El nuevo rostro de la Corte

Con la designación de Yasmín Esquivel como integrante de la Suprema Corte, el máximo tribunal será mayoritariamente conservador. Solo dos de los 11 ministros se consideran abiertamente liberales, por lo que temas como la interrupción legal del embarazo o la legalización de la mariguana podrían frenarse en el Poder Judicial

La elección de Yasmín Esquivel como nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación acabó por esculpir el nuevo rostro del máximo tribunal del país.

De los 11 ministros que componen el máximo tribunal, solo 2 de ellos son abiertamente liberales, lo que convierte a la Corte en un órgano mayoritariamente conservador.

Así, la SCJN se encamina a terminar con una época de decisiones progresistas como las que se tomaron en los últimos años, que incluyeron avances en derechos humanos y capacidad para delimitar a los otros poderes

Esto, sin contar que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha ganado influencia al interior de la Corte.

A partir de ahora, el equilibrio de la SCJN ha cambiado; será cuestión de meses para que se revele la nueva inclinación del máximo tribunal y si la llegada de Yasmín Esquivel, calificada como una mujer ultraconservadora, endurecerá más las decisiones de la Corte.

Nuevo desequilibrio

El discurso que diferencia a “liberales” y “conservadores”, que puso de moda nuevamente el presidente Andrés Manuel López Obrador, tendrá vigencia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por primera vez en más de dos décadas, la SCJN tendrá una mayoría de ministros de corte conservador, lo que moverá la tendencia del máximo tribunal.

Para Sergio Méndez Silva, coordinador de Litigio Estratégico de la organización Justicia ProPersona, la llegada de Yasmín Esquivel al máximo tribunal es “una desgracia”, pues llega a la Corte una persona ultraconservadora en su postura ideológica, lo que frenará el avance garantista que venía mostrando la SCJN.

“Ante ese conservadurismo, ya el tema del conflicto de interés se vuelve menor. Así de grave está la situación. Me parece que el sector ultraconservador de la Corte se fortalece con esta ministra, porque ella llega con una postura ideológica que ni siquiera los ministros conservadores, formalistas, mantienen ya.

“Y estoy hablando sobre temas como la interrupción del embarazo, los derechos de las personas LGBTTTI; entonces, el conservadurismo ideológico se instala de nuevo en la Suprema Corte”, expuso Méndez Silva en entrevista.

El jurista señaló que Esquivel tiene una postura no garantista además de formalista lo que, sumado a su conservadurismo, la vuelve una ministra contraria a lo que el espíritu de la Constitución Política señala sobre el máximo tribunal de justicia del país.

Se dice que los ministros son conservadores, no garantistas, porque a lo largo de su labor han apoyado posturas más autoritarias en materia penal, por ejemplo; que se han opuesto abiertamente a la aplicación de tratados internacionales para emitir su juicio; que han sido renuentes a fortalecer el juicio de amparo; que no están de acuerdo con una mayor participación de la sociedad civil; además de una postura contra derechos emancipatorios, como la interrupción del embarazo, el uso lúdico de la mariguana o el matrimonio igualitario, explicó Méndez Silva.

Ahora, los ministros abiertamente garantistas y liberales de la Corte son solo dos: su presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena

En ocasiones, Norma Lucía Piña Hernández y Juan Luis González Alcántara Carrancá —que acaba de entrar a la SCJN hace poco más de dos meses— también han tenido destellos garantistas, pero no siempre, lo que no permite diferenciarlos claramente del sector conservador.

Esto deja a 7 de los 11 ministros (Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Fernando Franco González Salas, Alberto Pérez Dayán, Eduardo Medina Mora, Javier Laynez Potisek y Yasmín Esquivel Mossa) en una postura claramente conservadora, lo que indudablemente inclinará la balanza hacia la derecha.

El verdadero impacto de esta conformación, consideró Méndez Silva, se verá en el trabajo de la Primera Sala (encargada de resolver asuntos en materias civil y penal) y el de la Segunda Sala (que ve casos en materias administrativa y laboral), pues es ahí donde se concentra gran parte de la labor de la Corte.

Ambas salas están conformadas por 5 ministros. En la Primera está Gutiérrez Ortiz Mena como único abiertamente garantista, con posibilidad de ser apoyado por Piña Hernández y González Alcántara Carrancá. En la Segunda todos los votos son conservadores.

Avalarán medidas de AMLO

La inclinación conservadora de la Corte hará que, de forma natural, el máximo tribunal apoye los asuntos que se defiendan desde Palacio Nacional sin necesidad de que el presidente Andrés Manuel López Obrador busque influir en los ministros.

Sergio Méndez Silva manifestó que siempre y cuando el primer mandatario no asuste a los ministros con una posible intervención del gobierno federal en el Poder Judicial, los propios miembros de la SCJN seguirán su tendencia de apoyar decisiones autoritarias.

“Si el presidente tiene el cuidado de no meterse con el Poder Judicial, de una forma absolutamente natural, una Corte conservadora va a avalar decisiones de corte centralizadoras del poder, como las que tiene López Obrador.

“Mientras no espante a la Corte y a los conservadores, el presidente no va a tener problemas en pasar temas de discusión que son claramente propios de un gobierno cuyas acciones iniciales implican concentrar el poder”, indicó el abogado

Méndez Silva recordó que dos semanas antes de que López Obrador rindiera protesta, la SCJN declaró inválida la Ley de Seguridad Interior, cosa que no hubiera ocurrido si el entonces presidente electo y su partido no hubieran comenzado una andanada de ataques contra el Poder Judicial.

“El de la Ley de Seguridad Interior fue un voto de miedo de los ministros. Intentaron hacer valer su posición de independencia y pusieron un alto a una decisión del Ejecutivo —aunque todavía era del gobierno de (Enrique) Peña Nieto—, previendo lo que venía con López Obrador.

“Esa decisión de rechazar la Ley de Seguridad Interior no hubiera pasado en una Corte con las características actuales, en condiciones normales; fue un voto de miedo de los ministros.

“Ahora, si López Obrador decide dejar en paz al Poder Judicial, los ministros actuarán de acuerdo a su tendencia natural, que es apoyar las decisiones con visos de autoritarismo, por su propia inclinación conservadora”, insistió el jurista.

Méndez Silva destacó que esto termina con un máximo tribunal que ya era garantista y velaba por los derechos emancipatorios para todos los mexicanos.