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Debe el IFE esforzarse en dar certidumbre

Las autoridades electorales deben dar certidumbre a los mexicanos y analizar todas las irregularidades que hubo en la contienda electoral, pero tal parece que “tienen prisa por lograr el aplauso unánime”, reflexiona Sergio Aguayo, académico del Colegio de México.

El Instituto Federal Electoral (IFE) debe entender que su función no sólo es contra los votos, sino legitimizar la elección antes de que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI-PVEM “llegue a Los Pinos”.

Las autoridades electorales deben dar certidumbre a los mexicanos y analizar todas las irregularidades que hubo en la contienda electoral, pero tal parece que “tienen prisa por lograr el aplauso unánime”, reflexiona Sergio Aguayo, académico del Colegio de México.

El Instituto Federal Electoral (IFE) debe entender que su función no sólo es contra los votos, sino legitimizar la elección antes de que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI-PVEM “llegue a Los Pinos”.

Y para ello, precisó, tanto Instituto como el Tribunal Federal Electoral (TRIFE) tienen que analizar el apoyo de Televisa a Peña Nieto, el sobregiro en los topes de campaña y la compra y coacción del voto.

Entrevistado en el acervo histórico del Colegio de México, una de las bibliotecas más grandes de América Latina en temas sociales, Aguayo sostuvo que las acusaciones no pueden desecharse.

Antes de reconocer a los árbitros electorales ”nos tienen que decir por qué no se ha avanzado en esos temas”.

La Reforma Electoral del 2007, lamentó, sirvió para “la compra privada de publicidad”, pero no dio los elementos suficientes para castigar la compra del voto.

En estas elecciones “la izquierda ganó”. Y es que Peña Nieto llegará con un Congreso dividido, y aún cuando lograra la mayoría simple con el Panal, no le sirve para aprobar reformas.

“Tendrá, como pasó con Vicente Fox y ahora con Felipe Calderón, que pactar con la oposición”.

Pero sobre todo, recordó, tendrá que aprender a dialogar con las estructuras democráticas que se han creado en la Ciudad de México. No podrá aplicar la fórmula que utilizó en el Estado de México “donde la democracia está más atrasada”.

Ojalá que no vengan las campañas de hostigamiento “como en el Edomex” contra los intelectuales críticos, porque eso sería tanto como una regresión, denunció el académico.

En su opinión, México tiene que aprender a vivir “con la crítica”. Es parte de la apertura democrática, sentenció.

Seminario en el Colmex

Junto con otros académicos y politógos, Aguayo participó en el seminario “2012 año de elecciones, año de reflexiones” que se realizó en el Colmex en días pasados.

Ahí, el ex consejero presidente del IFE, José Woldenberg aseguró que el proceso electoral del domingo pasado fue una transición democrática porque el PRI no ganó la mayoría absoluta.

“Nadie tiene escrito el futuro y esa es una de las cosas que hacen singular y entusiasmante a los sistemas democráticos, porque quien gana hoy, puede perder mañana.

“Y quien perdió hoy, se puede recuperar el día de mañana y por eso la importancia de fortalecer el compromiso con la fórmula electoral”, apuntó Woldenberg.

Los expertos que participaron en el análisis de los resultados electorales coincidieron en que el proceso electoral no fue limpio.

Sin embargo, reconocieron que es difícil comprobar si existió la compra y coacción de voto, aún con la apertura de los paquetes de las casillas por distritos.

El politólogo José Antonio Crespo respaldó la apertura de casillas para revisar las actas, pero aclaró que las inconsistencias que se detecten están por debajo de 6 por ciento del resultado final.

“No servirá para saber dónde y quién incurrió en el delito de comprar votos.

“No habrá manera de asegurar que los 3.5 millones de votos de diferencia entre el ganador y el candidato del movimiento progresista, Andrés Manuel López Obrador, fueron votos comprados o ejercidos bajo presión.

“Las elecciones no se hacen en un laboratorio; no se pueden controlar las variables del proceso electoral”, agregó Woldenberg.

Para la doctora en Ciencia Política, María Amparo Casar, Peña Nieto llegará a la presidencia más fuerte que sus antecesores panistas, ya que obtuvo más votos que ellos, pero será menos fuerte en el Congreso que Zedillo, pues “no tendrá una posición cómoda como la tuvo él”.

El sociólogo Roger Bartra y el analista político Rogelio Hernández coincidieron que ninguna restauración del PRI es una vuelta al pasado, pues la gente ha cambiado y no aceptará e lautoritarismo del PRI.

En ese sentido, Lorenzo Meyer, analista politico, aclaró que “lo que sí ha cambiado es la naturaleza de la sociedad mexicana”, pero se preguntó hasta qué punto.

Batra, por su parte, consideró que tanto la izquierda como los intelectuales “deben civilizar al PRI, domesticar al dinosaurio”.

Por último, la académica Soledad Loaeza comentó que estas elecciones revelan la confianza de la población en las instituciones electorales: “si no se creyera en el IFE, si no se creyera en esas instituciones, uno no se tomaría el trabajo de ir a votar”.