¿Cuál clase media?

El crecimiento de la clase media en México es sólo un mito.

Somos un país donde más del 60 por ciento de la población es de bajos ingresos. Solo 1.7 por ciento de los mexicanos concentra la mayor riqueza.

Las cifras oficiales demuestran que la clase media se ha debilitado, y la expectativa es de mayor contracción.

Pero para el catedrático José de la Cruz Gallegos, eso no debe sorprender, pues México es un país mayoritariamente de bajos ingresos.

3
millones de mexicanos 
no reciben 
el salario mínimo por su trabajo
Hoy una persona tendría que ganar tres salarios mínimos para tener la misma capacidad 
de compra que hace 40 años

El crecimiento de la clase media en México es sólo un mito.

Somos un país donde más del 60 por ciento de la población es de bajos ingresos. Solo 1.7 por ciento de los mexicanos concentra la mayor riqueza.

Las cifras oficiales demuestran que la clase media se ha debilitado, y la expectativa es de mayor contracción.

Pero para el catedrático José de la Cruz Gallegos, eso no debe sorprender, pues México es un país mayoritariamente de bajos ingresos.

De acuerdo al Inegi, entre 2000 y 2010 existió un incremento del 4 por ciento en el número de hogares que pasaron a formar parte de la clase media.

Pero comparado con estadísticas de otras instancias como el Coneval en esos años no se robusteció la clase media, precisa el investigador a Reporte Indigo.

Gente que era parte de la clase media pasó a las filas de la pobreza, explicó el director del Centro de Investigación en Economía del TEC de Monterrey, Campus Estado de México.

“Tenemos una pirámide muy marcada en donde, tener un buen nivel de vida es para una minoría que no llega ni al 2 por ciento de la población”, refiere. 

De acuerdo a datos del Inegi, el 10 por ciento de la población más rica de México tiene alrededor del 35 por ciento de la riqueza total.

En cambio, el 90 por ciento restante tiene que distribuirse el 65 por ciento que queda.

Una elevada concentración que en los últimos años se ha recrudecido.

Las propias cifras del Inegi, vinculadas al mercado laboral, revelan que cerca de 3 millones de mexicanos ocupados no reciben ni un salario mínimo.

Poco más de 6.5 millones de personas ocupadas ganan, cuando mucho, un salario mínimo, y 11 millones reciben entre uno a dos salarios mínimos.

Esto nos plantea, detalla el investigador, que hay un universo de 20 millones de mexicanos que sólo percibe dos salarios mínimos.

Si contrastamos esto con el hecho de que en México hay alrededor de 50 millones de trabajadores, cerca del 40 por ciento recibe tan solo dos salarios mínimos.

“Y si lo comparamos con el poder adquisitivo que tenía el salario hace 40 años, lo que vamos a ver es que hoy un salario mínimo es aproximadamente la tercera parte de lo que se percibía en la época de los 70”, acota De la Cruz Gallegos.

Esto quiere decir que hoy una persona tendría que ganar tres salarios mínimos para tener la misma capacidad de compra que hace 40 años.

Los retos para mejorar los ingresos

La precariedad laboral que se oferta ante los elevados niveles de desocupación no ayuda a mejorar los ingresos de la población y sí aumenta la informalidad, destaca José de la Cruz Gallegos.

Esta, dice, es una de las paradojas que se viene arrastrando en los últimos años.

Para revertirla hay que mejorar la oferta de empleo bien remunerado y garantizar mejores condiciones para que las pequeñas y medianas empresas funcionen, indica el catedrático.

Sobre todo, porque parte del motor económico de las clases medias es emprender pequeños negocios.

Pero en la actualidad, ante la falta de posibilidades para crecer, este tipo de actividades tiene una expectativa de vida de un año a dos.

Se requiere una política económica que dé resultado, es decir, un sistema educativo de calidad y una seguridad pública que permita garantizar este entorno para las empresas, refiere.

“Necesitamos que el pastel crezca y genere más riqueza, pero que su distribución sea equitativa y llegue al bolsillo de más mexicanos”, indica De la Cruz Gallegos.

De otro modo, advierte, seguirá creciendo la población de bajos ingresos, achicándose la clase media y concentrándose la riqueza en unos cuantos.

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