Para ver un cambio real y a largo plazo con el Proyecto Polo debe haber continuidad

De la propuesta a la continuidad de Proyecto Polo

Para ver un cambio real y a largo plazo con el Proyecto Polo, el cual tiene una duración de cuatro años, las organizaciones participantes deben mantenerse unidas y trabajar en equipo

Sergio Flores coordina el Proyecto Polo y comenta que el éxito del programa no solo se debe a la formación de redes y al fortalecimiento de las organizaciones civiles, si no a la capacidad de diálogo y de generar nuevas herramientas de trabajo.

Aunque el proyecto, después de cuatro años, termina en abril, señala que está confiado en que las redes continuarán y las organizaciones por si solas seguirán trabajando juntas, ya que durante todo este tiempo los actores locales han aprendido a comunicarse entre ellos, a resolver conflictos y a tener una agenda en común.

El fortalecimiento no solo consiste en enseñar o dejar conocimientos, se deben de generar capacidades. La construcción de la democracia y el desarrollo de la paz tienen que ver con el diálogo de actores muy diversos. Ahora el reto del proyecto es la continuidad de las redes. La idea es que las propias organizaciones sigan trabajando. Sé que será un reto mayúsculo
Sergio FloresCoordinador del Proyecto Polo

Xóchitl Edith Bautista García, directora de Eka Jiva al servicio de grupos vulnerables A.C., sabía desde niña que de adulta se quería dedicar a ayudar a la gente de su natal Oaxaca, principalmente a los niños y niñas.

De esta manera fue como comenzó desde su casa a organizar colectas de juguetes para entregarlos el Día de Reyes a los menos favorecidos.

Su organización fue evolucionando hasta actualmente incidir en políticas públicas relacionadas con la economía social, salud y educación para niñas, niños y jóvenes.

Y es que en Oaxaca, quienes llegan a cursar el bachillerato, tienen pocas opciones, por ello la mayoría de los hombres migran y las mujeres se casan.

En gran parte, esto se debe a que en los planes de estudio no hay contenidos ni siquiera para el manejo de finanzas sanas.

“Son una población altamente vulnerable, para nosotros es importante que tengan herramientas para su desarrollo económico. Actualmente, estamos trabajando tres asociaciones para poder implementar una materia de fianzas en el programa de estudios de los bachilleratos.

“De pronto uno se siente solo haciendo cosas para que algo cambie, pero en ese sentido tener una red y conocer a otros que están haciendo lo mismo es cuando nos damos cuenta de que somos muchos ríos y juntos podemos ser un gran caudal si unimos actividades”, comenta.

Actualmente Eka Jiva y otras organizaciones se encuentran haciendo “lobby” con los diputados del Congreso local para impulsar su iniciativa.

Gracias a las organizaciones sociales de Proyecto Polo, los actores locales han aprendido a comunicarse entre ellos, a resolver conflictos y a tener una agenda en común
Gracias a las organizaciones sociales de Proyecto Polo, los actores locales han aprendido a comunicarse entre ellos, a resolver conflictos y a tener una agenda en común

“Viendo fotografías de hace unos años me sorprendí al darme cuenta que dimos el brinco de estar recolectando juguetes en la casa a estar ya con los diputados para presentarles propuestas.

En Oaxaca estamos acostumbrados a organizarnos y colaborar en la Guelaguetza, pero esa coordinación debíamos de aterrizarla en otras cosas”, agrega.

La entrevistada confía en seguir incidiendo a través de programas y políticas públicas para ayudar a la niñez oaxaqueña. Ella cree en que las cosas pueden cambiar y justo en los menores está el motor del cambio.

“La solución está en platicarles y hacerles ver que hay otros mundos, que es posible soñar con otras cosas y que los sueños son posibles”, concluye.

Los principales retos para Proyecto Polo

Rodrigo Peña, investigador postdoctoral y director ejecutivo del Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México, comenta que el modelo utilizado por el Proyecto Polo ha sido exitoso en otras partes del mundo pero su eficacia se debe de tomar con reservas, ya que pueden surgir muchos problemas sobre la marcha.

El primero de ellos, dice, es que los éxitos más sustantivos en otras experiencias se han dado en una dimensión más local y específica.

Al hacerlos a gran escala, pierden dimensión por lo difícil que es establecer redes. Es interesante el modelo, la idea es motivadora, pero está lleno de retos
Rodrigo PeñaInvestigador postdoctoral y director ejecutivo del Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México

En el proyecto que fue implementado en La Laguna, además de las redes entre organizaciones y academia, participaron representantes de los tres niveles de gobierno, por lo que el especialista comenta que es importante sumara las autoridades para conseguir la pacificación y la solución de problemas.

“En algún momento estas redes deben de sumar a las autoridades. Al principio, no suelen ser parte de estas redes, pero en algún tiempo se tienen que añadir”, agrega.

Peña señala que normalmente cuando una red de organizaciones está teniendo éxito, es común que se acerquen los funcionarios públicos y ese es el momento adecuado para sumarlos.

El siguiente paso sería materializar, en términos de políticas públicas, la agenda de los movimientos y las redes de paz.

“Pueden tener un éxito a corto o mediano plazo, pero si se desea que la red sea sustentable, hay que sumar a los funcionarios públicos, concretamente autoridades con peso específico en los temas específicos.

“Para eso hay que tener un relato de por qué están construyendo esa red. A veces es muy claro, por ejemplo, el caso de la violencia contra la mujer”.

El fortalecimiento de las comunidades con Proyecto Polo no solo consiste en enseñar o dejar conocimientos, se deben de generar capacidades
El fortalecimiento de las comunidades con Proyecto Polo no solo consiste en enseñar o dejar conocimientos, se deben de generar capacidades

Con base en la experiencia, el especialista en violencia y paz comenta que es necesario sumar a los empresarios a la red, lo cual se puede lograr mientras se aumenta el capital social.

“En la medida en la que se construyen organizaciones y redes de este tipo aumenta el capital social, el cual eventualmente lleva al capital económico”.

Finalmente, Rodrigo Peña dice que los cuatro años que durará el Proyecto Polo es buen tiempo para sentar las bases, pero no para declararlo un éxito, ya que estos procesos pueden durar décadas.

“En la mayoría de contextos en los que ha triunfado este modelo ha tomado hasta 40 años para que se consolide la red e incluso en ese tiempo hay puntos de quiebre”, concluye.

También puedes leer:

Proyecto Polo demuestra el poder de la gente