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El alto precio de la huelga

El robo de computadoras, equipo de radio y demás artículos escolares de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) sería una simple simulación de la Rectoría para castigar a los disidentes.

Así lo aseguran los huelguistas, tras liberar los planteles de la institución académica, y en respuesta a las declaraciones de los últimos días de la rectora María Esther Orozco que, junto a las autoridades, sostiene que los paristas se dedicaron durante los tres meses de huelga a saquear aulas y cubículos.

De acuerdo con la profesora Ana María Sacristán, en los cubículos de los profesores y en el área de archivos, donde ella trabaja, no se registró una sola pérdida

El robo de computadoras, equipo de radio y demás artículos escolares de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) sería una simple simulación de la Rectoría para castigar a los disidentes.

Así lo aseguran los huelguistas, tras liberar los planteles de la institución académica, y en respuesta a las declaraciones de los últimos días de la rectora María Esther Orozco que, junto a las autoridades, sostiene que los paristas se dedicaron durante los tres meses de huelga a saquear aulas y cubículos.

Por esa razón, Orozco ha pedido a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal  (ALDF) un incremento de mil 300 millones de pesos para 2013, argumentando que una disminución del presupuesto afectaría a 15 mil estudiantes, cuando en los hechos participó un grupo minoritario.

En su petición, Orozco comentó que el inventario continúa y que hay pérdidas de casi un millón de pesos en equipo, 17 millones en muebles y computadoras, 64 millones en proyectos, y dos millones en aulas digitales.

Sin embargo, los antiorozquistas afirman que todo es parte de una mentira para asestar un nuevo golpe en contra del Consejo Universitario y sus detractores.

En entrevista con Reporte Indigo, afirman que la entrega de los planteles se dio bajo la supervisión de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).

Incluso, que las autoridades nunca manifestaron encontrar algún faltante en alguno de los 5 planteles de la UACM, por lo que resulta inverosímil que ahora se les pretenda culpar de ello.

De acuerdo con la profesora, Ana María Sacristán, en los cubículos de los profesores y en el área de archivos, donde ella trabaja, no se registró un solo robo.

Con el paso de los días las acusaciones de la rectora han ido en aumento. Fuentes consultadas por este periódico señalan que existen áreas cerradas por las autoridades.

“Lo que pasa es que aseguran que están revisando y no dejan pasar a nadie, después de unos días, se llevan las cosas y nos incriminan de las diversas irregularidades”.

La lectura de los disidentes es clara: Esther Orozco busca presionar al Consejo Universitario para que reconozca, como integrantes, a los afines a la dirección de la UACM.

Ana María Sacristán dice que no existen dos consejos, que la única realidad es que la Rectoría no reconoce la representación legítima de los universitarios y rompe todos los acuerdos.

“Desde el pasado 29 de noviembre se tomó protesta al tercer Consejo, donde la rectora quiere imponer a quienes tienen solo seis votos, como el profesor Carlos Arriaga”.

En sus declaraciones, la profesora insiste que dicho docente es un incondicional de Esther Orozco y trata de formar parte del máximo órgano de decisiones de manera ilegal.

Por eso aumentan las voces que sostienen que, antes del próximo semestre, habrá un nuevo paro, siempre y cuando no se de la destitución de Esther Orozco, la principal exigencia de los huelguistas.

Por el momento, muy pocos alumnos han acudido a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, y el consejo se reúne de manera dividida. Por un lado, los afines a Esther Orozco y, por el otro, los disidentes que no bajan la guardia en sus pretensiones de quitarla de la Rectoría.

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El Gobierno del Distrito Federal decidió morirse en la raya con Enrique Dussel. Por fin, tomó una decisión seria respecto a quién es, para las autoridades capitalinas, el rector legal de la Universidad Autónoma de la Ciudad México (UACM).

Como ya se sabía, nadie dio su aval a Esther Orozco. Primero, a través del ombusman capitalino, Luis González Placencia, y después vía el secretario de Gobierno del DF, Héctor Serrano.

UACM Ni Orozco ni Dussel

Simplemente, no hay quién pueda destrabarlo. El conflicto en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) parece no tener fin:  continúa con dos rectores y ninguna autoridad se atreve a desconocerlos.

Por eso, la guerra de poder que atraviesa esa institución académica se ha convertido en un arma de doble filo, donde cualquiera puede salir afectado.

La Comisión Tripartita había asegurado ayer que fijaría una posición sobre cuál de los dos rectores —Esther Orozco o Enrique Dussel— era el legítimo para el gobierno capitalino.