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Contradicen 
sus planes

La modificación a los planes parciales es un hecho. El Ayuntamiento de Guadalajara lanzó la última propuesta de ordenamiento territorial y de nueva cuenta comete pifias que hacen desconfiar a los ciudadanos de la intención de la autoridad.

Pareciera que los intereses inmobiliarios, de comercio y entretenimiento pesaran más que la calidad de vida de los ciudadanos, que ven en la autoridad oídos sordos. 

Para el líder de los vecinos de Chapalita, los encuentros con la autoridad en los últimos tres años han permitido que sus peticiones sean tomadas en cuenta
Según el nuevo diagnóstico, en un año se desalojaron el 60.9 por ciento de las casas en la zona de Chapultepec; algunos vecinos dicen que es falso
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La modificación a los planes parciales es un hecho. El Ayuntamiento de Guadalajara lanzó la última propuesta de ordenamiento territorial y de nueva cuenta comete pifias que hacen desconfiar a los ciudadanos de la intención de la autoridad.

Pareciera que los intereses inmobiliarios, de comercio y entretenimiento pesaran más que la calidad de vida de los ciudadanos, que ven en la autoridad oídos sordos. 

Al menos esa es la percepción de algunos vecinos de las colonias Chapultepec y Lafayette, quienes no encuentran eco a sus demandas de conservación de la zona de vivienda. Los planes parciales arrasan el polígono con todo tipo de servicios. 

Además, con las nuevas disposiciones, por cada 500 metros cuadrados de superficie de terreno el Municipio permite la construcción de 6 pisos.

 El tope es de hasta de 30 pisos en terreno de 10 mil metros cuadrados

A pesar de que se han discutido en varias ocasiones los planes parciales, el Municipio sigue en deuda con los ciudadanos; ni el patrimonio arquitectónico de Chapultepec se salva, ni la calidad de vida de sus vecinos.

La situación se replica en espacios como el centro de la ciudad, en donde los bares y otros negocios de giros negros, sumado a la intensa actividad comercial y de oficinas por las mañana, han motivado que los índices de inseguridad aumenten sin que la autoridad haga algo al respecto.

Y es que para la administración de Guadalajara no existe mayor argumento para el cambio de uso de suelo que el de repoblar el municipio, que perdió más de 100 mil habitantes en la última década y que hoy suma un total de un millón 495 mil habitantes.

La baja en el número de habitantes ha incidido también en el descenso de la recaudación de impuestos vía predial, de ahí que sea urgente reactivar la vivienda.

La administración de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz constituyó en Guadalajara el Instituto de Vivienda Municipal, con un presupuesto inicial de 20 millones de pesos. Hoy en día dicha dependencia opera en plena opacidad. 

No se sabe de los avances que ha tenido en la materia ni los alcances del propio organismo. El Instituto de Vivienda pareciera estar atenido a la aprobación de los planes parciales de las zonas uno (Centro) y dos (Minerva).

Pero expertos consideran que para el repoblamiento de la ciudad se necesitan reactivar polos en donde converjan salud, educación, trabajo y entretenimiento de calidad. 

Escenario que no se hace evidente con la aprobación de los nuevos planes parciales en la capital de Jalisco.

En donde crecen los negocios y edificios de vivienda para un sector que no corresponde a los estándares del tapatío común y que algunos se ligan al lavado de dinero (véase Reporte Indigo, La Red del Secretario).

Prueba de estos precios para clases sociales favorecidas económicamente son los tres edificios de Horizontes Chapultepec en la colonia Americana, que son habitados por la clase política y que se encuentra a menos del 30 por ciento de ocupación (Véase Reporte Indigo Los Vecinos de Horizontes Chapultepec).

Pero otros tapatíos, los de la zona poniente, específicamente los de Chapalita, cuentan con otra suerte. Su trabajo en la consolidación de bases vecinales les ha permitido generar una plataforma sólida de negociación con la autoridad.

Para conservar proyectos como los polígonos de desarrollo controlado, que no es más que la intervención de los vecinos en la aprobación de nuevos desarrollos en la colonia que esté acorde a la norma y no afecten el entorno.

Pero no obstante que tienen más información y más cercanía con los encargados de la Comisión de Planeación Urbana que llevan acabo las modificaciones, existen algunos desacuerdos con la propuesta que hace el Municipio.

Chapultepec, especulación permitida

Para el arquitecto Javier Pagaza –vecino de la colonia Americana- la nueva propuesta de planes parciales ofrece más dudas que soluciones.

Pues además de basarse en un reglamento municipal que no tiene sustento en las necesidades de la ciudad, sino en la ambición de los desarrolladores y comerciantes, deja de lado aspectos de patrimonio arquitectónico y lo más importante: falsea información.

El levantamiento del subdistrito 7 de la zona centro correspondiente a las colonias Moderna, Lafayette, Americana y San Antonio, que se hizo en 2010-2012, revela una superficie total de 2 millones 407 mil metros cuadrados, mientras que la propuesta del 2013 señala que el mismo espacio tiene un superficie de 1 millón 426 mil metros cuadrados.

La diferencia es del 40.75 por ciento, detalla Pagaza, quien considera que ese desfase de más de 981 mil metros cuadrados genera nuevos argumentos a la autoridad para cambiar los usos de suelo.

Según el nuevo diagnóstico, en un año se desalojaron el 60.9 por ciento de las casas. Los sitios de comercio decrecieron en un 30 por ciento, lo mismo que los servicios barriales y distritales.

“Está decreciendo el servicio y los comercios y los usos de suelo, y ellos están proponiendo aumentos (…) no tiene un sustento claro, alguna de la información debe ser falsa y eso es lo que nos hace dudar”, señaló Pagaza. 

Por otra parte, las recomendaciones que lanzaron los grupos en defensa del patrimonio arquitectónico de la zona no fueron consideradas, señala el vecino de la colonia Americana, quien sostiene que si bien la autoridad hizo un catálogo de bienes patrimoniales de la zona, este no fue consensado con otras autoridades. 

“El plano es ley y en el plano (del polígono) no viene marcada ninguna finca como patrimonio arquitectónico”, apunta el entrevistado.

Para Pagaza el problema radica en que el Municipio tomó atribuciones que no corresponden a su autoridad, pues regula la ciudad con base a un reglamento que ellos mismos realizaron. 

En donde modificaron conceptos en el ordenamiento territorial a su modo, pues no existe un reglamento estatal al Código Urbano del Estado, ya que los diputados no lo han elaborado.

Pagaza considera que con el boom comercial y de entretenimiento de Chapultepec se ha deteriorado el entorno, que coincide con un fuerte aumento en los robos a personas, comercios y vehículos.

Chapalita, oasis acosado

En la colonia Chapalita la situación no es tan drástica, pero los vecinos no dan su brazo a torcer.

El catálogo de servicios que se pueden instalar en la zona los tiene inquietos, pues el Municipio permite además de restaurantes y cafetería, también otras licencias de tipo industrial.

El polígono de fincas patrimoniales de la zona se reduce a menos de 10 cuadras cuando debería ser mayor, considera el gerente general de la Asociación de Colonos, Carlos Sánchez Sahagún.

 A diferencia de lo ocurrido en sitios como Chapultepec, para el líder de los vecinos los encuentros con la autoridad de Guadalajara en los últimos tres años han permitido que sus peticiones sean tomadas en cuenta.

Y si bien no se oponen a que haya más inversiones inmobiliarias, estas deben ceñirse al modelo de polígonos de desarrollo controlado, en las que intervienen los colonos para su aprobación.

“La redensificación no puede ser general, solo de manera puntual en algunos casos”, apunta Sánchez Sahagún, quien insiste en que esas nuevas viviendas sean autosuficientes, de manera que la colonia pueda seguir brindando de forma autónoma los servicios de agua, luz y limpieza.

Finalmente, en cuanto a la nueva disposición de permitir edificios de hasta 30 pisos en terrenos de superficies de 8 mil a 10 mil metros cuadrados, solo se permitirá sobre Lázaro Cárdenas y López Mateos, y estos no deberán afectar la infraestructura de los habitantes de la zona. 

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