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El arte de lavar dinero

Los precios que alcanzan las obras de arte han hecho que su compra, además de ser objeto del deseo de los coleccionistas, sea útil para lavar dinero ilícito, evadir impuestos o burlar bancos. 

México no es la excepción, al narco mexicano también le gusta el arte y Hacienda ya lo está confiscando, aunque no reportando.

Aunque por costumbre las obras de arte plástico, o visual, son para “conocedores”, el mercado maneja cifras billonarias, contribuye al movimiento de la economía mundial, y también a legitimar la venta de drogas o el contrabando. 

El acervo confiscado al narco incluye un Van Gogh, un rompe récords que se vendió en 82.5 millones de dólares en 1990, equivalente a 146.8 millones actuales
La pieza del tríptico en su poder la compró cuando se expuso por primera vez en la galería Galatea de Turín en 1970.  
http://www.youtube.com/watch?v=7kqJ7P-rXpA

Los precios que alcanzan las obras de arte han hecho que su compra, además de ser objeto del deseo de los coleccionistas, sea útil para lavar dinero ilícito, evadir impuestos o burlar bancos. 

México no es la excepción, al narco mexicano también le gusta el arte y Hacienda ya lo está confiscando, aunque no reportando.

Aunque por costumbre las obras de arte plástico, o visual, son para “conocedores”, el mercado maneja cifras billonarias, contribuye al movimiento de la economía mundial, y también a legitimar la venta de drogas o el contrabando. 

Según cálculos publicados en el portal Art Market Monitor, en el mundo se mueven más de 50 billones de dólares anuales solamente en las casas subastadoras. 

Esta cantidad no incluye las ventas privadas ni en las galerías, lo que podría significar una suma similar a las obras subastadas. 

Las transacciones, a excepción de las subastadas públicamente, no siempre pasan por las tesorerías de las naciones, ni siempre se hacen con dinero lícito. 

Así, el mercado del arte, igual que el de otros de objetos de lujo, es propicio para lavar capitales fincados en el narcotráfico.

Las obras de arte, en su mayoría un pedazo de tela en donde el artista plasma su talento y vale cuando es avalado por la crítica internacional, han llegado a alcanzar cifras espectaculares al despertar la codicia de los coleccionistas honestos, algunas veces, o en la necesidad de legitimar capitales, evadir impuestos, u otras variadas necesidades.  

Como muestra de las sumas que rompen récords está la última obra vendida por Christie’s, este mes, del británico Francis Bacon (1909-1992), adjudicada por 142.4 millones de dólares. 

La obra, compuesta por tres piezas que forman un tríptico de 2 metros por 1.50 y se titula “Estudio de Lucien Freud”, tiene su historia, lo que le da valor adjunto. 

La misma semana Sotheby’s vendió un Warhol en 105 millones de dólares. 

Ambas subastadoras compiten por lograr los mejores lotes y ahora le tocó a Christie’s romper su propio récord al alcanzar 611.3 millones de dólares en ventas, solo en las dos sesiones de arte moderno y contemporáneo. 

El magnate francés François Pinault –casado con la actriz Salma Hayek– posee el 100 por ciento de las acciones de Christie’s, que compró en 1998 en medio de una demanda antimonopolio por 1.19 billones de dólares y en 2012 generó ventas por 2.3 billones en subastas.

Se las lleva SAE 

Casi al mismo tiempo que aparecía la nota periodística del récord de Francis Bacon, trascendió la enajenación de obras de arte provenientes del narcotráfico mexicano. 

Esta información surgió de la Secretaría de Hacienda, en respuesta a una solicitud de transparencia del periódico Reforma al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE). 

Hacienda las cataloga en “Arte y Cultura” y fueron confiscadas a narcotraficantes a través de la PGR y provienen de lavado de dinero o evasión fiscal, y según la lista, se manejan piezas de valor muy elevado. 

Estas 191 obras que en teoría deberán subastarse, fueron confiscadas de 2006 a 2012. 

Sin embargo no hay fecha para la venta pública y el SAE dice que no pueden informar en dónde guardan las obras, pero según su informe –que no garantiza que pudieran ser falsas– se incluyen muchas firmas nacionales de modesto valor, si se comparan con las internacionales. 

En el sitio de subastas de SAE se anuncian, entre muchas ramas que incluye automóviles y bienes raíces, la división de Antigüedades y Obras de Arte. Pero no hay fecha para los remates. 

Sin embargo llama la atención que no hacen estimado de precios “hasta que se subastan”. La subasta pública sería hasta que los juicios queden concluidos.

Entre los mexicanos están casi todos los grandes. Sin embargo estos artistas en el mercado internacional han conseguido precios relativamente bajos. 

En cambio, el acervo confiscado al narco incluye un Van Gogh, un rompe récords que se vendió en 82.5 millones de dólares en 1990, lo equivalente a 146.8 millones actuales, de acuerdo a la inflación.  

También, según los enajenadores de bienes de Hacienda, confiscaron un Gustav Klimt, artista colocado en Nueva York en 135 y 87.9 millones de dólares en 2006 y 141 en 2013;  además un Monet que en 2008 alcanzó un precio de 80 millones de dólares en subasta… aunque ese sí, sin explicar por qué, aclaran que el confiscado es una réplica. 

Resulta difícil imaginar que un operativo de embargo de bienes carguen con un cartel, que sería probablemente la única forma que el oficial que no sabe nada de arte descubriera si es falsa o auténtica una pieza enmarcada. 

Arte mexicano no despunta

Por motivos que van desde falta de coleccionistas a nivel internacional o tal vez por las leyes de patrimonio que no permiten salir del país ciertos artistas considerados patrimonio nacional, este no ha despuntado y el más caro registrado en subastas, es un Rufino Tamayo de 7.2 millones de dólares vendido en 2008. 

De Latinoamérica, México es quien más artistas tiene en el “top”, y de estos el más cotizado es Tamayo.

El único vivo de la lista es Fernando Botero. 

Frida alcanzó el precio más elevado con “Raíces”, vendido en 2006 a 5.6 millones de dólares. 

Alfredo Ramos Martínez ha colocado cinco obras en las subastas sin llegar a los 3 millones de dólares. 

Y Diego Rivera, quien se supondría que sería “el pintor”, se apagó y sus obras no han sobrepasado los 3 millones de dólares desde los 90. 

Por lo tanto, parece lógico que lo confiscado al narco mexicano incluya ahora Van Gogh, Klimt y Monet. Que de ser obras importantes, podrían valer, cada una, lo mismo que las 60 piezas latinoamericano cotizados más alto en los mercados internacionales, en toda la historia.

El boom de los modernos

El mercado más importante actualmente son artistas de finales del siglo XIX o siglo XX

Los récords de venta incluyen pocos maestros antiguos, aunque también se habla de una pieza atribuida a Leonardo Da Vinci vendida en 150 millones de dólares a finales de los 90. 

Algún Tiziano (S.XVI)  ha salido al mercado, como el adquirido el 2012 por 72 millones de dólares por el Duque de Sutherland, quien ofreció la pintura al Reino Unido por 50 millones de libras para finalmente venderla 45 como acto de mecenazgo.

La historia de los compradores también merece mención, como varios de estas piezas vendidas al millonario ruso Roman Abramovich que aseguran es el misterioso comprador del Tríptico, de Francis Bacon, y Benefits Supervisor Sleeping, de Lucian Freud, vendidos en 2008.

The Art Newspaper, publicación inglesa, señala que ninguna de las casas subastadoras informó de manera oficial la identidad del comprador, pero fuentes fidedignas del mercado de arte confirmaron que ambos lotes se los llevó el magnate ruso propietario del equipo Chelsea y del Corinthians de Brasil.  

Su fortuna se estima en 11 mil 700 millones de libras esterlinas (22 mil 900 millones de dólares) y la revista Forbes lo ubica en el lugar número 15 en la lista de los hombres más ricos del mundo.

Otros coleccionistas han pasado a la celebridad por sus adquisiciones millonarias, como el americano Steve Cohen, el número 43 entre los millonarios del mundo y comprador de varias de las obras señaladas en estas páginas. 

Cohen empezó a coleccionar en el 2000, y en el 2006 pasó a los medios por haber ofrecido al dueño de casinos en Las Vegas, Steven Wynn, comprar “Le Reve” de Picasso por 139 millones de dólares. 

Sin embargo Wynn, casi ciego por retinitis pigmentosa, rompió la tela con su codo y se canceló la compra hasta el 2012 cuando ya restaurada se vendió en 150 millones de dólares. 

También Cohen adquirió el Willem de Kooning, “Woman III”, por 137 millones de dólares.  

El caso del japonés Ryoei Saito saltó también a la historia del arte y los coleccionistas cuando compró dos obras que casi al mismo tiempo rompieron récord: 

“El retrato del Dr. Gachet”, de Vincent Van Gogh, y “El Mouline de la Gallete” de Renoir. 

Saito era garantía ya que su empresa papelera Daishowa era una de las más exitosas de Japón en la época del boom nipón. 

Al principio de los 90 apenas el mundo reparaba en que el mercado del arte despuntaba y los millonarios del mundo se volvían coleccionistas. 

Pero la suspicacia sobre la realidad de los precios tuvo su confirmación cuando al poco tiempo Saito se declaró en quiebra y corrieron rumores que el japonés se prendería fuego junto con las obras. 

No sucedió. Pero los bancos acreedores dispusieron de las pinturas y las vendieron a través de Sotheby’s a compradores anónimos. Se supone que actualmente pertenecen a coleccionistas suizos. El banco perdió. 

Las top 12 en records mundiales

Existen listas que solo incluyen ventas en subastas, otras, como la del influyente portal de internet ArtWolf.com, incluye también las ventas privadas y, si el tiempo ha corrido, su equivalente actual con inflación. 

Aquí los 12 más caros en historia reciente.

PAUL CÉZANNE
Los jugadores de cartas, 1892/93 

250 millones
Ajuste con inflación
2013: $258,4 millones

> Venta privada en 2011 por el galerista George Embiricos. Comprador: Familia real de Qatar.

>  Esta es la última versión de esta obra que aún se encuentra fuera de los museos.  Una obra maestra del post impresionismo.

PABLO PICASSO
“La Rêve (El Sueño)”, 1932

155 millones
Ajuste con inflación:
$155 millones

> Venta privada en 2013. Vendedor: Steve Wynn. Comprador: Steven A. Cohen

> En 2006, Steve Wynn, magnate de Las Vegas, la  vendería a Steven Cohen por 139 millones a través de una subastadora. La operación se canceló cuando el coleccionista accidentalmente dañó la pieza. Siete años después se vendió en 7 millones más.

FRANCIS BACON
“Tres estudios de Lucian Freud”, 1969

142,4 millones
Ajuste con inflación:
$142.4 millones

> Christie’s New York, 2013. Vendedor: Francesco De Simone Niquesa o William Acquavella, galerista neoyorkino.  Comprador: Los rumores van a tres personajes.

JACKSON POLLOCK
“Number 5, 1948”, 1948 

140 millones
Ajuste con inflación:
$161.4 millones 

> Venta privada, 2006. Vendedor: David Geffen. Comprador: Se dijo que el mexicano David Martínez. El negó la compra pero sus conocidos aseguran que luce en sus oficinas de Nueva York. 

> Este “chorreado” de Jackson Pollock ha sido, considerando el ajuste inflacionario, una de las obras más caras de arte contemporáneo.

WILLEM DE KOONING
“Woman III”, 1952-53

137.5 millones 
Ajuste con inflación:
158.6 millones 

> Venta privada en 2006. Vendedor: David Geffen. Comprador: Steven Cohen 

> La última “Woman” de De Kooning fuera de un museo. Es considerada como una de las 50 mejores obras en la historia del arte.

GUSTAV KLIMT
“Adele Bloch-Bauer I”, 1907

135 millones 
Ajuste con inflación:
155.7 millones 

> Venta privada en 2006. Comprador: Ronald Lauder (magnate de los cosméticos). 

> La pintura fue parte del grupo de cinco telas regresadas a los herederos de Ferdinand Bloch-Bauer confiscadas por nazis en la Segunda Guerra y colocadas en la National Gallery de Austria en 1948. Un largo juicio las regresó a los herederos de Bloch-Bauer.

EDVARD MUNCH
“El Grito”, 1895 

119.9 millones
Ajuste con inflación:
$121.3 millones 

> Vendedor: Sotheby’s New York, May 2012. Comprador anónimo. 

> Este cuadro, del que existen cuatro versiones en museos, había sido una de las más caras. Es la última aún en manos privadas.

JASPER JOHNS
“Flag”, 1958 

110 millones
> Venta privada, 2010. Comprador: Steven Cohen 

> De los más famosos trabajos de Johns. La primera bandera Americana la hizo de 1954 y permanece en el MoMA de Nueva York.

PABLO PICASSO
“Desnudo con hojas verde y busto”, 1932 

106.5 millones

> Christie’s New York, mayo 2010. Comprador anónimo 

> Esta pieza pertenecía a la colección de Sidney F. Brody.

ANDY WARHOL
“Silver Car Crash [Double Disaster]”, 1932 

105.4 millones

> Sotheby’s New York, noviembre 2013. Comprador anónimo 

> El precio más alto que alcanza este pintor neoyorkino del Pop Art  pertenece a la serie titulada “Desastres” de la cual se habían vendido otros trabajos.

VINCENT VAN GOGH
“Retrato del doctor Gachet”, 1890 

82.5 millones (1990)
Ajuste con inflación:
146.8 millones 

> La historia de este famosísimo y brillante retrato resume por sí misma el “boom adquisitivo japonés” de finales de los 80 y principios de los 90. Vendida a Ryoei Saito, posteriormente arruinado, el lugar de residencia de la obra es hoy un misterio. Dicen que está en Europa, e incluso se rumora que regresaría en breve al mercado.

PIERRE AUGUSTE RENOIR
“Baile en el Moulin de la Galette”, 1876. 

78.1 millones (1990) 
Ajuste con inflación:
139 millones de dólares 

> Esta obra es de menor tamaño que la versión del Orsay. Fue comprada por Saito en Sotheby’s y vendido en 1997 a un coleccionista privado europeo por un banco acreedor por unos 50 millones de dólares cuando el japonés se declaró quebrado.

Lucien Freud y Francis Bacon

Dos portentos del arte contemporáneo, rivales y grandes amigos, fueron los protagonistas del tríptico que estuvo separado muchos años 

La más reciente venta millonaria que rompió todos los récords, el tríptico del británico Francis Bacon, se debe a  un persistente industrial italiano que decidió reunir los tres cuadros que formaban la obra. 

Francesco de Simone Niquesa, uno de los principales coleccionistas italianos de arte contemporáneo, tenía una de las piezas y quería las tres reunidas para venderlas y obtener una ganancia. 

Aunque se ha dicho que la reunión de las obras fue gracias a Michael Peppiatt, historiador de arte que curó las exhibiciones de Bacon, el lo desmintió y finalmente trascendió el nombre del coleccionista italiano de 92 años, que pasó su vida como abogado manejando contratos cinematográficos de Gina Lollobrigida y Sophia Loren, entre otros. 

Además exporta al mundo más de 100 millones de botellas de aguas termales con la etiqueta Ulivetto y Rocchetta. 

La pieza del tríptico en su poder la compró cuando se expuso por primera vez en la galería Galatea de Turín en 1970.  

Las otras dos se fueron a Estados Unidos, una, y otra a Japón. A mediados de los 80 el italiano decidió reunirlas y le llevó 15 años lograrlo. 

Sin embargo él no lo vendió en la subasta, sino que poco antes, según han publicado medios europeos, lo vendió al galerista neoyorkino William Acquavella por 40 millones de dólares. Si así fue, el “profit” fue de más de 100 millones de dólares en muy poco tiempo. 

El New York Times publicó que Acquavella, en cambio, compró el lote para un cliente no identificado. 

La historia de la obra en que Bacon que recrea a su amigo íntimo y rival artístico Lucien Freud, otro de los grandes del arte británico y nieto del psicoanalista austriaco, inicia en 1945, cuando se conocieron. Bacon tenía 36 años y ya era famoso por su abierta homosexualidad y su sadomasoquismo. Freud apenas 22. Finalmente tuvieron una larga relación, algunos afirman que solo amistad, otros que fue también de pareja, sin embargo terminó justo después del tercer tríptico de Bacon, para siempre.  

Ahora las tres piezas vendidas al precio más alto de la historia, nadie sabe en dónde pueden estar. Los rumores apuntan a la familia real de Qatar, al ruso Roman Abramovich, pero también a un coleccionista chino desconocido que pidió cambiar el número del lote para que fuera 8, y así poder competir en una puja de seis minutos que Christie’s del Rockefeller Center, considera como una de las más dramáticas de su historia. 

Los robos célebres 

Otro caso que acaparó espacios en los medios es el descubrimiento en un oscuro departamento en Munich de más de 200 obras de arte robadas por los nazis y compradas en 1940 por un marchante alemán al ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, por 20 francos suizos cada pieza. 

La venta fue legal y comprobada por una transferencia bancaria, así como la propiedad de las obras. Ahora los descendientes de los dueños originales de los Picasso, Chagall, Cezanne y muchos más, se encargarán de reclamar su propiedad. Nadie sabe aún quiénes son. 

Otro caso similar prosperó en los años 80. Después de un largo juicio que dictaminó regresar obras también robadas por los nazis a la familia de Ferdinand Bloch-Bauer, una de estas piezas, la de Gustav Klimt, subastada en 2006, alcanzó 157 millones de dólares a precio actual.

 

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