Trabajadores informales y microempresarios ya no resistieron más el confinamiento de la contingencia

Contingencia insostenible para economía de la CDMX

Trabajadores informales y microempresarios ya no resistieron más el confinamiento y, pese a estar en la fase más crítica del Covid-19, decidieron salir a laborar, lo que se ve reflejado en el alza de los índices de movilidad de la ciudad

La economía del sector informal de la capital del país sucumbió ante la contingencia sanitaria de coronavirus.

Por esta razón, la movilidad en la Ciudad de México ha ido en aumento en la última semana en comparación con los primeros días del confinamiento por la pandemia de Covid-19.

Reportes de movilidad del Gobierno local indican que para el 24 de mayo pasado, la afluencia vehicular aumentó 20 por ciento en comparación con las primeras semanas de abril.

Esto a pesar de que el país se encuentra en la fase 3 de la pandemia, la de más contagios y hospitalizados.

Para especialistas, la causa es que la economía de los ciudadanos que no cuentan con seguro social, un empleo fijo o un micronegocio ya no soporta estar inactiva.

Max Portillo, un reciclador de Iztapalapa, dejó de trabajar el 5 de mayo pasado. El 17 de mayo regresó a las actividades porque se quedó sin recursos económicos.

“Tenía un ahorro, pero lo usé para la contingencia y me resguardé los días que se supone iban a hacer los de mayor número de contagios pero cuando se extendió, volví a salir”, dice.

El 1 de mayo pasado, se preveía que el pico de contagios y personas hospitalizadas se diera del 6 al 8 de mayo.

Sin embargo, el 8 de mayo, el Gobierno federal modificó esa predicción y calculó que el pico iba a presentarse entre el 20 de mayo y los primeros días de junio.

Portillo maneja un negocio reciclador del cual dependen dos personas más, por eso también decidió volver a las actividades.

“Si yo tuviera 100 mil pesos de ahorro para decirles a quienes me ayudan que se vayan a descansar con paga, lo haría”, refiere.

Por otra parte, Ramón, como se identificó el propietario de una papelería en la Merced, cerró su local el pasado 31 de marzo ante la entrada de la fase 2 de la contingencia.

El 18 de mayo, él y su familia, con la que atiende el negocio, decidieron que no podían estar más sin trabajar.

“Tuvimos que volver a abrir porque no nos van a condonar nada, no nos están ayudando”, relata.

En su caso tiene que pagar la renta mensual de su local y el dueño no le va a exentar los pagos, solo le dará oportunidad de hacerlos después, dice.

Ramón menciona que con lo que gana en esta contingencia apenas le alcanza para comer y comprar material.

Además, la necesidad lo hizo reabrir el local pese al riesgo de ser clausurado porque no está relacionado con las actividades esenciales como el abasto de alimentos.

Precariedad laboral

Alejandra Lámbarri, antropóloga social y consultora de la asociación Urbanística, asegura que el aumento en la movilidad se debe a la precariedad laboral que existe.

No hay un sistema de seguridad amplio y la mayor parte de la gente no tiene prestaciones, ahorros ni seguro médico, muy difícilmente pueden quedarse en su casa. Lo intentaron, pero ya estamos a dos meses del encierro oficial y evidentemente la economía no alcanza
Alejandra LámbarriAntropóloga social y consultora de la asociación Urbanística

Cifras de la Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación (ENOE) 2019 indican que 39 ciudades del país concentran a 56 millones 898 mil 499 trabajadores, de los que 31 millones 314 mil 249 (el 56 por ciento) pertenecen al sector informal.

La cifra anterior corresponde a trabajadores que no pueden resguardarse y necesitan salir a laborar aún con el riesgo de contagio y esto ha aumentado los índices de tránsito, menciona Lámbarri.

El tránsito vehicular el 10 de abril tuvo una reducción de -85 por ciento respecto a un día normal, señala la secretaría de Movilidad respecto al periodo de la emergencia de Covid-19.

El 5 de mayo el tránsito aumentó a -76 por ciento y el 24 de mayo se reportó en -62 por ciento.

Otro factor por el cual asegura Lámbarri que los índices de movilidad han aumentado es la incertidumbre sobre la fecha exacta del pico de contagios.

“La gente está cansada de esperar un pico de contagios que no llega, es la incertidumbre de no tener una planeación más larga y clara lo que hace que las personas se desesperen”, señala.

Por último, considera que los casos de Covid-19 irán en aumento por la creciente movilidad y la carencia de una política económica para evitar que la gente salga de sus casas.

No obstante, afirma que la situación se podría controlar si se aplican pruebas masivas del coronavirus a la ciudadanía para detectar casos asintomáticos y aislarlos.

Sin apoyo en contingencia

El reciclador Max Portillo cuenta que también abrió su negocio y retomó actividades porque no pudo obtener los créditos de 25 mil pesos que está otorgando el Gobierno federal.

Relata que personal del Gobierno federal acudió a visitarlo antes del 31 de abril para ver si podía ser beneficiario del programa de apoyo.

Pero como no se dio de alta ante el Sistema de Administración Tributaria como empresa no puede obtenerlo.

“Eran muchos los requisitos, preferí no hacerlo por lo complicado que es, por eso no puedo obtener el crédito”, detalla.

Entonces, el 17 de mayo reabrió su negocio con las medidas sanitarias correspondientes.

“Tuve que reactivar y aplicar las medidas de seguridad, lo más apegado a las recomendaciones si yo pudiera tener más ahorros para la contingencia y reactivar el negocio, cerraría hasta que todo acabe”, explica.

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