Detrás de la ventanilla del sector prendario

El préstamo prendario ayuda a obtener liquidez inmediata, aunque existen algunos factores que provocan incertidumbre entre las personas
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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Además de la pandemia, el sector prendario se enfrenta a una serie de problemas que tienen su origen desde hace años. Uno de los más importantes es el tema de la regulación, ya que la Amespre estima que alrededor de un 35 por ciento de los negocios dedicados a este mercado no cuentan con los requisitos mínimos para operar.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es la única autoridad reguladora en materia de casas de empeño y se encarga, entre otras cosas, de prevenir cobros excesivos y cláusulas abusivas. Sin embargo, al existir un abismo tan grande con los establecimientos que operan bajo condiciones irregulares la labor de la procuraduría se ve limitada

Esta situación abre la puerta a que se comentan fraudes y prácticas que dañan la estabilidad de las personas que acuden a las ventanillas de las sucursales.

Mario Di Costanzo, economista y especialista en servicios financieros, opina que el sector prendario es una opción segura para millones de mexicanos no solo durante la pandemia, sino durante todo el año, aunque es necesario que se fortalezcan sus reguladores.

“Existe un sector que no está formalmente regulado, no obstante, todos deberían de caer bajo la esfera de Profeco, y al no ser entidades financieras tampoco están bajo la supervisión de la Condusef que sería el organismo más especializado para atender a las casas de empeño”, añade.

Otro aspecto que preocupa es el Costo Anual Total (CAT), ya que en algunas empresas puede llegar a ser hasta tres veces más en términos de tasa de interés a diferencia de otros instrumentos financieros. Con base en datos de Condusef la tasa anual prendaria va de 42.6 a 370 por ciento, en contraste con el 40 por ciento de las tarjetas de crédito.

No obstante, la cifra también cambia si es una Institución de Asistencia Privada (IAP) o una casa de empeño comercial. En el caso de las primeras el CAT promedio oscila el 120 por ciento, mientras que en las segundas se dispara hasta 257 por ciento.

Préstamo prendario: Opción más atractiva

Una encuesta sobre casas de empeño elaborada por la Dirección General de Estudios sobre Consumo, revela que solo 5 por ciento de los pignorantes experimenta algún problema.

De ese universo el 22.2 por ciento fue por una inconformidad en el monto del avalúo, el 16.7 por ciento fue por información incompleta o confusa, mientras que el 5.6 por ciento porque le realizaron cobros indebidos.

Conrado Monroy Infante, gerente regional centro del Nacional Monte de Piedad, es consciente de los múltiples retos a los que se enfrenta el sector, pero se mantiene optimista porque, asegura, que el Monte de Piedad ofrece las mejores tasas y condiciones del mercado que permiten a ocho de 10 de sus clientes recuperar sus prendas sin poner en riesgo el patrimonio familiar.

Nos enfrentamos a varios desafíos como tener un mayor alcance con las personas que requieren de financiamiento, pero el mercado prendario potencial está cerca de los 40 millones de mexicanos y una de las mayores ventajas es que el empeño se encuentra al alcance de todos y eso facilita que las familias obtengan liquidez inmediata
Conrado Monroy InfanteGerente regional centro del Nacional Monte de Piedad

Expuestos a la violencia

Al igual que otros sectores, el prendario no está exento de la violencia que se vive en México todos los días. Javier R.S (quien prefiere ser nombrado de esa forma para proteger su identidad) vivió una experiencia hace tres años que lo obligó a cambiar de giro empresarial y lugar de residencia.

El 23 de julio de 2017, el padre de familia salió de su casa en el municipio de Atizapán de Zaragoza a las 7:00 am como era la rutina habitual. Sin embargo, 40 minutos más tarde, al llegar a una de las casas de empeño que formaba parte de la red que operaba en el Estado de México, el empresario fue obligado a entrar por la fuerza.

Tres personas armadas aguardaban a su llegada. Sabían quién era y a qué se dedicaba. Amenazaron al empresario con lastimar a sus dos hijas y a su esposa si no acataba todas las instrucciones: tomar todos los artículos de valor empeñados en el establecimiento. Esto se repitió en dos sucursales más.

A pesar de que Javier R.S salió ileso, los problemas que surgieron después del incidente le cambiaron la vida. Se enfrentó a cuestionamientos por parte de la policía que, en sus palabras, “más que ayudar me culpaban”, los pignorantes no creyeron su historia, aun cuando el seguro les cubrió una parte, y en el núcleo familiar su esposa padeció ansiedad y depresión.

“Fue muy duro vivir eso, nadie me creía, muchos pensaron que yo era cómplice de los delincuentes solo porque accedí a cooperar con ellos, ¿pero qué otra cosa podía hacer? Amenazaron con dañar a mis hijas y a mi esposa. Esto no solo me cambió a mí, también a ellas”, comenta Javier R.S.

El riesgo prendario

Además de la violencia, la industria se enfrenta a un tema que afecta a todos por igual: los fraudes, sobre todo porque las casas de empeño se convirtieron en un pilar de gran valor para las personas que no cuentan con ningún instrumento financiero.

La Condusef calcula que el 80 por ciento de las personas que empeñan en México son amas de casa, en tanto que el 20 por ciento restante lo componen comerciantes, estudiantes, desempleados y jubilados

La Profeco emite de manera regular notificaciones para alertar a la población de no caer en engaños. Alrededor del 50 por ciento de las empresas informales no utilizan un sistema de peso o tampoco elaboran valuaciones confiables para las transacciones que se realizan en el lugar.

Silvia Trejo Cázares explica que cuando acude al empeño lo hace a través de Nacional Monte de Piedad por la credibilidad de la organización, pero en alguna ocasión tocó la puerta de otras casas que le ofrecieron mejores tasas y más dinero. Mala decisión. En estas opciones encontró un mal servicio, atención poco profesional y lo peor, el riesgo de nunca recuperar sus pertenencias.

“El empeño es una buena opción siempre y cuando se sepa dónde hacerlo. Hay muchos negocios que te invitan a pagar cuando quieras y te ofrecen el valor completo de las prendas. Todo eso es mentira y si no te das cuenta de que se trata de un fraude puedes perder tus cosas”.

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