De carruaje a calabaza: Uber

El 2017 fue un año de pesadilla para Uber y el 2018 arranca con una señal de alerta: su cofundador, Travis Kalanick, venderá el 29% de sus acciones.

Cuando Uber apareció en el mapa del servicio de transporte privado, prometía ser una empresa que revolucionaría la forma en la que las personas de todo el mundo se mueven con comodidad y seguridad.

Usar tu teléfono para obtener un servicio similar a un taxi, pero que pagas con tarjeta de crédito o débito, en donde además conoces de antemano el nombre de tu chofer y sabes que el coche que abordarás está limpio y es de modelo muy reciente. Sí, era algo que parecía irresistible.

La empresa Uber fue fundada en el 2009 y llegó a México en el 2014, cuando todavía nos hacía creer que ese servicio cambiaría la forma en la que hacemos recorridos diarios, pero la historia que parecía un cuento de hadas poco a poco comenzó a transformarse en un relato de terror.

Cronología de la debacle

El 2017 fue un año en el que Uber comenzó su transformación de carruaje a calabaza, como en el cuento de la Cenicienta. Curiosamente, la gran mayoría de escándalos en los que la marca se vio envuelta tienen un elemento en común: acoso sexual.

A nivel mundial, incluyendo a sus directivos, la empresa enfrenta quejas por acosos y abusos sexuales, los cuales carecen de investigación y seguimiento. Incluso Uber, antes de terminar el 2017, decidió modificar sus políticas y, para usar el servicio, debes aceptar sus términos y condiciones, en los cuales la compañía se deslinda de lo que los choferes hagan o dejen de hacer.

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Con eso, Uber dejo totalmente vulnerables a sus usuarios. Pero la historia de este desmoronamiento comenzó desde el segundo mes del año pasado.

19 de febrero: Susan Fowler, exempleada de Uber, hace públicas sus acusaciones de acoso sexual en un blog. Derivado de esto, Uber contrata al exsecretario de Justicia de EE.UU. Eric Holder, y a la abogada Tammy Albarrán para investigar la compañía.

28 de febrero: Uber pide la renuncia de Amit Singhal, jefe de ingeniería de software, por no revelar una demanda de acoso sexual en Google.

1 de marzo: Filtran un video de Travis Kalanick, cofundador y en ese entonces CEO de la empresa, hablando de manera despectiva a uno de sus conductores.

24 de marzo: Una mujer de Corea del Sur denuncia que cinco empleados de Uber tuvieron comportamientos inapropiados cuando visitaron un karaoke acompañados de escorts.

6 de junio: Después de investigar 215 quejas internas, Uber despide a 20 empleados. Uno de ellos fue Eric Alexander, presidente de Uber-Asia, por haber obtenido el historial médico de una mujer que fue violada por un conductor.

12 de junio: Emil Michael, considerado el segundo al mando en Uber, renuncia a su cargo tras verse involucrado en varios escándalos.

14 de junio: Tras la muerte de su madre, Travis Kalanick anuncia su ausencia indefinida.

20 de junio: Uber anuncia “180 días de cambio”, una campaña para renovar su imagen.

21 de junio: Kalanick renuncia tras la presión de cinco de sus accionistas, argumentando que no quiere frenar el crecimiento de Uber. Decide permanecer en la junta deractiva y conservar sus acciones.

Venta de acciones

Pareciera que después del año de pesadilla para Uber, Travis Kalanick quiere que poco a poco intentará deslindarse de la empresa que él mismo fundó, ya que durante los primeros días de enero, diversos sitios especializados en información empresarial y económica revelaron que el cofundador de la compañía de transporte privado venderá a finales de mes el 29% de sus acciones.

Travis Kalanick
Travis Kalanick. Foto: AP.

Según reportan, esta transacción representará ganancias de 1.4 millones de dólares, ya que la operación se hará con Softbank Group y un grupo de inversionistas que valúan Uber en 48 millones de dólares.

Uber en México

La aplicación llegó a nuestro país en el 2014 rodeado de polémica; los taxistas denunciaron que resultaba injusto que ellos no tuvieran que someterse a las regulaciones gubernamentales ni a pagar la revista y tarjetón para poder operar.

En la Ciudad de México, el gobierno capitalino impuso una aportación por cada viaje que se realiza en Uber, una situación que afectó directamente a los usuarios, ya que ese ajuste se vio reflejado en la tarifa.

Pero eso no fue lo peor; después de maravillar a los mexicanos, la saturación de automóviles y choferes dados de alta en la plataforma provocaron que los filtros de control se fueran reduciendo.

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Comenzaron a registrarse casos de violaciones y abusos sexuales, los cuáles eran poco acompañados por la compañía. Incluso hubo casos en los que la empresa no facilitó los datos de los viajes denunciados, dificultando la acción de las autoridades.

La situación no fue exclusiva de la Ciudad de México; Guadalajara, Hermosillo y Estado de México son solo algunas de las entidades con registro de crímenes relacionados con Uber.

También se tienen registros del uso de Uber para hacer servicios de narcomenudeo, situación que se fue revelando luego de asesinatos consecutivos de choferes en Nezahualcóyotl y Ecatepec.

Otro acontecimiento relacionado con Uber que afectó a los usuarios mexicanos fue el hackeo de información que sufrieron los clientes que pagaban sus servicios con tarjetas de Banco Azteca y Uber.

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Aún así, Uber y las empresas como Cabify que replican el sistema de pedir un auto por medio de una aplicación celular, siguen siendo una opción para aquellos que pueden pagar más que el pasaje del transporte público, pero consideran que los taxis son aún más inseguros.

Señales de alerta

El año de pesadilla y la venta de acciones del cofundador con el que arranca el 2018 es un indicativo para inversionistas de que la situación con la compañía podría empeorar, pero también es una gran oportunidad para que Uber de un golpe de timón y aproveche la plataforma tecnológica que deslumbró al mundo para hacer mejoras en el servicio.

Si la situación sigue la tendencia del 2017, la confianza de los usuarios disminuirá, bajará la demanda de servicio y las personas que se encargan de comprar automóviles para meterlos a las filas de la empresa no querrán arriesgar su capital.

Pero en el terreno de la suposición, todo puede pasar y tendrá que ser el equipo de Uber el que defina qué quiere con su compañía. ¿Carruaje o calabaza?

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