2017, sucesión a la vista

Las elecciones del 2017 no serán simples procesos locales. Significan la batalla más importante de los partidos justo antes de la sucesión presidencial. El proceso electoral del próximo año está cargado de simbolismos.

 

10,500
millones de personas están registradas como votantes en el Edomex
La pelea en este estado se encuentra principalmente entre el PRI, que ha tenido el poder ininterrumpidamente y el PAN, que busca ser la alternacia
Tanto el PAN como el PRD ya aprobaron en sus consejos estatales que podrán competir en alianza con otros partidos
Aunque ‘Layín’ ha aparecido en fotos acompañado de ‘El Bronco’, éste ha negado que lo apoye como candidato independiente 
https://youtu.be/hO71WhTMo-s

Las elecciones del 2017 no serán simples procesos locales. Significan la batalla más importante de los partidos justo antes de la sucesión presidencial. El proceso electoral del próximo año está cargado de simbolismos.

 

Del triunfo o la derrota en el 2017, dependerá no sólo ganar o perder gubernaturas, sino que se trata de un termómetro directo sobre las preferencias electorales y un momento para preparar el terreno del 2018.

 

El 4 de junio del 2017 habrá elecciones para elegir nuevo gobernador en el Estado de México, 

Coahuila y Nayarit; en estos dos últimos también se elegirá alcalde y miembros del Congreso local. 

 

En Veracruz se votará sólo para renovar los ayuntamientos.

 

En Coahuila y el Estado de México nunca ha habido alternancia; ahí el PRI ha gobernado desde hace 90 años. En Nayarit sólo una vez ha gobernado el PAN.

 

Quienes ganen las elecciones en esos tres estados gobernarán al 17 por ciento de la población, alrededor de 20 millones de personas.

 

De las tres entidades, la elección en el Estado de México es la más significativa.

 

No sólo se trata de la entidad de donde es originario el presidente Enrique Peña Nieto, sino es el estado que concentra la mayor cantidad de votantes, por lo que es una muestra de lo que podría ocurrir a nivel nacional el siguiente año.

 

La batalla por conquistar el territorio mexiquense será crucial. El simbolismo que tendría para la oposición ganar el que es considerado el estado más priista del país, sería la joya de la corona para el PAN o el PRD… o para ambos.

 

Para el PRI es crítico mantener el poder en el Estado de México; no hacerlo pondría en crisis al tricolor justo antes de la gran elección.

 

En Coahuila, la oposición ve una oportunidad no sólo de la alternancia, sino de poner punto final a una dinastía que ha permanecido en el poder desde el 2005.

 

Los partidos no estarán totalmente concentrados en estas elecciones. Pasarán esta aduana inmersos en la definición de las reglas del juego para la sucesión presidencial y, en algunos casos, en medio de pugnas internas.

 

El 2017 será el año previo a la gran batalla electoral de la sucesión. Será la aduana determinante del 2018.

 

Edomex: la madre de todas las batallas

 

No sólo se trata del estado con más presupuesto de todo el país: tan sólo en gasto federalizado, el Estado de México recibió 155 mil millones de pesos en 2016, un 9.5 por ciento del total nacional.

 

Recibe incluso más recursos que la Ciudad de México, que este año tuvo un gasto federalizado de 132 mil millones de pesos.

 

Tampoco es que se trate de la entidad con el mayor número de votantes en el país, con más de 10 millones 500 mil personas, lo que representa el 14.6 por ciento de la lista nominal nacional.

 

En el Estado de México cada una de las fuerzas políticas se juega algo muy particular.

 

Para el PRI, ganar la entidad mexiquense es una cuestión de honor. Se trata de la tierra del presidente Enrique Peña Nieto y de varios de sus colaboradores; es donde se asienta el Grupo Atlacomulco, uno de los de mayor influencia en el priismo nacional –y al que pertenece el primer mandatario-.

 

La elección mexiquense será una evaluación no sólo al gobierno de Eruviel Ávila, sino al del presidente Peña Nieto.

 

Es considerado el estado más priista del país donde, sobre todo en las zonas rurales, la gente vota por el PRI por tradición familiar. Perder esa entidad sería una tragedia simbólica para el tricolor, justo un año antes de la sucesión presidencial.

 

Dentro del PRI los candidatos abundan. Está, por un lado, Alfredo del Mazo, diputado federal y primo del presidente Enrique Peña Nieto y a quien se le negó la candidatura hace seis años, cuando se eligió a Eruviel Ávila para evitar que se convirtiera en abanderado de la oposición.

 

Aspiran también José Manzur, actual secretario de Gobierno mexiquense; Carlos Iriarte, presidente del PRI en la entidad; Alfonso Navarrete Prida, secretario federal del Trabajo; Indalecio Ríos, alcalde de Ecatepec; Ana Lilia Herrera, secretaria de Educación estatal, y Carolina Monroy, diputada federal y también prima de Peña Nieto.

 

Para el PAN, ganar en tierras mexiquenses sería la consolidación de su racha de triunfos que comenzó este año y un escenario previo de lo que podría ser su regreso a la Presidencia de la República.

 

Y si para alguien dentro del albiazul tendrá importancia será para Ricardo Anaya, el líder nacional del PAN quien, de ganar, tendría una firme plataforma para buscar la candidatura presidencial de su partido.

 

El blanquiazul tiene una mayor influencia en los municipios conurbados de la zona norte y poniente de la Ciudad de México, como Naucalpan o Huixquilucan.

 

En el PAN ya también hay aspirantes, aunque algunos no han hablado públicamente sobre sus 

intenciones, como Josefina Vázquez Mota, la excandidata presidencial del albiazul.

 

Otro es José Luis Durán Reveles, exalcalde de Naucalpan, que ya levantó la mano.

 

El anhelo perredista

 

El PRD también anhela conquistar la entidad, aunque su área de influencia se encuentre principalmente en los municipios del oriente de la Ciudad de México, como Nezahualcóyotl o Valle de Chalco.

 

Los aspirantes perredistas a la gubernatura son Juan Manuel Zepeda y Javier Salinas Narváez, ambos diputados locales.

 

Sin embargo, tanto el PAN como el PRD saben que no podrán contra la maquinaria electoral del PRI en la entidad, por lo que ya trabajan en la construcción de una alianza con miras a crear también un gobierno de coalición.

 

Ambos partidos ya aprobaron en sus consejos estatales que podrán competir en alianza con otros partidos; ahora, las negociaciones se desarrollan desde los comités nacionales.

 

El posible conflicto de esa alianza se ubicaría en quién sea el candidato que la abandere. Mientras algunos mencionan a Vázquez Mota como la mejor opción, otros se inclinan hacia un candidato ciudadano cobijado por ambos partidos. Se habla, por ejemplo, del empresario Alejandro Martí.

 

Por otra parte, Morena intentará aumentar su presencia en la entidad. Actualmente sólo gobierna el municipio de Texcoco.

 

Delfina Gómez, su “promotora de la soberanía nacional”, ya recorre la entidad en busca de apoyos para el partido de Andrés Manuel López Obrador.

 

En tierras mexiquenses la batalla más importante del 2017 ya comenzó y aunque sólo se elegirá al nuevo gobernador o gobernadora, será la más cruenta del sexenio.

 

Coahuila, ¿fin de una dinastía?

 

En Coahuila la lucha electoral se ha centrado en dos principales actores: el PRI, que busca conservar el poder que nunca ha perdido en la entidad; y el PAN, que quiere ser el factor de alternancia.

 

En ese estado jamás han tenido un gobierno dividido. Desde la fundación del tricolor, el gobernador y el Congreso siempre han sido priistas.

 

Sin embargo, los escándalos suscitados en el sexenio del gobernador Humberto Moreira, hermano del actual mandatario Rubén Moreira, minaron el apoyo que el tricolor tenía en la entidad.

 

Coahuila ha sido declarada prioridad para el panismo nacional, que ha tomado los desaciertos de los gobernadores priistas como bandera política.

 

Durante el sexenio pasado, Humberto Moreira mantuvo un férreo control del gobierno de la entidad, que cimentó en el apoyo que le brindó la exlideresa magisterial, Elba Esther Gordillo.

 

Unas semanas después de que pidió licencia como gobernador de su entidad, en enero del 2011, para postularse como presidente nacional del PRI, comenzaron a circular las versiones del crecimiento exponencial de la deuda estatal.

 

En julio del 2011 su hermano Rubén ganó las elecciones a la gubernatura.

 

Meses más tarde, el escándalo en la contratación de deuda, hizo que Humberto Moreira renunciara a la presidencia del PRI dos días antes de que su hermano Rubén tomara posesión como gobernador, en diciembre del 2011.

 

Entre los aspirantes del PRI se encuentran Miguel Ángel Riquelme, alcalde de Torreón; y Armando Luna Canales, diputado federal y exsecretario de Gobierno tanto con Humberto como con Rubén Moreira, quien ha dicho que sí quiere, pero no es su tiempo.

 

Para el PAN, ganar la elección en Coahuila representa no solo un triunfo de la alternancia, sino una oportunidad para que Ricardo Anaya consolide su liderazgo al frente de su partido y hacia el 2018.

 

Entre los panistas que ya expresaron su deseo de ser candidatos están los senadores Luis Fernando Salazar y Silvia Garza; así como el exdiputado Guillermo Anaya Llamas; e Isidro López Villarreal, alcalde de Saltillo.

 

El PAN estatal aprobó hace unos días la posibilidad de ir en alianza con otras fuerzas políticas, por lo que no se descarta que compita junto al PRD u otros partidos estatales.

 

En Coahuila votarán alrededor de un millón 905 mil personas.

 

Elegirán al nuevo gobernador; a los titulares de los 38 ayuntamientos; y a 25 diputados locales.

 

Nayarit: Layín a la carga

 

Aunque es uno de los estados más pequeños del país, con apenas 753 mil personas en su listado nominal, el de Nayarit promete ser uno de los procesos electorales más coloridos del 2017.

 

La entidad podría dar la sorpresa y estrenarse con un gobernador independiente: el célebre Hilario Ramírez Villanueva, conocido como “Layín”.

 

En ese estado se elegirá al nuevo gobernador; 20 nuevos alcaldes y 30 nuevos diputados del Congreso local.

 

En esa entidad sólo una vez ha ganado el PAN las elecciones a gobernador, en el sexenio de Antonio Echavarría, de 1999 a 2005; de ahí en fuera, siempre ha gobernado el PRI.

 

Eso es algo que a Ramírez Villanueva le gustaría cambiar.

 

“Layín” cobró fama cuando en 2014, en su campaña para ser alcalde del municipio de San Blas por segunda vez, afirmó que “sí robó, pero poquito” en su primer término como presidente municipal.

 

Aun así, Ramírez Villanueva ganó la elección y se convirtió en el primer candidato independiente en conquistar un cargo público en la entidad.

 

A partir de entonces sus actividades fueron seguidas de cerca por los medios de comunicación. 

 

Levantó la falda a una mujer en un baile; organizó una fiesta por su cumpleaños regalando miles de cervezas y llevando a la banda El Recodo; lanzó billetes en una celebración patronal.

 

Todo ello le ha hecho ganar la simpatía de la gente, que lo vitorea a donde va.

 

Ahora, la nueva conquista de “Layín” será la gubernatura, a la que planea llegar como candidato independiente.

 

En abril de este año, Ramírez Villanueva apareció en varias fotografías acompañado de Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, pues habían coincidido en un evento en la entidad.

 

Sin embargo, “El Bronco” negó que él apoye a “Layín” como candidato independiente a la gubernatura de Nayarit.

 

En los partidos políticos ya se empiezan a perfilar las candidaturas para el siguiente año.

 

Por el PRI, el candidato más fuerte es Manuel Cota, líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC).

 

El PAN, al igual que en las otras dos entidades con elecciones, ha aprobado la posibilidad de ir en alianza en la elección, por lo que no se descarta que compita junto al PRD.

 

Entre los aspirantes del albiazul están Leopoldo Domínguez, alcalde de Tepic; y Antonio Echavarría García, hijo del único gobernador panista de la entidad.

 

Veracruz, ¿seguirá la alianza?

 

Los veracruzanos acudirán a las urnas el próximo año para elegir solamente a los 212 ayuntamientos y lo harán a los pocos meses de que haya entrado el gobierno de la alternancia, con Miguel Ángel Yunes cobijado por la alianza PAN-PRD.

 

Aunque tanto en el PAN como en el PRD estatales se han pronunciado por mantener su alianza electoral en el 2017, lo cierto es que el reparto de las candidaturas podría ser la manzana de la discordia.

 

A ello se suma la intención de Morena de consolidar aún más su avance en tierras veracruzanas, donde tuvo un crecimiento en la elección de este año.

 

En 2015, el partido de Andrés Manuel López Obrador se convirtió en la segunda fuerza política de esa entidad, desplazando al PRI hasta el tercer lugar. Su candidato a gobernador, Cuitláhuac García, quedó en segundo lugar apenas con 50 mil votos de diferencia de la coalición PAN-PRD.

 

El PRI ocupó el tercer lugar y se espera que continúe así en las elecciones de junio próximo.

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