El fin del dinero gratis

Como consecuencia de movimientos financieros generados en Estados Unidos, y que han repercutido en México y muchos países del mundo, en el primer semestre de este año se han perdido en México entre 50 y 60 millones de dólares.  

Los expertos lo han atribuido a la inestabilidad financiera, algunos lo podrían atribuir a un supuesto juego financiero impuesto por el presidente de la FED (Reserva Federal de Estados Unidos), Ben Bernanke. 

Ya se había dado una corrección a la baja de 3.5 por ciento, pero en materia cambiaria se confiaron
http://www.youtube.com/watch?v=_EZzk6PBHpg

Como consecuencia de movimientos financieros generados en Estados Unidos, y que han repercutido en México y muchos países del mundo, en el primer semestre de este año se han perdido en México entre 50 y 60 millones de dólares.  

Los expertos lo han atribuido a la inestabilidad financiera, algunos lo podrían atribuir a un supuesto juego financiero impuesto por el presidente de la FED (Reserva Federal de Estados Unidos), Ben Bernanke. 

Según los especialistas, estos capitales se perdieron en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en la compra de deuda que existió en meses previos.

Y así, la volatilidad se generó en los mercados, una vez que el encargado de la política monetaria de Estados Unidos anunciaba públicamente “el fin del dinero gratis”, lo que significaba que la Reserva Federal dejaría de inyectar 85 mil millones de dólares mensuales para la compra de bonos.

La reacción de los mercados, incluido el mexicano, no se hizo esperar, y la inestabilidad se globalizó en todos los conductos financieros.

Sobre todo, por la reacción de incertidumbre que tuvieron los inversionistas, ya que las perspectivas futuras anunciadas por la Reserva Federal “ya iban a ser las esperadas”. 

En este escenario, México tendrá que poner “sus barbas a remojar”, ya que nunca la realidad mexicana, económica al menos, ha estado lejos de su poderoso país vecino.

¿Qué hacer?, se preguntan los analistas, y según el académico del Tecnológico de Monterrey, José de la Cruz Gallegos, en principio el país deberá ajustar sus proyecciones económicas previstas para este año, porque “seguimos anclados a la economía de Estados Unidos”, advierte.

El analista comenta que es claro que en sus proyecciones el equipo del presidente Enrique Peña Nieto  no midió las dimensiones de la inestabilidad financiera generada por la FED, y que ahora obliga a corregir las expectativas.

Sobre todo, juzga el académico, porque la volatilidad estará presente en el mercado mexicano todavía dos meses más sin que se vislumbre una intervención del Banco de México, mientras el tipo de cambio se mantenga en un orden de 13 a 13.50.

‘La perversidad de la FED’

En entrevista con Reporte Indigo, José de la Cruz Gallegos explica que la inyección de liquidez que venía manejando Bernanke al sistema financiero norteamericano “estaba generando ya incentivos perversos”.

Sobre todo porque no se reactivó la economía ni se generaron los empleos con el vigor suficiente, lo que generó una reacción adversa en los mercados, agrega el también director del Departamento de Economía y Finanzas del Tec, Campus Estado de México.

Al conocer la decisión del presidente de la FED, dice, los inversionistas consideraron que esta medida terminaría por profundizar la etapa de bajo crecimiento en Estados Unidos y la recesión que se vive en Europa. 

Aunque en nuestro país la economía funciona hoy mejor que la de muchos países de Europa, “dependemos básicamente de los capitales extranjeros”.

México depende de los capitales externos, ya sea por remesas, bolsa, turismo o inversión extranjera directa. 

De ahí que el entorno económico y financiero del vecino del norte nos afecta, agrega De la Cruz Gallegos.

Ya vivimos un contagio de esos eventos “porque no se cuentan con los suficientes elementos fiscales, monetarios o de actividad económica que puedan contrarrestar esa oleada cuando se da”.

Y eso se pudo observar muy bien en la depreciación del tipo de cambio que llegó a 13.50 y llevó a que la BMV estuviera rondando los 37 mil 500 en su peor día.

Una pérdida del 18 por ciento respecto de su máximo registrado en febrero de este año que superó los 45 mil 900 puntos.

“Lo único que refleja esta situación”, señala, “es la salida de capitales del país y que sintetiza la enorme dependencia que tenemos de los recursos financieros foráneos”.

En su opinión, la volatilidad seguirá presente por lo menos un par de meses más, “habrá días donde el peso pierda valor y otros donde se recupere”.

Pero en esencia, alerta, la expectativa es de “mayor incertidumbre y volatilidad” porque ante cualquier evento, sea positivo o negativo, habrá una sobrerreacción de los inversionistas.

Esta situación que se observa hoy es delicada, expone, porque si se conjunta con la economía real, es decir, la actividad industrial y de servicios que generan riqueza y dan sustento diario a la población, habrá incertidumbre en el mercado interno.

Todavía falta redefinir qué tan profundas son las condiciones financieras de Estados Unidos donde, a juicio del académico, la inestabilidad se extenderá hasta finales de año.

Banco de México 
no mete las manos

Para José de la Cruz Gallegos, Banco de México se mantendrá dentro del “mandato legal” que tiene, es decir, tratar de mantener controlada la inflación y con cierta estabilidad el tipo de cambio.

“Yo creo que mientras esté alrededor de los 13 a 13.50 unidades por dólar, está bien y Banxico no hará una mayor intervención”.

Sobre todo, agrega, porque sabe que esta volatilidad es externa y ante ese gran vaivén, “no vale la pena comprometer tanto las reservas para defenderlo de una paridad más baja”.

Entonces, comenta, por el momento el instituto central se mantendrá expectante en cuanto a los movimientos que se registren en el peso.

En la parte de estabilidad financiera mantendrá la vigilancia del sector bancario, un tanto para garantizar que no exista un incremento en el riesgo.

Al no tener un mandato legal que le obligue a impulsar el crecimiento económico, la vigilancia de esas variables será a lo que se avocará, menciona.

“Ya se vio que si la inflación ronda cuatro por ciento no le causa tanto problema al igual que el tipo de cambio”.

Se les sale de control

Sobre las proyecciones económicas planteadas por el actual gobierno, el investigador José de la Cruz Gallegos señala que si observamos los criterios de política económica vemos que la senda de crecimiento era mayor.

Ya se había dado una corrección a la baja de 3.5 por ciento, pero en materia cambiaria se confiaron en una mayor estabilidad del sistema financiero.

“Es claro que el escenario en el primer semestre del año se le fue de las expectativas que tenía el gobierno federal, lo que tendrá un costo para la población”.

Es decir, precisa el académico del Tecnológico de Monterrey, en el momento en que dejemos de crecer medio punto o un punto porcentual, se generarán menos empleos.

Pero además se tendrá menos capacidad de inversión y aún el propio gobierno enfrentará problemas de recaudación fiscal.

De acuerdo con De la Cruz Gallegos, este escenario adverso que se registró en el primer semestre del año, se le planteó al gobierno, sobre todo para que tome sus previsiones para el presupuesto de 2014.

A su juicio, el gobierno de Enrique Peña Nieto tiene que empezar a plantear si será hacer una revisión de del modelo económico que se tiene.

Y si este será suficiente para poder generar ese crecimiento de 5 o 6 por ciento que necesitamos.

Seguiremos anclados

Lo cierto, agrega De la Cruz Gallegos, es que nuestro crecimiento va a seguir anclado a la recuperación de Estado Unidos porque en realidad dependemos de su sector manufacturero.

La mayor parte de la inversión fija no residencial que es básicamente sector automotriz, equipo y maquinaria, software, equipo eléctrico y electrónico, proviene de Estados Unidos.

“Y es lo que condiciona nuestra propia actividad manufacturera, industrial y económica en general”.

La otra parte de inversión que llega, detalla, es vinculante y tiene que ver con las remesas, turismo y actividad bursátil.

Pero sus efectos no son tan directos con respecto al crecimiento económico. 

El vínculo inmediato que tenemos, insiste, es con la actividad industrial de Estados Unidos y en estos sectores existe una debilidad por parte de México.

Te puede interesar