Cifras contradicen informe de AMLO: feminicidios no han bajado; van en aumento

En las últimas décadas se ha conformado un contexto feminicida en México: investigadoras UAM

La violación, el acoso y el asesinato están arraigados culturalmente, pues pensamos que la biología femenina debe domesticarse, controlarse y, si es necesario, reprimirse, indicaron las académicas

Investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) afirmaron que la violencia contra las mujeres en México es estructural y en las últimas dos décadas ha conformado un contexto feminicida que limita la construcción de una sociedad igualitaria.

Señalaron que desde 1993, la Organización Mundial de la Salud estableció este fenómeno como un problema de salud pública y en 2013 volvió a señalarlo, debido a que ha venido adquiriendo proporciones epidémicas ya que alrededor de 37 por ciento de las mujeres en el orbe experimentaría agresiones –en relaciones de pareja o fuera de ellas– en algún momento de la vida.

La doctora Elsa Muñiz García, manifestó que la violación, el acoso y el asesinato tienen un lugar específico para ejercerse en la corporalidad, que “bajo las concepciones de la modernidad y los resabios judeocristianos de nuestras colectividades continúa siendo parte prescindible de la persona, pues pensamos en el cuerpo como esa parte biológica y natural identificada con lo femenino que debe domesticarse, controlarse y, si es necesario, reprimirse”.

En este sentido, la coordinadora de Extensión Universitaria de la Unidad Xochimilco sostuvo que existe una serie de actos arrebatados contra ellas que es performativa y produce subjetividades y, para entender en qué sentido la violencia es estructural, es preciso concebirla como productora de sujetos de género.

Por su parte, la doctora Raquel Güereca Torres, responsable de la Coordinación de Bienestar Universitario y Género de la Unidad Lerma, consideró que la intimidación está arraigada en la cultura y en las representaciones sobre el cuerpo femenino y las relaciones de poder en las que ese sector está inmerso.

Manifestó que en diciembre de 2019, el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia en la Mujer registró en el país 507 mil 353 casos, de los cuales en 341 mil 726 los agresores fueron varones; en 17,356 otras féminas, y en 96 mil 366 se desconoce.

Las entidades con el número más alto de reportes son el Estado de México, Jalisco, Quintana Roo, Michoacán, Hidalgo, San Luis Potosí, Chiapas, Nuevo León y Aguascalientes.

El Informe de Incidencia Delictiva en Contra de las Mujeres del Secretariado Ejecutivo Nacional del Sistema Nacional de Seguridad Pública –publicado el 31 de mayo de 2020– refiere 375 presuntos feminicidios; 1,233 homicidios dolosos; 23,460 lesiones dolosas; 6,132 lesiones culposas, y 6,612 violaciones, lo que comparado con el año pasado, significa un aumento de 53.4 por ciento en todas sus modalidades.

También fueron contabilizadas 108 mil 778 llamadas de emergencia al 911 por ataques, de los cuales 97 mil 132 perpetrados por las parejas y 290 mil 581 incidentes intrafamiliares, lo que se agudizó en los meses de marzo y abril. La doctora Güereca Torres alertó que existe poca confianza en los testimonios aportados desde las instituciones, además de que hay víctimas que no acuden a denunciar.

La doctora Iris Rocío Santillán Ramírez, adscrita al Departamento de Derecho de la Unidad Azcapotzalco, reconoció que los sucesos sufridos en los espacios familiar o social llegan a las instancias que deberían garantizar la protección, pero ellas “son revictimizadas, dando lugar a una violencia institucional, que no es más que el abono de la feminicida”.

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