de la finca, y en un par de esposas, sí se halló material genético de los jóvenes Jesús Daniel y Marco; de Salomón no se han encontrado indicios al momento.

En opinión del especialista, los asesinos de los muchachos tuvieron toda la intención de desaparecer todas las pruebas del homicidio.

Para disolver los cuerpos se utilizó ácido sulfúrico a 98 por ciento de pureza.

Cotero comentó que incluso los dientes, las partes más resistentes a la sustancia, fueron destruidos por los homicidas: “En principio se metieron a un ácido de una alta pureza, muy fuerte, y al parecer según lo que dicen los declarantes, lo que quedó, que son los dientes, generalmente, los molieron y al parecer los tiraron al drenaje, por eso es que no quedó”.

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