La Ciudad de México cuenta con el índice de envejecimiento más alto del país: 90 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años. Foto: Especial

El México viejo que viene, con mala salud y economía

La preservación de una buena salud nos ayudará a enfrentar una vejez con dignidad en un contexto en el que se vislumbra un incremento en el número de personas mayores de 60 años

En pocos años México tendrá una población anciana y menos jóvenes, lo cual incidirá en problemas para la atención de ciertas enfermedades, es por ello que tenemos que cuidar nuestra salud previendo este trágico escenario, advierte Rodrigo Cruz, director médico de Belmont Village.

Los datos del INEGI refieren que la Ciudad de México cuenta con el índice de envejecimiento más alto del país (90 adultos mayores por cada 100 niñas y niños con menos de 15 años). Estos datos permiten apreciar los cambios derivados del proceso de envejecimiento que ponen de manifiesto demandas sociales diferentes, respecto a sociedades menos envejecidas.

“El envejecimiento se vuelve una situación que atender porque se estima que dentro de 20 o 30 años vamos a tener el doble de personas mayores de 60 años y aún no tenemos las condiciones para cuidar a una población que está envejeciendo aunque tenga tal vez mayor esperanza de vida, está desarrollando mayor carga de enfermedad y discapacidad, que requieren de apoyo de un tercero como un cuidador para poder atender la dependencia”, explica el médico geriatra Rodrigo Cruz.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el INEGI, en su edición del segundo trimestre de 2022 refiere que el total de la población mayor de 60 años suma 17.9 millones de personas, que es el 14 por ciento del total de la población mexicana que supera los 130 millones de habitantes.

De este universo, de acuerdo con el mismo estudio, la mitad (49 por ciento) de las personas que están económicamente activas trabajan por su propia cuenta.

Escenario poco alentador

De acuerdo con el médico geriatra Rodrigo Cruz, este escenario es irreversible y no sólo en México sino en diferentes países en los que se hablará de una buena parte de la población de más de 60 años.

“Ya es algo inminente, esto es un problema global, no es nada más de nuestro país. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó a la década entre 2021 y 2030 como la década por el envejecimiento saludable y se están lanzando distintas propuestas y paquetes de recursos para los diferentes países para que empiecen a prepararse para este aumento importante en la cantidad de personas mayores que habrá en los próximos años”, explica el médico.

La población que actualmente goza de buena salud y está joven, tiene que prepararse para llegar a la última etapa de su vida y pueda realizar actividades. Es común que las personas tengan la idea de que una vez jubilados hay que descansar, cuando en realidad las personas tienen que seguir activas, ya sea con asuntos de entretenimiento o de trabajo.

Considera que las políticas públicas en México van tarde para la atención de cuidados de largo plazo para las personas adultas mayores.

Buena salud, la meta

El médico geriatra Rodrigo Cruz, director médico de Belmont Village Santa Fe, recomienda a las personas jóvenes y con buena salud que tomen en cuenta que las complicaciones en el futuro derivan de enfermedades cardiovasculares.

Afirma que es muy importante hacer ejercicio para efecto de tener un mejor capital de salud en la última etapa de la vida.

“Hay que enfocarse en medidas preventivas respecto a la salud, el mayor riesgo que genera discapacidad física en las personas mayores es el sedentarismo. El sedentarismo por muchos años provoca que haya disminución en la fuerza muscular y esto determina que las personas vayan caminando con mayor dificultad y esto tiene luego una serie de complicaciones en el futuro que terminan con alguna discapacidad para hacer actividades básicas de manera autónoma”, explica el especialista.

La importancia de la economía

El aspecto económico también es de suma importancia para enfrentar la vejez de manera digna.

“Una de las principales recomendaciones será mantenerse con actividad física y otra de las recomendaciones naturalmente es pensar en que, si estamos viviendo cada vez más, tener los recursos invertidos en algún fondo para el retiro porque cada vez es más difícil acceder a los beneficios que antes se obtenían de la Seguridad Social o incluso una pensión en la jubilación que pueda solventar esto”, expone el especialista.

“Las principales causas incluso de mortalidad actualmente son de origen cardiovascular, esto es hipertensión arterial y sus complicaciones como infarto al corazón, infarto cerebral, que causan discapacidad. La diabetes mellitus, que si no está bien atendida puede causar ceguera, problemas vasculares de movilidad o renales, que también generan discapacidad”, explica.

Cuidando la salud mental

Además, también hay que tomar en cuenta los problemas como las enfermedades mentales.

En nuestro país, aproximadamente un millón 300 mil personas padecen alzheimer, cifra que representa entre 60 y 70 por ciento de los diagnósticos de demencia y afecta con mayor frecuencia a las personas mayores de 65 años.

El aspecto económico también es de suma importancia para enfrentar la vejez de manera digna. Foto: Especial

“Asociado con el envejecimiento, alguno de los factores de riesgo para desarrollar algún tipo de demencia son precisamente el descontrol de las enfermedades cardiovasculares, vemos que todo esto es una continuidad de cuestiones preventivas y que derivan en discapacidad en el futuro”, apunta.

Las personas tienen que procurar desde jóvenes tener un envejecimiento saludable y esto significa que las personas continúen desempeñando actividades importantes para ellos.

Considera que de las condiciones para evitar una enfermedad son 40 por ciento relacionadas con hábitos como la alimentación y el resto a condiciones como la herencia y nuestra propia biología.

“Alrededor del 40 por ciento son potencialmente modificables y son hábitos de vida, educación, nivel socioeconómico, y el control o la prevención de enfermedades crónicas. El otro 60 por ciento lo traemos en la sangre. Eso sí no lo podemos evitar”, apunta.

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