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El horno no está para PAN

El coordinador de la bancanda del PAN, Ricardo Anaya, quiere la dirigencia del partido, la exprimera dama, Margarita Zavala, quiere la presidencia del país, y Gustavo Madero, líder nacional de los blanquiazules, quiere unidad.

Pero al menos en política, querer no siempre es poder.

En los últimos días el ambiente al interior de esta organización se está calentando, al grado de comenzar un incendio.

Todo apunta a que las corrientes políticas en Acción Nacional vieron una “ventana de oportunidad” para ganar espacios y se manifestaron de diversas formas.

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diputados federales tiene el PAN en la actual Legislatura
"Yo quiero un PAN fresco, moderno, renovado, con visión de futuro. Yo quiero unir al PAN. Sin rencor, sin resentimiento, sin culpar a otros"
Ricardo AnayaCoordinador de la bancada panista
"Hay que evaluar qué es lo que ha pasado en los últimos años con el Partido Acción Nacional, bueno, desde la dirigencia de Madero"
Ernesto CorderoSenador del PAN

El coordinador de la bancanda del PAN, Ricardo Anaya, quiere la dirigencia del partido, la exprimera dama, Margarita Zavala, quiere la presidencia del país, y Gustavo Madero, líder nacional de los blanquiazules, quiere unidad.

Pero al menos en política, querer no siempre es poder.

En los últimos días el ambiente al interior de esta organización se está calentando, al grado de comenzar un incendio.

Todo apunta a que las corrientes políticas en Acción Nacional vieron una “ventana de oportunidad” para ganar espacios y se manifestaron de diversas formas.

Y es que luego de los descalabros que sufrió el partido en las elecciones intermedias, el liderazgo de Madero fue puesto en entredicho.

Primero fue Margarita Zavala, identificada con el ala más conservadora del partido.

Margarita sacudió las entrañas de Acción Nacional al anunciar sorpresivamente sus aspiraciones presidenciales.

Lo hizo a través de un video en Youtube, el cual ayer tenía casi 300 mil visitas. Sobria y en un fondo blanco, la esposa del expresidente Felipe Calderón habló de las elecciones intermedias y de las “valiosas lecciones” que se deben entender y atender.

Señaló la responsabilidad ciudadana y resaltó los cambios que marcaron los comicios, luego, lo soltó. Seco y directo: “Buscaré la presidencia de la República”.

La osadía de Margarita molestó hasta a los más fervientes calderonistas.

El senador Javier Lozano consideró prematuro el destape de la exprimera dama y aunque dejó claro que le tiene mucho cariño y mucho respeto, lamentó su falta de trayectoria administrativa pública y utilizó el momento para llevar agua a su molino.

“Si me preguntas en términos de una trayectoria, porque eso es lo que hay que ver, una cosas es tener ganas y otra tener con qué, a mí me parece que para administrar al Gobierno de la República se necesita algo de experiencia y con todo respeto en otros (perfiles), como mi gobernador Rafael Moreno Valle, veo mayor experiencia de gobierno que podría ser su carta de presentación y si él está puesto ahí tienes a otro precandidato”, dijo.

Otro panista identificado con el calderonismo, el senador Roberto Gil Zuarth, también consideró que el destape de Margarita causa tensión y puede agudizar conflictos internos.

“El problema es que llevamos años de conflictos internos ininterrumpidos”, dijo pero aseguró que respeta su decisión. “Tiene derecho y capacidades. Lo mejor era preparar el 2016 para ser competitivos en el 2018”.

Quien sí vio con buenos ojos la decisión de la esposa de Calderón fue Ernesto Cordero quien consideró sus intenciones como una buena noticia, pero aprovechó el viaje para darle un raspón a Madero.

El senador invitó al líder nacional del PAN a asumir la responsabilidad por el retroceso que el partido ha tenido bajo su dirección.

“Hay que evaluar que es lo que ha pasado en los últimos años con el Partido Acción Nacional, bueno, desde la dirigencia de Gustavo Madero. Hoy tenemos cerca del 20 por ciento de los votos a la Cámara de Diputados, que no veíamos un resultado así desde 1991″, señaló el legislador panista.

Y es que en los pasados comicios el PAN perdió cuatro de las seis gubernaturas que pelaba -Sonora, Colima, Michoacán y San Luis Potosí- y los 200 diputados que esperaban en el Congreso, se quedaron con una bancada de apenas 108, seis menos que los actuales.

Estos resultados dejaron muy mal parado al presidente nacional de los blanquiazules, quien sin embargo no dejó de señalar que mucho de sus fracasos radican en el grado de unidad de sus estructuras, tanto locales como nacionales.

Con la popularidad de Madero por los suelos, el joven Anaya –quien le debe al dirigente nacional su incursión en la planilla, pero ha sido bien abrigado por el ala calderonista- no dilató salir al quite y hacer pública su intención por contender por la dirigencia panista.

Y no solo eso, urgió a adelantar la fecha de elección del presidente del partido.

“Creo que es tiempo de cerrar un ciclo con una crítica profunda, y con una actitud constructiva y de futuro. Sostengo que lo más conveniente es que se convoque, a la brevedad, a la renovación de nuestra dirigencia nacional”, dijo.

Anaya indicó que no hay tiempo qué perder para comenzar la renovación de su partido. Habló a favor de inyectar sangre joven al PAN y de emprender la reconciliación.

“Yo quiero un PAN fresco, moderno, renovado, con visión de futuro. Yo quiero unir al PAN. Sin rencor, sin resentimiento, sin culpar a otros. Quiero un PAN unido y reconciliado”, agregó.

Pero con el horno tan caliente en la cúpula panista, la unidad es tal vez una de esas cosas en las que querer no basta.

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