El Bajío ¿protegido de la amenaza urbana?

El decreto que establece a El Bajío como zona de recuperación deja dudas sobre su protección frente a la amenaza urbana. Expertos alertan los riesgos que existen por la demanda de servicios debido a que ya tenía licencias de servicios para uso habitacional
Jonathan Ávila Jonathan Ávila Publicado el
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Este martes se decretó como zona de recuperación ambiental El Bajío, uno de los espacios de recarga de agua más importantes del noreste de la metrópoli tapatía. Pero la misma resolución permite que se realicen construcciones en predios ya urbanizados anteriores a la entrada en vigor de esta medida ambiental.

Actualmente, la principal amenaza para El Bajío se encuentra en quienes habiten las Villas Panamericanas, construidas para los Juegos Panamericanos Guadalajara de 2011 y que hoy están en disputa legal por su venta a la empresa Green Life Capital, cuyo uso sería habitacional

El decreto, publicado en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco este martes y que entró en vigor al día siguiente, prohíbe en el artículo octavo llevar a cabo nuevas construcciones en El Bajío.

Pero también deja ambigüedades para lo que ya ha sido urbanizado.

A decir de las autoridades estatales, el presente decreto abarca la protección de 980.84 hectáreas de terreno, pero de ese total ya hay 315 urbanizadas. Es decir, el 32 por ciento de la zona de recuperación ya cuenta con construcciones o con licencias otorgadas por las administraciones anteriores.

Por eso llama la atención que en el transitorio tercero del decreto se señale que éste no podrá ser aplicable “a las construcciones que se pretendan hacer sobre lotes de terrenos que formen parte de condominios formalmente constituidos en escritura pública con anterioridad a la entrada en vigor del presente decreto”.

Los actuales condominios de la zona son precisamente las Villas Panamericanas, un complejo inmobiliario que hace frontera con el bosque de pino-encino del área protegida de flora y fauna de la sierra de La Primavera.

Este complejo cuenta con cuatro edificios de distintos pisos que podrían albergar hasta a 3 mil 600 personas. El edificio principal tiene 20 pisos y departamentos que van de dos a tres recámaras, seguido por dos edificios de seis pisos y un cuarto inmueble con cuatro pisos y capacidad para residencias de personas de la tercera edad.

De esa forma las Villas Panamericanas darían un total de 400 habitantes por cada hectárea, una cifra muy por encima del límite que fijan los reglamentos de urbanización locales, que señalan que por cada hectárea de terreno urbano solo puede haber 20 personas, tal como señaló en días recientes el Observatorio Ciudadano del Agua en un documento.

Además de las villas, también existe hoy la construcción de un fraccionamiento denominado Belmont Hábitat en las inmediaciones de la avenida principal de la zona, que es llevado a cabo por la Desarrolladora de Terrenos de Occidente.

Según las autoridades, por este tipo de construcciones y la proliferación de escuelas y espacios de dotación de servicios que ya se han instalado en el lugar, se decretó como zona de recuperación y no como área natural protegida, tal como proponía organizaciones civiles.

A pesar de la resolución, Juan Guillermo Márquez, experto del Observatorio Ciudadano del Agua, dice que esta área está vulnerable por la realización de futuros desarrollos y la medida gubernamental podría quedar sin efecto con la interposición de un amparo.

La amenaza latente es la llegada de más población a esta área natural. Trinidad Padilla López, exprocurador de desarrollo urbano en Jalisco, ha dicho que El Bajío no está en condiciones para sostener la vivienda de alta densidad.

El bajío Zona de importancia ambiental

Por su relevancia ambiental, pero también por su exposición en años anteriores a la construcción, hoy se denomina como una zona urbana de alta fragilidad ambiental que tiene escuelas, comercios, viviendas, servicios y hasta un estadio de futbol.

(El Bajío) Se ha urbanizado con la construcción de unidades habitacionales, edificios, estacionamientos, infraestructura, caminos y vialidades. Esto ha ocasionado el desvío de cauces naturales, la reducción en la cobertura vegetal y el aumento en los niveles de extracción de agua
Programa de Recuperación Ambiental de la zona

El Bajío es la zona de mayor relevancia para la recarga de agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Este espacio a las faldas del bosque La Primavera nutre uno de los afluentes más importantes que recorre la ciudad: el río Atemajac.

El agua de lluvia que llega a esta zona se infiltra en el suelo y se va nutriendo junto a la subterránea que da cauce al río Atemajac, la cual llega hasta la zona norte de la metrópoli y también se encuentra afectada por la construcción de inmuebles en su caudal.

Juan Guillermo Mázquez explica que para entender esta dinámica en la ciudad es necesario imaginar El Bajío como una esponja que absorbe toda el agua que llega a su suelo y la distribuye por la ciudad de forma natural en los cauces del río Atemajac.

“El Bajío está ubicado en un punto estratégico para el aprovechamiento de agua subterránea y representa una fuente de abastecimiento de agua de excelente calidad para el acuífero de Atemajac”, señala el decreto en el Periódico Oficial del Estado.

Por ello la habitabilidad abre la posibilidad de que este punto de origen del río se vea infectado por la contaminación del crecimiento poblacional en la zona, cuyo impacto será llevado al resto de la metrópoli a través de la circulación natural que actualmente tiene el agua.

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