El creador del Pidiregas

Han pasado 17 años y el gobierno sigue usando el mismo esquema.  Compesar las pérdidas de Pemex creando otra cuenta para compensarla.

Y creador, el experto en aplicar ese tipo de mecanismos fue Santiago Levy, entonces subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda.

A él se le atribuye la invención  de los Pidiregas, que buscaba crear las condiciones para introducir iniciativas privadas en la exploración de hidrocarburos y en la generación de electricidad, que a la fecha siguen funcionando..

Han pasado 17 años y el gobierno sigue usando el mismo esquema.  Compesar las pérdidas de Pemex creando otra cuenta para compensarla.

Y creador, el experto en aplicar ese tipo de mecanismos fue Santiago Levy, entonces subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda.

A él se le atribuye la invención  de los Pidiregas, que buscaba crear las condiciones para introducir iniciativas privadas en la exploración de hidrocarburos y en la generación de electricidad, que a la fecha siguen funcionando..

Posteriormente fue nombrado director general del Seguro Social, donde implementó la misma fórmula.

Para el investigador José Luis de la Cruz ya se sabía que el esquema diferido de financiación había sido un fracaso, porque su objetivo de generar proyectos de inversión rentables sin ocasionar presiones al gasto ni endeudar a la empresa, no se cumplió,

Simplemente, dice el director del Centro en Economía y Negocios del TEC de Monterrey Campus Estado de México, “se ocultó en un cajón la contabilidad y se dejaron de transparentar los requerimientos financieros de la empresa”.

En su opinión, el mecanismo de los Pidiregas no representa una acción fraudulenta o ilegal, porque fue permitido a nivel interno, además de que las autoridades conocían y habían aceptado que fueran contabilizados como pasivos emergentes.

Rumbo al despeñadero

Lo cierto es que fue una maniobra contable que tiene a Pemex “a punto de irse al despeñadero”, dice el consultor financiero Gabriel Reyes Orona. Hoy por hoy, gobiernos priistas y panistas se niegan a reconocerlo y a reemplazarlo “porque unos y otros se echan la bolita”.

Y mientras estos Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en el Gasto Público se mantienen en funciones y achican cada vez más a la empresa, el financiamiento del presupuesto pende de un hilo.

La idea, cuando estalló la crisis de l995, era que los Pidiregas estuvieran fuera de la contabilidad para no afectar el balance de Pemex. No bastó mucho tiempo para darse cuenta del error. Cinco años después el gobierno ya sabía que los ingresos fueron irreales y la deuda, real y contable.

Los proyectos comenzaron a generar pérdidas que tuvo que tapar Pemex. “No se aceptó (cambiar el esquema) y las pérdidas registradas las mantuvieron abajo del agua”, comenta Reyes Orona.

Se preguntaron, desde entonces, ¿dónde estaban las pérdidas? Porque nadie las encontraba ni quería buscarlas.

A Pemex no le convenía reconocer que las tenía porque no habría podido continuar con la operación fuera de su balance, porque reconocerían que se equivocaron y porque los Pidiregas tienen una flexibilidad que no tiene el manejo corporativo de Pemex.

Así que, aun cuando sabían que estaban mal y como eran a largo plazo, “pues le echan la pelota al que sigue”.

Desde 2000, nadie sabe cuánto se perdía en los Pidiregas y “para taparle el ojo al macho” se inventaron excedentes que no existen. Lo que hicieron fue separar los ingresos de los egresos “repartiendo los primeros como si les sobrara dinero”, y así inició la quiebra institucional de Petróleos Mexicanos.

Para que la empresa pudiera emitir deuda, tenía que presentar sus estados financieros, cosa que hizo pero se abstuvo de mostrar el endeudamiento.

Hoy, advierte Reyes Orona, no se sabe cuál es el valor real de la paraestatal. “Ya se la acabaron” con una “tomadura de pelo”, sentencia.

El tabique burócrata

Para José Luis de la Cruz, Pemex es autosustentable. Cuenta con los ingresos y las ganancias suficientes para hacer frente a sus requerimientos pero debe cambiar su estructura burocrática.

Y es que está sujeta a un mecanismo fiscal que busca financiar al sector público vía los ingresos petroleros. “Cuando se aplica un esquema tributario así, se acaba teniendo pérdidas”.

Habría que modificar esa estructura de cargas impositivas que sólo se logra en la medida en que el gobierno deje de depender de los ingresos petroleros.

Mientras en Pemex se mantenga una nómina burocrática como la actual, no se logrará un cambio de fondo, opina de la Cruz. Cita como ejemplos a PDVSA en Venezuela y Petrobras en Brasil como entidades modernas, con menos empleados que subsidiar.

Para concluir, es tajante al señalar que mientras no se modifique el contrato colectivo de Petróleos Mexicanos, difícilmente la empresa logrará tener finanzas sanas.