¿A dónde irá el dinero?

Las ganancias que recibirá México de Pemex, la Comisión Federal y los privados después de la reforma energética recaerán en dos manos: Hacienda y el Banco de México. 

La dupla integrada por Agustín Carstens y Luis Videgaray controlarán los pagos que se realicen a los contratistas, el dinero que recibirá Pemex, la CFE, el presupuesto de egresos y los estados. 

Aunque no tendrá mayoría en el Comité que dirigirá a dónde va el dinero y cuánto se invierte en créditos, el secretario de Hacienda sí dispone de un arma potente: el voto de calidad en caso de empate. 

Peniley Ramírez Peniley Ramírez Publicado el
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Las ganancias que recibirá México de Pemex, la Comisión Federal y los privados después de la reforma energética recaerán en dos manos: Hacienda y el Banco de México. 

La dupla integrada por Agustín Carstens y Luis Videgaray controlarán los pagos que se realicen a los contratistas, el dinero que recibirá Pemex, la CFE, el presupuesto de egresos y los estados. 

Aunque no tendrá mayoría en el Comité que dirigirá a dónde va el dinero y cuánto se invierte en créditos, el secretario de Hacienda sí dispone de un arma potente: el voto de calidad en caso de empate. 

El Comité que liderará los destinos de los recursos energéticos contará con la participación del Secretario de Energía y cuatro consejeros independientes, quienes durarán ocho años en el cargo y serán propuestos por el presidente, con el aval de las dos terceras partes del Senado.

Esta mayoría “ciudadana” está acotada. La propuesta de Ley del Fondo Mexicano del Petróleo enviada por el ejecutivo al Congreso el 30 de abril incluye una salvedad: basta con que estén presentes Carstens, Videgaray y dos consejeros (no los cuatro, ni el titular de Sener) para que se consideren válidas y legales las decisiones de ese organismo colegiado.

Comité ¿ciudadano?

La carga del dinero que se obtendrá gracias a la reforma energética estará en manos del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

El titular de este cargo será el presidente del Comité. Se reunirán al menos una vez cada tres meses y moverán las ganancias que se reciban en el Fondo Mexicano del Petróleo, un fideicomiso que se constituirá antes de que finalice este año y que tendrá como fiduciario al Banco de México. 

Este Fondo no será considerado una paraestatal, por lo que no le aplicarán las mismas reglas de auditoría que tenían hasta ahora las finanzas de las subsidiarias de Pemex, ni siquiera su corporativo. 

Si esta ley secundaria es aprobada a finales de junio, como han asegurado varios participantes en las negociaciones entre el PRI y el PAN, en septiembre deben estar nombrados los primeros cuatro consejeros independientes. 

De acuerdo con el proyecto de Ley, los periodos de los cuatro primeros miembros independientes vencerán en diciembre de 2015, 2017, 2019 y 2021. 

Aunque serán ratificados por la Cámara Alta, será el ejecutivo quien decidirá cuál de los miembros cumplirá cada periodo, es decir, cuál de ellos continuarán siendo consejeros en el próximo sexenio.

Después de estos primeros periodos acortados, los siguientes consejeros durarán ocho años en el cargo y podrán ser nombrados para nuevos periodos, aunque pueden ser removidos por decisión del presidente si se les comprueba que en algún caso han tenido conflicto de interés y no se han excusado de votar por ello. 

El otro actor con acceso total a la información de este organismo será el auditor externo, que será el mismo que tiene el Banco de México, el cual es contratado por el secretario de Hacienda.

Este auditor tendrá “las más amplias facultades para examinar y dictaminar los estados financieros” del Fondo y para “revisar la contabilidad y demás documentación relacionada con ésta”. Sus informes irán en copia al presidente y al Congreso. 

Destino de los recursos 

El dinero irá, en ese orden, al presupuesto, a los estados y al Fondo de extracción de hidrocarburos, como prioridades. 

Luego se enviará al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; al Fondo de sustentabilidad energética; a la Tesorería de la Federación, para pagar la fiscalización de la ASF.

La iniciativa busca que el gobierno federal mantenga en sus arcas un 4.7 por ciento del Producto Interno Bruto como ganancias por los “ingresos petroleros”. 

Cuando se hayan cubierto estos pagos, el Banco de México “administrará los recursos remanentes en la Reserva del Fondo para generar ahorro de largo plazo del gobierno federal, incluyendo la inversión en activos financieros”.

De esta reserva se podrán sacar recursos a la Tesorería, para cubrir gastos del presupuesto de egresos. 

La Ley prevé que este Fideicomiso coloque dinero en deuda en bonos soberanos, bonos indexados a inflación, bonos corporativos y acciones de empresas en distintos países, regiones y sectores económicos. 

También puede “recomendar” a la Cámara de Diputados que se use el dinero para otros gastos, como el financiamiento del fondo de pensión universal, los proyectos de inversión en ciencia, tecnología e innovación o en energías renovables, en el fondeo de un vehículo de inversión especializado en proyectos petroleros, en infraestructura para el desarrollo nacional o en becas para estudiantes de licenciatura y posgrados.

El destino de los recursos 

El orden en que se distribuirá los recursos administrados por este Fideicomiso muestra que las prioridades de gasto serán similares a las que se cubren actualmente con las ganancias de Pemex.

1 Presupuesto
2 Estados
3 Fondo de extracción de hidrocarburos
4 Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
5 Fondo de sustentabilidad energética
6 Tesorería de la Federación
7 Fiscalización de la ASFEl Fondo no tendrá las mismas reglas que aplican ahora en Pemex.

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