Cuiden a sus juniors

El mensaje de Enrique Peña Nieto parece ser claro: controlen a su prole. 

Los desplantes, caprichos, excesos y berrinches de algunos de los  hijos de funcionarios no son nuevos ni son pocos. El asunto es que no siempre tienen consecuencias.

Ayer, Miguel Ángel Osorio Chong anunció el cese del titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Humberto Benitez Treviño, por el caso del presunto tráfico de influencias en el que se vio implicada su hija, ahora mejor conocida como #LadyProfeo.

El mensaje de Enrique Peña Nieto parece ser claro: controlen a su prole. 

Los desplantes, caprichos, excesos y berrinches de algunos de los  hijos de funcionarios no son nuevos ni son pocos. El asunto es que no siempre tienen consecuencias.

Ayer, Miguel Ángel Osorio Chong anunció el cese del titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Humberto Benitez Treviño, por el caso del presunto tráfico de influencias en el que se vio implicada su hija, ahora mejor conocida como #LadyProfeo.

Pero hasta el mismo presidente tiene su historia con las imprudencias cibernéticas de su retoño Paulina, quien puso de moda la frase #YoSoyProle.

La joven se refirió a la ciudadanía como ‘prole’ de manera despectiva y además utilizó lenguaje altisonante para insultar a quienes se burlaron del incidente de Peña Nieto en la FIL. Y  aunque no hubo ningún delito que perseguir y casi de inmediato ella su padre se disculparon, durante un tiempo fueron el Tópic Trending.

La historia reciente de los juniors nos remonta a diciembre de 1997, cuando durante el primer concierto de U2 en el Foro Sol de la Ciudad de México, Ernesto Jr., Emiliano y Carlos, hijos del entonces presidente Ernesto Zedillo, armaron un escándalo tras negarse a abandonar una zona restringida.

A medio concierto, un productor inglés se lanzó contra Carlos al suelo, para protegerlo de las estructuras de iluminación que iba a golpearlo. 

Pero, de acuerdo a las versiones, uno de los miembros del Estado Mayor Presidencial le abrió el cráneo al extranjero tras golpearlo con una pistola.

El caso de Fabián Granier Calles tiene otra connotación. El hijo del exgobernador de Tabasco presumió en las redes sociales su condominio en Miami, el cual supuestamente fue comprado con dinero proveniente del desfalco millonario que su padre, Andrés Granier, dejó en las arcas estatales.

Y a pesar de que el caso causó indignación, hasta el momento no ha habido repercusiones legales ni para el padre ni para el hijo.

Pero si de ostentosidad se trata, qué mejor ejemplo que el de Luis Armando Reynoso López, hijo del exgobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, cuyo mandato, del 2004 al 2010, ha sido señalado por actos de corrupción y desvío de recursos públicos.

El junior organizó en 2008 una fiesta en un supuesto departamento que tiene en Dubái, algunos de los asistentes al magno evento subieron a Facebook fotos en las que presumían las bondades del hidrocálido.

Se hizo un escándalo, hubo indignación pública y las fotos fueron borradas de la red. Sin embargo, la única consecuencia para Reynoso López fue la resaca de la fiesta.

Y, como es jóven, le pareció fácil repetir la historia. 

En septiembre de 2012 se difundió un video de otra costosa fiesta marcada por excesos en alcohol y derroche de dinero. Y de nuevo el junior tuvo como único castigo, solo una buena resaca.

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La Secretaría de la Función Pública cuenta con información para determinar que fue Humberto Benítez Treviño, extitular de Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), quien dio la orden de realizar un operativo en el restaurante Máximo Bistrot.

Fuentes de la dependencia confirmaron que al sentirse inconforme con el trato de ese establecimiento Andrea Benítez , la hija del funcionario y hoy conocida como Lady Profeco, llamó el viernes 26 de abril al secretario particular de su padre, Fernando Díaz Juárez.