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El renacimiento de las autodefensas

A menos de 10 días de la salida de Michoacán del comisionado Alfredo Castillo, el gobernador  Salvador Jara ya echó abajo el único logro que presumía: el desarme de los grupos de autodefensas.

El mandatario estatal habló de la necesidad de un pacto con los grupos de civiles que siguen armados en su lucha contra Los Templarios.

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autodefensas aún patrullan en los municipios de Michoacán
El jefe de Los Caballeros Templarios dijo que el grupo G250 está formado por delincuentes peores que él
"(…) yo tengo que tomar mis medidas, yo tengo que hacerme a un ladito y cuidarme. Dios los bendiga a todos"
Servando Gómez Martínez

A menos de 10 días de la salida de Michoacán del comisionado Alfredo Castillo, el gobernador  Salvador Jara ya echó abajo el único logro que presumía: el desarme de los grupos de autodefensas.

El mandatario estatal habló de la necesidad de un pacto con los grupos de civiles que siguen armados en su lucha contra Los Templarios.

Jara consideró que retomaría las alianzas con aquellos ciudadanos y fundadores de las extintas autodefensas y ahora elementos de la Fuerza Rural con el interés de mantener y recuperar el control total de la seguridad, la paz y el desarrollo de las comunidades de varias regiones de esta entidad federativa.

La Federación, a través de Castillo, había insistido en señalar que los grupos de autodefensas en Michoacán se habían disuelto con la entrada en operaciones de la Fuerza Rural Estatal, la policía acreditable de Michoacán formada a propuesta del Gobierno Federal. 

El encarcelamiento del fundador José Manuel Mireles se dio bajo el argumento de la inexistencia de autodefensas. Los civiles que portaban armas eran delincuentes, expuso en su momento el secretario de Gobernación.

Sin embargo, se calcula que a la fecha hay más de 10 mil autodefensas en todos los municipios de las regiones de Tierra Caliente, Costa, Sierra Nahua, Poniente, Ciénaga y Meseta Purépecha, que comprende casi el 70 por ciento del territorio estatal.

La mayoría de esos grupos, que optaron por no incorporarse a la Policía Estatal, son leales al doctor Mireles, quien continúa preso en una cárcel federal en Sonora, en medio de un proceso empantanado. 

Recuperar las alianzas con los ciudadanos que se levantaron en armas el pasado 24 de febrero del 2013 porque el crimen organizado se empezó a meter con las mujeres e hijas, y por los delitos cometidos, que son producto de inseguridad,  es uno de los objetivos del actual mandatario estatal.

“En estos grupos hay mucha gente de bien que tuvo que armarse para defenderse a ellos y a sus familias y sus propiedades”, dijo el exrector.

Tras la intención del gobernador para buscar el pacto con los grupos de autodefensa leales a Mireles, el general Felipe Gurrola Ramírez, no ha manifestado ninguna postura.

Solo se ha observado que las Fuerzas Federales – que la semana pasada comenzaron a ir sobre los grupos de autodefensa- han retornado a sus bases de operación. 

No se han registrado nuevas detenciones, aun cuando los civiles armados alzados contra el narco siguen manteniendo en su control barricadas y puestos de paso en diversos caminos y carreteras del sur del estado.

Detención y liberación de un líder

El pasado fin de semana en Parácuaro, la población salió a las calles para reprochar la detención del jefe del movimiento civil armado en la zona, Federico Villegas García, quien fue apresado por Fuerzas Federales.

Las manifestaciones de inconformidad por la detención de Federico Villegas, mejor conocido como “El Comandante Lico”, terminó por hacer recular a la Federación, que finalmente decidió no seguir el proceso penal Federal por delitos graves, como portación ilegal de armas de uso exclusivo del Ejército.

A Villegas García se le acusó por el delito de posesión de objetos robados, ya que la camioneta que utilizaba como patrulla, tenía reporte. 

Fue dejado en libertad.

El gobernador Jara explicó que la liberación del exlíder de autodefensas en la tenencia de Antúnez, municipio de Parácuaro,  fue porque el delito no es considerado grave, por lo que  tuvo derecho a pagar fianza y salir en libertad. 

Negó que se haya pactado su liberación a cambio de que se levantara el bloqueo de las carreteras de Tierra Caliente durante el pasado jueves.

Acto de buena fe

Tras la liberación del comandante de los grupos de autodefensa de Antúnez, el Gobierno Federal suspendió la operación que había iniciado dos días antes para lograr la captura de todos los civiles armados.

Esa decisión apunta a ser un golpe de timón propiciado por el gobierno estatal, desde donde esta semana se podría anunciar una mesa de diálogo con los autodefensas que siguen en guerra contra el crimen organizado. 

Los grupos de autodefensa que se mantienen leales al doctor Mireles se encuentran en condiciones de dialogar con la Federación y el mando estatal.

La intención es llegar a un acuerdo que permita la movilización de todos los civiles armados que sean reconocidos por el Consejo General. 

Esta sería la primera ocasión en que los grupos de autodefensa se dicen dispuestos a la negociación con el gobierno estatal y federal, tras la salida del comisionado Alfredo Castillo, con quien se suspendieron los diálogos tras la declaración oficial que daba por desintegrado el movimiento de las policías comunitarias.

Sin condiciones para el desarme

De acuerdo a la versión de Salvador Jara, quien habló el pasado fin de semana para la cadena CNN, en Michoacán no existen las condiciones necesarias para que los que integran las autodefensas depongan las armas. 

El estado de violencia generalizado en el sur de la entidad pondría en riesgo a los civiles que se alzaron contra el crimen organizado.

El gobernador se refirió a la “tensa calma” como principal factor para que las autodefensas no dejen las armas. 

Además, abonó, la gente en la zona de Apatzingán ha estado siempre armada.

Durante la entrevista Jara trató de defender el trabajo del que fuera el comisionado del Gobierno Federal para la paz y desarrollo de Michoacán, al exponer que en los últimos meses los delitos de alto impacto como secuestro, homicidio y extorsión habían disminuido en forma considerable. 

Pero en lo medular desacreditó la labor de la federación durante un año y seis días de intervención directa.

La última de ‘La Tuta’

Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, apareció de nueva cuenta en un audio que fue subido el pasado fin de semana desde una cuenta de Facebook. 

En ese material, que dura 6 minutos con 43 segundos, “La Tuta” asegura que esa será su última declaración pública. El jefe de Los Caballeros Templarios rompió el silencio para decir que el grupo G250, el que integró en su momento el comisionado Alfredo Castillo con elementos de elite, es un grupo formado “por delincuentes peores que yo”.

Gómez Martínez lamenta los conflictos que se han generado entre los grupos de autodefensas de Hipólito Mora y Luis Antonio Torres, “El Americano”, los dos presos en una cárcel de Morelia acusados de ser responsables de las 11 muertes resultantes de un enfrentamiento entre ellos a finales del año pasado.

Allí mismo, desmiente la versión de que tiene con un pacto de inmunidad con la Federación, a cambio de una cifra indeterminada de dinero. 

“La Tuta” asegura que no tiene acercamiento con ninguna autoridad Federal y que el único interés que el Ejército pudiera tener sobre su persona, sería su detención.

El líder de Los Caballeros Templarios habla de algunos conflictos personales que mantiene con integrantes de la Policía Fuerza Rural, los que asegura que pertenecen a grupos delincuenciales.

También se dice arrepentido de haber encabezado al cártel y haber estado a las órdenes de Nazario Moreno Gonzalez, “El Chayo”. 

“No tengo nada más que decirles, primeramente Dios es el último audio que saco, y no vuelvo a sacar ningún audio, y no por miedo ni porque me vayan agarrar o me vayan matar, porque yo tengo que tomar mis medidas, yo tengo que hacerme a un ladito y cuidarme. Dios los bendiga a todos”, concluye.

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