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De las calles… al museo

Romper la violencia entre grupos de pandillas de cuatro polígonos de Guadalajara, es uno de los objetivos del Proyecto de Prevención Integral de la Violencia y la Delincuencia Orientado a las Juventudes del Centro Operacional para el Fortalecimiento Iniciativas Sociales (COPEFIS)  .

Desde hace más de un año el organismo ha intervenido en colonias como Miravalle, Oblatos, Lomas del Paraíso, el Zalate en Guadalajara y otros sectores del norte de Zapopan. Sitios en donde la incidencia de grupos de pandillas ha incrementado en los últimos años. 

"A mí me gusta más el arte y la cultura, lo que viene siendo Aztecas, charros, cholas, payasas, Quetzalcóatl, todo eso es mi tipo"
José Gonzálezartista grafitero
El proyecto “Más Barrio Comunidad Trabajando” ayuda a los grafiteros a conseguir “bardas legales” y pintura de calidad para poder intervenir las calles
https://www.youtube.com/watch?v=v_MvrJfyT4A

Romper la violencia entre grupos de pandillas de cuatro polígonos de Guadalajara, es uno de los objetivos del Proyecto de Prevención Integral de la Violencia y la Delincuencia Orientado a las Juventudes del Centro Operacional para el Fortalecimiento Iniciativas Sociales (COPEFIS)  .

Desde hace más de un año el organismo ha intervenido en colonias como Miravalle, Oblatos, Lomas del Paraíso, el Zalate en Guadalajara y otros sectores del norte de Zapopan. Sitios en donde la incidencia de grupos de pandillas ha incrementado en los últimos años. 

Según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara, a finales del 2012 existían alrededor de 25 pandillas en el municipio.

Aproximadamente 81 colonias de Guadalajara registran presencia de estos grupos, eso coloca a Guadalajara como la quinta ciudad en México con mayor número (véase, Pandilleros, reclutas del narco).

Son pocas las organizaciones que atienden a este sector de la ciudad, pero no por eso su trabajo es menor. El COPEFIS se ha abocado a la atención directa de jóvenes de zonas marginadas.

Su estrategia de intervención involucra el arte callejero, en específico el grafiti como un lazo artístico que permite pacificar comunidades. Los resultados de su trabajo ya son visibles para los más 500 jóvenes que colaboran en el proyecto.

“Antes me gustaba mucho rayar, pero hacía puro ilegal, y Carlos un amigo me invitó y ahora veo que todos los barrios se están acoplando y no vemos riñas”, comenta Christofer Reyes conocido como “El Derks” quien a sus 14 años ya ha colaborado en una decena de pintas, la mayoría hechas en su colonia Lomas Paraíso en donde asegura ha disminuido la violencia.

Al inicio del proyecto de intervención los jóvenes son preparados para la convivencia. Se evalúan los problemas de su comunidad y se incentiva a que los participantes generen sus propias soluciones.

“La primera introducción fue para acoplar a los barrios y ver qué tipo de vida llevan y con quienes tienen problemas, a partir de ahí se fue poco a poco viendo que dejaran las riñas y que empezaran a pintar juntos”, refiere Carlos Claverie, otro de los participantes.

Carlos explicó que en Lomas del Paraíso lograron armonizar el barrio gracias a que en un principio eliminaron todos los colores de los murales y solo les permitieron pintar en blanco y negro. Eso permitió que todas las bandas no sintieran diferencias entre ellos. 

El Proyecto “Más Barrio Comunidad Trabajando” ayuda a los grafiteros a conseguir “bardas legales” y pintura de calidad para poder intervenir las calles con colores, técnicas y elementos creativos que identifican a los jóvenes.

Al tiempo que genera entre los participantes una poderosa red de promotores y capacitadores que siguen reclutando jóvenes para que se unan al proyecto. Además de generar un nueva forma de ingreso para algunos jóvenes que se comprometen de lleno con el proyecto. 

Animaciones en tercera dimensión, figuras que evocan épocas prehispánicas, explosión de colores y movimientos con sombras, son algunas de las técnicas que los jóvenes creativos aprenden y enseñan entre ellos a la hora de realizar un mural.

“A mi me gusta más el arte y la cultura, lo que viene siendo Aztecas, charros, cholas, payasas, Quetzalcóatl, todo eso es mi tipo”, afirma José González, otro de los expositores.

“Me gusta adherirle (a sus murales) un personaje según mi estado de ánimo o una situación que esté viviendo”, agrega Ángel Saúl Mendoza, quien explica que para él su obra es “una forma de tratar de sacar los sueños a la realidad”.

Otros comentan que sus obras tienen escenas de la realidad y les interesa pintar algunos motivos políticos. Pero para otros grafiteros como Abraham Joel Ramos dibujar policías y otras autoridades “es un desperdicio”.

“Me gusta más bien enseñar lo bonito, darle color a la pared y enseñar una sonrisa en ese espacio, por que muchas personas pintan lo malo, los políticos, yo no voy gastar un espacio en tirarle a una persona si se puede aprovechar el espacio en hacer algo mejor”, comenta Ramos, habitante de la colonia Miravalle.

Comunidad trabajando 

A poco más de dos años de su creación “Más Barrio Comunidad Trabajando” es ahora un sólido proyecto social que involucra a universidades, organizaciones y jóvenes dispuestos a impregnar su propio sello en los murales que adornan ciudad.

Desde adolescentes hasta veteranos del grafiti, el pasado 22 de febrero, todos se unieron en la pinta de un inmenso mural sobre las avenidas Washington y Calzada Independencia. Y la  intervención culminará con una exposición en el Museo de la Ciudad.

Para dicha muestra se elaboraron más de 40 piezas que serán expuestas desde el viernes 28 de febrero del 2014 y hasta el día dos de marzo.

“En mi cuadro hay tres manos. Es como un recuento histórico (…) la principal idea que lleva el mensaje es que el tercer ojo es ser algo más espiritual, pero muchas personas buscan abrir el tercer ojo y aún no abren los primeros dos”, relata Abraham Joel Ramos sobre su obra.

La intención de llevar las piezas de arte callejero al museo es confrontar “dos mundos completamente distintos”, comenta la responsable del proyecto Marisol Montessuit Chávez.

Montessuit Chávez explica que para los jóvenes, el museo es un lugar intocado, “al que nunca asisten” mientras que para todos los visitantes –incluidos funcionarios públicos– será una viaje al fondo de la periferia tapatía.

Y es que el proyecto es financiado con fondos federales del Subsidio para la Seguridad en los Municipios (Subsemun) por lo que el día de la inauguración estarán presentes autoridades de todos los niveles de gobierno y “será un ejercicio interesante de convivencia”, apunta Montessuit Chávez.

Cada pieza expuesta irá acompañada de la foto del artista y la explicación de su obra, a fin de que el visitante pueda adentrarse más en la visión del artista de calle.

Los cuadros no estarán a la venta los días de la exposición, pero podrán ser adquiridos en lo posterior vía correo electrónico. 

El costo de cada pieza no rebasa los 800 pesos. El 70 por ciento de lo recaudado irá directo al artista mientras que el 30 por ciento más se destinará a un fondo común que servirá par adquirir más pintura. 

Hip-hop por la paz 

En la inauguración del proyecto Barriarte en el Museo de la Ciudad de Guadalajara también participará un colectivo de música.

Se trata de otra iniciativa creada por la misma asociación civil que compromete a los jóvenes a intervenir en su comunidad a través de la música.

El objetivo es generar composiciones de hip-hop “para la no violencia”, explica Juan González, “El Panchas”, un artista local ampliamente conocido en las redes sociales.

En sus letras involucran temas de conciencia social, sobre el uso de drogas, la muerte y otras historias de vida.

Juan González, es uno de los colaboradores de este proyecto. Refiere que desde hace algunos meses se inauguró el estudio de grabación en la colonia Oblatos y desde entonces se trabaja en un disco que será presentado en el mes de marzo.

En el disco colaboran jóvenes de los cuatro polígonos donde intervine la organización. 

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