Con una ofrenda, el Colectivo Orgullo Diverso de México honra y visibiliza a las personas trans que murieron

Conmemoran a los ‘invisibles’ de la comunidad trans

Con una ofrenda, el Colectivo Orgullo Diverso de México honra y visibiliza a las personas trans que murieron en este 2020; también busca denunciar que, en algunos casos, la discriminación fue un factor de su muerte

Detrás de una cortina montada en una pared están las fotografías de activistas y personalidades trans que murieron este 2020 por la pandemia, crímenes de odio y otras causas. Desde ahí ven la ofrenda que se les colocó.

El altar de Día de Muertos, puesto por el Colectivo Orgullo Diverso de México (antes Orgullo Trans) es una forma de visibilizar los fallecimientos de personas que durante su vida padecieron discriminación.

En el edificio nuevo de la alcaldía Miguel Hidalgo, ubicado en el Parque Lira, está la ofrenda que tiene los colores de la comunidad bi, transexual, homosexual y los demás sectores de la diversidad.

También hay condones y cajas de retrovirales, símbolos que tratan de concientizar sobre la importancia de la salud sexual y reproductiva.

Ahí, están las fotos de ocho mujeres trans que murieron por diversas causas: Alba Ramón Salomón, Lea Aldana, Melisa Flores, Veritto Mazón de la Cruz y Elizabeth Montaño.

También están la de Charlie Valdez, Jeny (joven hondureña que era trabajadora sexual en la alcaldía Cuauhtémoc y cuyos datos de identidad completos nunca fueron conocidos) y Naomi Nicole, alias “La Soñare”.

Dos de ellas murieron por un presunto transfeminicidio, dos por COVID-19, una por una bronconeumonía y las demás por causas naturales que sus familias no quisieron difundir.

Sin embargo, hay casos en los que hubo situaciones violentas o fallecimientos por enfermedad en los que existe una constante: la discriminación de las autoridades, denuncian activistas.

De acuerdo con la Encuesta Sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual y de Género (Endosig) 2018, del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el 57 por ciento de los entrevistados dijo respetar poco a los miembros de las comunidades de la diversidad.

Mientras que el segundo grupo más rechazado son las personas trans, el 97 por ciento de los encuestados para el estudio, que pertenecen a esa minoría, dijeron padecer discriminación.

Trato indigno a comunidad trans

Marsha Beya Rubyn, defensora de los derechos de los trans y fundadora del Colectivo Orgullo Diverso de México, menciona que ella estuvo con Alba Ramón Salomón hasta el día de su muerte.

Alba era parte de la asociación ProDiana que defiende los derechos de la comunidad LGBTTTI y de Transformarte 2.0 A.C.

Según documentos y minutas de trabajo, colaboró en el Comité de Seguimiento y Evaluación del Programa de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

En palabras de Beya Rubyn, quien era su amiga, fue una persona comprometida que acompañaba a las víctimas de actos de transfobia.

Pero el 15 enero de 2020, Alba comenzó con síntomas de una bronconeumonía, por lo que acudió al Hospital Rubén Leñero, donde fue internada.

Tres semanas después le dieron el alta médica porque supuestamente había mejorado y se podía tratar en su casa.

Sin embargo, no fue así, dice Marsha. A las dos semanas comenzó a empeorar y en febrero la acompañó a recibir atención médica en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) donde el 9 de marzo falleció.

Marsha menciona que durante la estancia de Alba en el Hospital Rubén Leñero, donde acudió a dejarle medicinas y a visitarla, Alba sufrió de discriminación y considera que este fue un factor que derivó en una atención deficiente.

“Sé que si le hubieran prestado mejor atención estaría viva, porque la discriminaron, desde el policía de la entrada, hasta las enfermeras. De seis que la atendían, solo una era sensible y no la rechazaba”, detalla.

Tras su fallecimiento, la familia de alba, originaria de Veracruz, vino a la capital a llevarse el cuerpo y no quiso denunciar la negligencia ni la discriminación que padeció en el nosocomio.

Un caso similar fue el de Melisa Flores, que no era tan famosa como Alba, pero tenía el cariño de la comunidad trans.

Melisa tenía un restaurante a un lado del Registro Civil en Arcos de Belén, alcaldía Cuauhtémoc, en el que las personas trans que iban a tramitar su cambio de género podían llegar a comer gratuitamente.

“Nunca le faltaba una comida a las personas trans o de la diversidad sexual y siempre fue muy solidaria”, señala Beya Rubyn.

En mayo, Melisa tuvo síntomas de COVID-19 y murió en el taxi que la llevó a tres hospitales donde no la quisieron recibir.

La activista argumenta que el rechazo pudo ser por discriminación.

Caso impune

El caso de la doctora del Centro Médico Siglo XXI de la Ciudad de México, Elizabeth Montaño, quien fue encontrada el 18 de junio pasado sin vida en el paraje de Huitzilac, Morelos, sigue sin justicia.

Dos meses después de su muerte, el 18 de agosto, el Colectivo Orgullo Diverso de México se manifestó en la Plaza de Armas de Cuernavaca para exigir el esclarecimiento del deceso de Montaño, pues la Fiscalía del Estado de Morelos calificó el hecho como un suicidio sin dar pruebas y cuando podría tratarse de un crimen de odio.

Ante la manifestación, la Fiscalía de Morelos, dice Beya Rubyn, informó que iba a enviar el dictamen forense completo a la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México para su análisis.

Las autoridades capitalinas prometieron al colectivo una reunión presencial con la fiscal, Ernestina Godoy, una vez que existan las condiciones sanitarias para evitar contagios de COVID-19 y el semáforo epidemiológico esté en verde, para analizar los resultados del informe de los peritos de Morelos.

Por lo que hasta la fecha el caso de Elizabeth Montaño sigue sin esclarecerse.

Otra presunta víctima de transfeminicidio es Naomi Nicole, “La Soñare”, quien el pasado 24 de marzo fue asesinada con un arma de fuego.

El 29 de marzo detuvieron a dos militares por el crimen y posteriormente los vincularon a proceso por homicidio.

Sin embargo, hasta el momento, dice la activista Beya Rubyn, no se ha dictado sentencia. El delito continúa impune.

“Se debe hacer justicia en todos los casos de transfeminicidios y no se debe dar carpetazo solo porque son trans”, señala.

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