Ellas son blanco de adicciones

Las adicciones no conocen de género, de edad ni de condición socioeconómica y en Jalisco el problema es cada vez más grande entre las mujeres. 

Sólo en la Unidad de Hospitalización del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de la Zona Centro Occidente había 15 camas en los dormitorios de mujeres. Hoy en el mismo sitio se cuenta con 30. 

Esto significa que para este año se han duplicado el número de casos de mujeres que atienden los CIJ en Jalisco. 

Y al llevar una vida de adicciones, los riesgos para las mujeres son mayores. 

“Pesa mucho el juicio de las personas (…) yo debía ser buena madre, y no lo fui”
MaríaTestimonio anónimo, ex adicta a la cocaína y el crack
“Desde pequeñas guardan una tristeza enmascarada en otros sentimientos que tarde o temprano terminan por consumir a la mujer orillándola a las drogas”
Azalia Moncada

Las adicciones no conocen de género, de edad ni de condición socioeconómica y en Jalisco el problema es cada vez más grande entre las mujeres. 

Sólo en la Unidad de Hospitalización del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de la Zona Centro Occidente había 15 camas en los dormitorios de mujeres. Hoy en el mismo sitio se cuenta con 30. 

Esto significa que para este año se han duplicado el número de casos de mujeres que atienden los CIJ en Jalisco. 

Y al llevar una vida de adicciones, los riesgos para las mujeres son mayores. 

Porque en el intento de conseguir los químicos pueden ser violentadas o en ocasiones se pueden ver forzadas a intercambiar su cuerpo por conseguir más droga. 

Además una mujer se enfrenta a una sociedad que le exige ser buena madre, trabajadora y físicamente atractiva, cueste lo que cueste. 

Expertos refieren que muchas veces las adicciones femeninas están ligadas a una depresión que no fue atendida en su momento en la infancia o adolescencia  y que sumada a esta demanda social, vuelve a las mujeres más vulnerables. 

Según la Encuesta Nacional de Adicciones la incidencia de las mujeres jaliscienses en el uso de drogas es del 3.2 por ciento, cifra superior a la media nacional que es de apenas 2.6. 

La encuesta escolar de adicciones del Consejo Estatal Contra las Adicciones de Jalisco aplicada en 2009 a 14 mil 218 alumnas de secundaria y preparatoria, detalla que el 15 por ciento de las consultadas ha consumido alguna vez en su vida algún tipo de droga.

Según la misma encuesta las drogas de preferencia para las jóvenes son los tranquilizantes con un  6.7 por ciento de incidencia, seguidos por los inhalables con un 4.4 por ciento. 

A su vez la preferencia sobre la mariguana fue de 3.9 y las anfetaminas de un 3.7 por ciento. 

Las cifras nacionales refieren que el consumo de estupefacientes en las mujeres se da a la par del consumo en hombres. Y si bien las cifras son imprecisas se sabe que de dos hombres adictos, hay una mujer consumidora.

Hace 10 años se decía que por cada seis hombres consumidores de estupefacientes había apenas una mujer.

En cuanto a la tendencia de consumo de drogas en las mujeres la Encuesta Nacional de Adicciones de 2008 refiere que de 1991 a 2009, la mariguana pasó de 0.3 por ciento de incidencia a 2.8 por ciento. 

También la cocaína incrementó de 0.1 por ciento a 1.2 por ciento,  mientras que el consumo de inhalables pasó de 1.5 a 2.9 por ciento de incidencia.

Según datos de la misma encuesta el 5.3 por ciento de la población jalisciense ha consumido drogas, lo que corresponde a unas 300 mil personas.

De acuerdo con las cifras del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones en Jalisco 9 de cada 10 personas adictas se iniciaron en las drogas antes de los 19 años 

En el contexto de guerra contra narcotráfico, las drogas ahora son más diversas, de más fácil acceso y el consumo inicial cada vez se da en edades más cortas. 

Por lo que no causa sorpresa que el narcotráfico también haya encontrado en las mujeres un nicho de mercado creciente. 

Los riesgos de ser mujer y adicta

Sin importar su edad ni condición social, madres, hijas y abuelas son vulnerables a caer en las adicciones. 

Dos mujeres con problemas de adicción fueron consultadas por Reporte Indigo y refieren que el hecho de ser mujeres, incidió de manera clara en su problema de adicción.

A sus 50 años, María –como pidió que se le llamara– recuerda que tras la ruptura de una relación de matrimonio de 16 años, el consumo desmedido de alcohol le alejó de sus hijas.

Al poco tiempo y con una depresión absoluta, la cocaína le permitía desenvolverse en espacios de convivencia, “yo siempre fui muy tímida y bajo el efecto de la droga me fui sintiendo mejor”, explica.

Pero el consumo fue en ascenso, las dosis se duplicaron. 

María pasó de vivir en casa propia a estar en las calles, en otra ciudad con gente desconocida y con una dependencia  total a la piedra base.

Entrevistada en la clínica en donde por segunda ocasión se encuentra, María refiere que no son fáciles las recaídas. Precisa que en realidad no es sencillo pedir ayuda: “pesa mucho el juicio de las personas (…) yo debía ser buena madre, y no lo fui”.

Con tres hijas que rondan los 15 y 18 años, María teme que las drogas también las afecten. 

“Ya hay más variedad y es más sencillo conseguirlas, me da miedo porque ellas son muy jóvenes”.

Además, el consumo en las mujeres conlleva a una segunda vulneración, y es que en el intento de conseguir los químicos, las mujeres se exponen a otros peligros. 

El intercambio de droga a cambio de sexo, coloca a las adicciones en  mujeres en un foco rojo por el riesgo de contagiarse de alguna enfermedad o tener un embarazo no deseado, según lo explica Lucía, otra entrevistada que pidió que su nombre no apareciera.

“No es lo mismo los hombres comprando drogas en la calle que las mujeres, no es lo mismo a la hora del trato; los hombres siempre buscan algo a cambio de, aunque tú traigas el dinero para comprarlo”.

Lucía cuenta que desde sus 15 años tuvo contacto con las drogas: alcohol y cigarro seguido de pastillas antidepresivas, mariguana, piedra y cocaína. Considera que las nuevas generaciones están sobreexpuestas al mundo de las drogas.

“Creo que en la actualidad hay más acceso a la drogas que antes, hoy es más fácil conseguir la droga por que ya la encuentras en cualquier parte”.

El estigma social las acosa a la hora de pedir ayuda pues antes de tomar una determinación de sanarse, pesan los juicios existentes sobre el papel de la mujer.

Lucía refiere que la atención en las mujeres es más complicada pues antes de decidirse a  iniciar un programa de rehabilitación el proceso de asumirse como adicta es muy tortuoso.  “Uno cree que lo puede controlar”.

Por su parte, la doctora Azalia Moncada directora de la Unidad de Hospitalización del CIJ de la Zona Centro Occidente considera que el fondo de la adicción que presentan las mujeres se debe en gran medida a una profunda depresión. 

Por tal motivo ninguna mujer está exenta

“Desde pequeñas guardan una tristeza enmascarada en otros sentimientos que tarde o temprano terminan por consumir a la mujer orillándola a las drogas”.

Las adicciones se catapultan aún más cuando las mujeres son agredidas en casa: “cuando existe agresiones sexuales en la familia, el refugio obligado son las drogas”.

La directora del centro de rehabilitación refiere que el sector femenino se torna más complicado a la hora de la rehabilitación pues la condición femenina encasilla a las mujeres adictas en “malas madres” y “malas mujeres”

El alcohol y el cigarro siguen siendo la puerta de entrada al mundo de las adicciones. 

La variedad de reactivos químicos se agrupan en tres edades en específico: muchas jóvenes mayores de 15 años y menores de 25, que inician en el alcohol en poco tiempo ya son adictas a los inhalantes, mariguana y metanfetaminas.

Las mujeres que rondan los 30 y hasta los 50 años se adentraron más en el mundo de las drogas cuando el consumo pasó de la mariguana a la cocaína. 

En este sector también se utilizan indiscriminadamente las pastillas -tipo anfetaminas- que ayudan a reducir peso.

En mujeres que superan los 51 años la adicción es aún más silenciosa y se da sobre todo con el consumo de pastillas ansiolíticas y antidepresivas.

Prevención sin presupuesto

El combate a las adiciones no es prioritario para la Secretaría de Salud Jalisco que destina apenas el 0.9 por ciento de su presupuesto.

El total de los recursos de dicha dependencia es aproximadamente de 8 mil 118 millones de pesos. De dicho monto 74 millones 549 mil 204 pesos se destinan a la prevención y atención de adicciones.

Para acción de prevención se cuenta con 23 millones, 49 mil pesos, mientras que para centros de atención de adicciones el presupuesto es de 50 millones 170 mil 911 pesos.