El Ejército mexicano transformó algunas de sus armerías y dormitorios en hospitales Covid-19

De cuarteles a hospitales contra el Covid-19

El Ejército mexicano transformó algunas de sus armerías y dormitorios en hospitales para pacientes con SARSCoV-2, el objetivo es apoyar con instalaciones y atenciones médicas para evitar la saturación en los centros de salud

Un cuarto de armería de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se convirtió en una sala para pacientes con COVID-19.

Ante la demanda de espacios médicos para tratar los casos activos, el Ejército optó por acondicionar sus cuarteles como hospitales que ofrecen servicio no solamente a militares ,sino también a la sociedad.

En entrevista, Giorgio Franyuti, médico civil que labora en el Campo Militar 1-A en uno de los 32 hospitales convertidos, comenta que hasta el momento entre 350 y 400 pacientes recibieron servicio médico en esa área, sin que se haya registrado ningún deceso.

Los médicos que laboran en hospitales provisionales del Ejército se preocupan por la salud mental de sus pacientes, es por ello que les proporcionan libros o videollamadas para que no presenten ansiedad

“En esta unidad se brinda atención a la población en general, civiles con o sin servicios médicos de asistencia, o militares que resulten contagiados cuya condición no requiera terapia intensiva. Nos hemos enfocado también en cuidar su salud mental, les hemos dado libros e incluso a través del servicio de videollamadas han interactuado con médicos de risaterapia para darles apoyo emocional”, relata.

Convencido que hay que enfocarse en tratar a la persona y no solo a la enfermedad, Franyuti explica que los libros han sido donados por parte de la organización Medical Impact con el objetivo de poder reducir la ansiedad y el estrés de los pacientes con COVID-19.

“El proyecto inició la semana pasada, nos gusta pensar que si nos enfocamos más en cuidar el sentir y la mente de la persona podemos ganar la batalla, no hay forma en que darles libros sea contraproducente”, comenta quien también es jefe de bioseguridad.

El equipo médico que trabaja en el Campo 1-A está conformado por 40 médicos civiles quienes trabajan por turnos de 12 horas, mientras que las 30 enfermeras desempeñan su labor por jornadas de 8 horas.

Hojas de cuadernos pegadas sobre un marco de tapiz rojo con frases como “gracias por los cuidados a mi esposo”, “gracias por ser grandes héroes sin capa”, “son la esperanza de vida de todos” o “con esta enfermedad me di cuenta que todavía hay ángeles y me los encontré en este hospital”, colocados a un costado de la entrada del personal, es lo que recibe a médicos y enfermeras al momento de iniciar su actividad.

Tenemos un mural con cartas que nos han dejado los pacientes o sus familiares, lo pusimos para recordarnos por qué venimos a trabajar, para saber que nuestra labor sirve. Por ejemplo, con el trabajo emocional que hacemos ya vimos que el nivel de ansiedad es muy bajo en los pacientes, tenemos muy presente que se van a curar y a reintegrar a la sociedad, por ello queremos que no sean individuos traumatizados, que estén preparados para salir a trabajar
Giorgio FranyutiMédico civil y jefe de bioseguridad del Campo Militar 1-A

Sin bajar la guardia contra el Covid-19

Con el cuerpo cubierto casi por completo, con un traje blanco de seguridad y una máscara antigás que apenas permite que se le vean los ojos, la médica civil Eunice Vega narra que dejó de lado la convivencia con su familia para cumplir con su profesión.

“Sabemos que la lucha contra el COVID-19 no ha terminado, puede que la gente que no se enfermó ya quiera su vida de regreso pero tenemos que seguir cuidándonos porque esto es real. Yo vivo aparte de mi familia, estoy en otro sitio, sé que yo les generaría cierto riesgo. Es difícil para ellos y para mí pero es la medida que tengo para no exponerlos”, expresa.

Acompañada de cuatro compañeros, Eunice recorre los pasillos de lo que antes eran dormitorios militares y revisa a sus pacientes. Mientras ella lee las radiografías de los pulmones, la doctora Maggi toma nota para saber si el tratamiento surte efecto o si es necesario cambiarlo.

Con el ruido de los respiradores de fondo, la doctora Vega enfatiza en la importancia de comunicarle al paciente su estado de salud pues así se le da la confianza y seguridad que está en buenas manos.

Al recorrer cama por cama, el doctor Giorgio Franyuti comenta que el Hospital de Sedena es de prevención secundaria, es decir que recibe enfermos moderados y graves no críticos con el fin de que personal médico pueda alterar el curso del virus y ganar tiempo al cuerpo para que genere sus propias defensas y supere la enfermedad.

“Hay que enfocar los esfuerzos en la prevención, hemos visto que en estos días ya hay de nuevo tránsito en las calles y no es posible, no podemos bajar la guardia todavía, hay que seguir alertas y los que puedan quédense en casa un poco más”, afirma.

En las inmediaciones de la planta baja que alberga solo pacientes masculinos y al cual tiene capacidad para 50 enfermos al igual que la planta alta, Franyuti hace hincapié en que las instalaciones médicas de Sedena son una opción para todas las personas que necesiten el servicio ante la actual emergencia sanitaria que vive el país.

“Aquí nos mandan pacientes del IMSS y el ISSSTE, el objetivo es poder aliviar al sistema sanitario del país y darle el mejor servicio a todos los mexicanos, saber que podemos ayudarlos a salir de esta y superar el virus. Ojalá la población tenga en cuenta que las instalaciones militares son una opción para ellos”, finaliza.

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