El reto de los desaparecidos

Para el nuevo presidente del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, el mexicano Santiago Corcuera Cabezut, el reto para ese organismo en los próximos años es buscar la erradicación de la faz de la tierra de ese tipo de crímenes.

 

Desde su punto de vista, la desaparición forzada de personas ya se presenta como un problema a nivel global. 

Para el nuevo presidente del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, el mexicano Santiago Corcuera Cabezut, el reto para ese organismo en los próximos años es buscar la erradicación de la faz de la tierra de ese tipo de crímenes.

 

Desde su punto de vista, la desaparición forzada de personas ya se presenta como un problema a nivel global. 

 

“Es una práctica que cada vez se generaliza más en diversas regiones del mundo”, detalla Corcuera Cabezut.

 

Observa que la desaparición de personas no sólo es imputable a los estados dictatoriales o fuerzas de guerra, sino que también es atribuible a particulares.

 

El abogado, que se ha distinguido por su trabajo a favor de los derechos humanos desde hace más de dos décadas en México, considera que el trabajo que tiene frente a sí es titánico, pues en los 53 países que dan parte a ese comité se siguen registrando casos de desapariciones en forma casi permanente.

 

“Uno pensaría que esas se dan solo en el contexto de una dictadura, como Argentina, Chile y Uruguay, que son muy emblemáticos.

 

“(Pero también) cuando hay una guerra interna, cuando hubo el levantamiento de un ejército de liberación nacional y el Estado utiliza las fuerzas armadas para combatir a ese ejército, como en Centroamérica o Sri Lanka o Colombia”.

 

Particulares involucrados

 

Otra modalidad de desapariciones que han ido al alza en los últimos años se da en otros contextos, explica Corcuera a Reporte Indigo.

 

“Como es el de la violencia con índices elevados, que puede suscitar el ataque contra el crimen organizado, que sería el caso de México”.

 

De acuerdo a las estadísticas del propio comité de la ONU, el tipo de desapariciones que más repuntan en el mundo son las que son atribuibles a particulares, que en el caso de México serían las cometidas por grupos del crimen organizado y de los cárteles de las drogas, las que de acuerdo a 

Amnistía Internacional (AI) son también las que más impunidad generan.

 

Según los datos de la organización Human Rights Watch (HRW), desde el 2006, año en que se comenzó a elevar el número de desapariciones forzadas en México, hasta el año pasado, en nuestro país no se había registrado ningún encarcelamiento en contra de alguna persona por el delito de desaparición forzada.

 

Es habitual que agentes del Ministerio Público y policías no adopten medidas básicas de investigación para identificar a los responsables de desapariciones, y a menudo atribuyen a las víctimas la responsabilidad por lo sucedido e indican a sus familiares que deben realizar ellos mismos las investigaciones”, establece HRW en su informe anual del año pasado en México. 

 

Desaparecidos al alza

 

La llegada del mexicano Santiago Corcuera a la presidencia del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU ha despertado expectativas en nuestro país.

 

Sobretodo porque México, de acuerdo las estadísticas de ese organismo multinacional, es uno de los países que mayor cantidad de desapariciones forzadas ha registrado desde el 2006 a la fecha.

 

Las cifras oficiales que se reconocen en México apuntan que hasta el primer semestre del 2016 el número de desaparecidos ya llegaba a 28 mil, en donde el 30 por ciento de ellos corresponde menores de edad y mujeres; en la mayoría de los casos, de acuerdo a Amnistía Internacional, las desapariciones ocurrieron a manos de fuerzas del estado o células del crimen organizado.

 

Pero el caso de México en cuanto a desaparecidos no es único, “nos podemos dar cuenta que la desaparición forzada es una práctica que se da en todos los continentes del mundo”, dijo Santiago Corcuera, por eso enfatizó en la necesidad de buscar durante su gestión al frente del comité que sean más países los que se integren para denunciar ese fenómeno.

 

Pero a pesar de ello, no se dejará de lado la nutrición informativa que el comité recibe de la sociedad civil organizada, la que de alguna forma se convierte en los oídos y los ojos del comité contra desapariciones de la ONU en todos los países miembros, donde esa información permite mantener en equilibro los datos con los que trabaja el comité.

 

México observado   

 

La designación de un mexicano al frente del Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU es de trascendencia histórica.

 

No solo es el primer mexicano elegido por parte de los 10 integrantes del comité, sino que es nacional de un país al que hace tiempo no se le dicta una vista del grupo de trabajo de 

Desapariciones Forzadas.

 

La última vez que este grupo hizo una visita a México fue en el año 2011, cuando la comitiva observó que “la información recibida por el Comité ilustra un contexto de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio del Estado parte, muchas de las cuales podrían calificarse como desapariciones forzadas”.

 

Si bien es cierto, dijo Santiago Corcuera, que a México no lo visita una comisión de trabajo de 

Desapariciones Forzadas, sí ha sido atendido por otros procedimientos.

 

“Como el relator contra la tortura, Juan Méndez, cuyas observaciones causaron reacciones muy violentas; también han visitado México otros grupos de trabajo como el de la Relatoría de Derechos Humanos”.

 

Por lo que consideró que México no se ha apartado de la observación internacional, y menos lo hará con él al frente del Comité.

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