El duelo Margarita vs Larrazabal
La alianza entre la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, y su antecesor, Fernando Larrazabal, pasa por un momento crítico y la posibilidad de un quiebre se asoma, justo en la antesala de la elección del nuevo Consejo Estatal del PAN.
Incluso, en los círculos panistas se asegura que no existe comunicación entre Arellanes y Larrazabal.
Fuentes de ese partido aseguran que no se hablan desde hace un mes, por lo cual se divisa un posible rompimiento que tendría repercusiones en la administración municipal y en la nueva cúpula albiazul.
César CepedaLa primera fisura entre Larrazabal y Arellanes fue provocada porque la alcaldesa no designó a Miguel Ángel García secretario de Servicios Públicos
La alianza entre la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, y su antecesor, Fernando Larrazabal, pasa por un momento crítico y la posibilidad de un quiebre se asoma, justo en la antesala de la elección del nuevo Consejo Estatal del PAN.
Incluso, en los círculos panistas se asegura que no existe comunicación entre Arellanes y Larrazabal.
Fuentes de ese partido aseguran que no se hablan desde hace un mes, por lo cual se divisa un posible rompimiento que tendría repercusiones en la administración municipal y en la nueva cúpula albiazul.
Las razones que provocaron este distanciamiento tienen que ver principalmente con acuerdos incumplidos en relación al reparto de contratos de obra pública y procesos de finiquitos con empresas constructoras.
Tras fracasar en la entrega de la candidatura a la Alcaldía regia a Miguel Ángel García, Larrazabal se convirtió en un factor clave en el proceso que llevó el Comité Ejecutivo Nacional del PAN a designar a Margarita Arellanes como la aspirante albiazul para Monterrey.
El exalcalde regio movió sus influencias con el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, para conseguir que el CEN postulara a Arellanes en lugar del legislador albiazul Alfredo Rodríguez.
Panistas que formaron parte de estas negociaciones aseguran que la única condición que puso Gustavo Madero fue que el candidato elegido tuviera la aprobación de Larrazabal, quien finalmente se decidió por Arellanes.
En pago a este respaldo, Larrazabal logró posiciones para su gente en el gobierno municipal de Monterrey, en importantes carteras como la secretaría de Obras Públicas, el DIF y la secretaría de Servicios Públicos.
Reporte Indigo publicó ayer que el poder hegemónico que ha ejercido el grupo de la neocúpula en el PAN en los últimos años enfrenta una amenaza: el rol protagónico que está alcanzando la alcaldesa Margarita Arellanes dentro de la estructura panista.
La edil albiazul está disputando el dominio que ostenta en el Consejo Estatal del PAN el senador Raúl Gracia, uno de los líderes históricos de la también llamada Santísima Trinidad, integrada por Zeferino Salgado y Fernando Larrazabal.
El exalcalde de Monterrey y ahora diputado federal está registrado como aspirante al Consejo Estatal del PAN y este domingo tendrá que buscar convertirse en una de las 17 propuestas que enviará el Comité Municipal de Monterrey a la Asamblea Estatal del 5 de mayo, cuando será la elección de consejeros.
Larrazabal puede contar para conseguir esta nominación con el apoyo de sus aliados históricos, el senador Raúl Gracia y Zeferino Salgado, líderes del grupo de la neocúpula que ha controlado el PAN de Nuevo León en los últimos 10 años.
Sin embargo, el nombre de Larrazabal hasta el momento no ha sido incluido en la lista que impulsará Arellanes junto con su grupo de La División del Norte, que encabezan los panistas José Serrano e Iván Garza, exoperadores de la Santísima Trinidad y cercanos al dirigente nacional Gustavo Madero.
La primera fisura entre Larrazabal y Arellanes fue provocada porque la alcaldesa no designó a Miguel Ángel García, quien es incondicional del exalcalde nicolaíta e involucrado en el escándalo del casino Red, como secretario de Servicios Públicos de Monterrey.
Pero Larrazabal logró que Arellanes nombrara a Jaime Bazaldúa, exalcalde sustituto de Monterrey, al frente del DIF, y a Alberto Medrano en la Secretaría de Obras Públicas municipal.
Y además hay temas polémicos que han surgido en los primeros meses de la administración municipal de Arellanes, como son la contratación de un bróker para la renegociación de la deuda, el abasto de medicinas y la clausura de casinos, que han salpicado a Larrazabal.
La Contraloría Municipal, a cargo de Gregorio Hurtado, inició una investigación por los sobrecostos que se registraron en la compra de medicinas durante la gestión de Larrazabal y también comenzó una averiguación por el tráfico de permisos falsos en Comercio.
El operativo de clausura de 10 casinos que operaban en Monterrey de manera irregular que comenzó Arellanes también exhibió la gestión de Larrazabal, quien dejó que estos centros de apuestas operaran sin las licencias municipales.
Luego, la administración regia está viviendo una serie de pugnas entre los funcionarios identificados con el grupo de Margarita Arellanes y los afines a Larrazabal. Éstos últimos son acusados hacia el interior del Palacio Municipal de ser desleales.
Incluso fueron empleados municipales cercanos a Larrazabal quienes hace una semana se quejaron de haber recibido presiones por parte Rodolfo Yáñez, director de Recursos Humanos, para que no se registraran como delegados para la asamblea municipal de este domingo, de tal manera que no pudieran votar.
Esto provocó reclamos y acusaciones entre los operadores de ambos grupos.
Yáñez forma parte del grupo de La División del Norte, que hace dos meses se desmarcó de la neocúpula del PAN para promover el proyecto político de Margarita Arellanes rumbo a la elección del 2015.
La intromisión de Mauricio Serrano, secretario de Administración, en el proceso de finiquitos con constructoras y en el otorgamiento de los contratos de obra pública, también provocó diferencias entre Larrazabal y Margarita.
Este domingo en la Asamblea Municipal de Monterrey la alcaldesa y el exalcalde se volverán a ver pero hasta el momento no se sabe si estarán en el mismo lado o enfrente.
