Con Quadri: inflación y pobreza

Si en el año 2000 los mexicanos hubieran sabido que Vicente Fox quería gravar los alimentos y las medicinas con el IVA, seguramente no habrían votado por él. Así lo acreditó una encuesta del diario Reforma publicada en mayo de 2001.

Hoy el candidato de Nueva Alianza propone eliminar los subsidios a la gasolina y al campo. 

¿Cuántos mexicanos votarían por Gabriel Quadri si supieran que quiere elevar el precio de la gasolina en un 70 por ciento y desaparecer el Procampo?

Un zoom a sus propuestas

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Porcentaje que opina que la campaña de Quadri la dirige la lideresa sindical.
Si a algún presidente se le ocurriera cancelar el magro apoyo del Procampo, los campesinos pobres serían todavía más pobres.

Si en el año 2000 los mexicanos hubieran sabido que Vicente Fox quería gravar los alimentos y las medicinas con el IVA, seguramente no habrían votado por él. Así lo acreditó una encuesta del diario Reforma publicada en mayo de 2001.

Hoy el candidato de Nueva Alianza propone eliminar los subsidios a la gasolina y al campo. 

¿Cuántos mexicanos votarían por Gabriel Quadri si supieran que quiere elevar el precio de la gasolina en un 70 por ciento y desaparecer el Procampo?

Un zoom a sus propuestas

Todos lo reconocen. El destacado desempeño de Gabriel Quadri en el debate del pasado 6 de mayo lo colocó entre los dos grandes ganadores de esa noche. 

Sin embargo, y aunque desde el 6 de mayo se ha escrito  mucho sobre el fenómeno Quadri, son pocos los que se han preocupado en analizar la sensatez de dos de sus principales  propuestas.

¿Conviene eliminar los subsidios a la gasolina como lo propone el candidato de Nueva Alianza? 

¿Qué implicaciones tendría desaparecer subsidios al campo como lo propone Gabriel Quadri?

Analicemos: 

Aumento a la gasolina 

“Hay muchos estudios que demuestran que los subsidios a la gasolina benefician a los más ricos y los pobres realmente salen perjudicados por todo esto”, señaló Gabriel Quadri cuando Andrés Manuel López Obrador prometió bajar el precio de la gasolina.

“El gobierno mexicano gasta cinco veces más en subsidiar el derroche energético, o sea, los combustibles, que en combatir la pobreza a través del Programa Oportunidades y gasta casi lo mismo en educación,” dijo Quadri. 

El argumento del candidato parecía justo y razonable. 

Y quizá por eso, ninguno de los otros candidatos se animó a profundizar en el debate sobre las implicaciones de la propuesta de Quadri.

¿Cómo eliminar el subsidio de la gasolina sin aumentar el precio del combustible? 

Aunque Quadri no lo quiso decir esa noche, sólo hay una manera de hacerlo. Pero lo que Quadri no quiso decir esa noche era que aumentaría el precio de la gasolina, si fuera electo presidente. 

¿A cuánto? ¡A 17 pesos! 

Según el dato que publicó Gabriel Quadri en la revista Letras Libres de diciembre del 2009:

“A partir de la eliminación de subsidios habría entonces que establecer un carbón tax (impuesto al carbono) serio que aproximara el precio de la gasolina nacional  a aquellos que rigen en varios países latinoamericanos y europeos (quizá llevar el precio hasta unos 15-17 pesos)”.

Y es que de acuerdo con Gabriel Quadri, un aumento como ése no solo reduciría sensiblemente el consumo de un combustible que contamina el medio ambiente, sino también sería suficiente para “cubrir todas las penurias fiscales”.

“Multipliquemos 45 mil millones de litros anuales de gasolina que se consumen en México por un diferencial de 6-9 pesos y veremos que las cantidades resultantes son astronómicas; mayores que la recaudación actual por ISR o IVA. (Debería estudiarse si al diesel se le da o no, y en qué casos, el mismo tratamiento fiscal).

“Si el carbon tax se acopla en una reforma fiscal a la reducción significativa del ISR o a la eliminación del IETU, además, se daría un salto cuántico de competitividad a las empresas mexicanas y a la economía nacional.”

El incremento a 17 pesos equivaldría a un aumento de 70 por ciento en el precio de la gasolina magna.

La inflación y el precio de la gasolina

¿Qué efectos inflacionarios tendría un aumento en el precio de la gasolina en un 70 por ciento? 

Para el candidato de Nueva Alianza, el impacto sería “algo” inflacionario de manera transitoria y manejable. 

Y en todo caso afectaría en mayor medida “a los estratos de ingresos medios y altos”.

Sin embargo, la evidencia empírica de lo que ha sucedido en el mundo contradice brutalmente las creencias de Quadri. 

Solo basta recordar lo que sucedió en el mundo cuando en 1973 la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió aumentar el precio del petróleo.  

La economía mundial se vio envuelta en un torbellino de inflación galopante.

El alza de los precios en Estados Unidos llegó a ser de dos dígitos y las tasas de interés también.

Las pérdidas de la Bolsa de Valores de Nueva York fueron de   97 mil millones en tan solo seis semanas. Y en el mundo entero se desplomó el crecimiento económico. 

En México, al igual que Estados Unidos, se resintieron los efectos económicos de esta crisis petrolera.  

La estabilidad de precios que durante 40 años había disfrutado México desapareció súbitamente. Por la vía de las importaciones, la economía mexicana se contagió de la inflación mundial. 

El incremento en los precios de los insumos importados para  producción nacional, terminó por afectar también los precios de artículos nacionales. 

Y la espiral inflacionaria que se desató tuvo tal efecto, que en 1976 se tuvo que devaluar el peso necesariamente. 

En Estados Unidos la inflación también creció de manera exponencial. 

El índice nacional de precios al consumidor se duplicó de 1972 a 1973. Para 1974 volvió a crecer al doble. En tan sólo dos años la inflación de los Estados Unidos pasó del 3.21 por ciento al 11 por ciento. 

El alza generalizada en el nivel de los precios se mantuvo por casi una década. Para 1980, la inflación reportada en los Estados Unidos llegó al  13.50 por ciento.

Como suele suceder cuando ocurren estas catástrofes económicas mundiales, los pobres sufren más que los ricos. 

La inflación en los países de América Latina llegó a niveles inimaginables en esa década.   

El aumento en los precios de la gasolina provocó que en México, la inflación se cuadruplicara en tan solo un año. Pasó del 5.56 por ciento en 1972 al 21.37 en 1973. Los siguientes años fueron peores. 

Probablemente por eso, en el 2007, cuando Guillermo Ortiz era todavía gobernador del Banco de México, les recomendó a los legisladores panistas que se abstuvieran de aprobar un impuesto a la gasolina de tan sólo 5.5 por ciento.  

“Nosotros respetamos las decisiones del Congreso, pero no podemos dejar de mencionar que esto sí tiene un impacto inflacionario”, declaró el doctor Ortiz.

Un impacto regresivo 

Sin embargo, a pesar de que todo mundo sabe que no hay nada más regresivo que el “impuesto de la inflación”, para el candidato Quadri, un incremento en el precio de la gasolina afecta a los ricos porque consumen más que los pobres. 

Independientemente de que esto fuera cierto, que no lo es  porque también hay cientos de miles de vehículos, entre taxis y camiones que utilizan los más pobres, cabría preguntarse si un rico resulta proporcionalmente más afectado que un pobre cuando se aumenta el precio en la gasolina.

La respuesta es una obviedad. Pero al parecer no para Gabriel Quadri. 

Cualquiera sabe que el porcentaje del ingreso que suele gastar un pobre en el transporte es tremendamente más alto que el del rico. En cambio, Gabriel Quadri sostiene lo contrario.  

“Ahora, dirán nuestros políticos que el carbon tax es imprudente, que es políticamente suicida, que es un mazazo al imaginario nacional, que es una sacudida violenta y tal vez peligrosa. Pero solucionaría muchos entuertos fiscales de un plumazo”, escribió Gabriel Quadri en diciembre del 2009.

¿Cuántos de los electores estarían dispuestos a votar por un candidato que ofrece subir el precio de la gasolina en un 70 por ciento, cuando hay desempleo, inseguridad y bajo crecimiento económico? 

Fin a los subsidios 

“La Secretaría de Agricultura, a través del Procampo y del Progan, están induciendo a los campesinos que necesitan sobrevivir, a deforestar, a quemar las selvas y los bosques para poder sobrevivir, para poder sembrar maíz o pastorear ganado. Y además eso los está sumiendo intergeneracionalmente en la pobreza. Estos subsidios hay que cambiarlos”, propuso el doctor Quadri la noche del debate del 6 de mayo.

Ninguno de sus adversarios se ocupó en refutar la propuesta a pesar de que es evidente y descomunal la ignorancia del maestro en estas materias. 

Los más pobres campesinos de este país saben que los mil 300 pesos que el gobierno les entrega no les sirven ni siquiera para sembrar y cultivar una hectárea de maíz.

Nada más alejado de la realidad que Procampo sea un subsidio que obligue a los campesinos a deforestar o a quemar selvas.

Siendo el maestro Quadri una persona que no solo fue funcionario público durante muchos años, sino también un estudioso, debería saber la razón por la que se decretó el Procampo.

El Procampo de ninguna manera incentiva el incremento de la producción de los campesinos, y mucho menos el de los más pobres. 

Se trata de un subsidio creado a partir de la entrada de México al TLC y cuyo fin fue compensar al campesino mexicano por la competencia “desleal” de los  agricultores de Estados Unidos que reciben enormes subsidios de su gobierno.

No era justo que los productores mexicanos tuvieran que competir con el grano mexicano en condiciones tan desventajosas y desiguales. 

Lo cierto es que en la actualidad tampoco. 

En los tiempos actuales, ya quisieran los campesinos pobres que el subsidio del gobierno les sirviera siquiera para sembrar algo.

Y es que el subsidio es apenas de unos mil 300 pesos por hectárea cada seis meses y los campesinos pobres no tienen ni cinco hectáreas.

¿De verdad el maestro Quadri cree que, con mil 300 pesos cada seis meses, un campesino pobre alcanzaría a financiar el costo de la producción de granos, desmontar selvas y bosques y además  sobrevivir?

Aunque parezca increíble parece ser que sí. Es cosa de recordar cómo se le criticó al doctor Ernesto Cordero, ex secretario de Hacienda, cuando se lo ocurrió afirmar que una familia podría “vivir mejor” con 6 mil pesos al mes.

Todo indica que el doctor Quadri, que suele viajar en una SUV blindada, no se ha puesto a pensar que si a algún presidente se le ocurriera cancelar el magro apoyo del Procampo, los campesinos pobres de este país serían todavía mas pobres.

Y es que los que tienen menos de 5 hectáreas son la inmensa mayoría de los campesinos. Tres millones de familias. Unos 15 millones de mexicanos.  

Ciertamente tendrían otras opciones para sobrevivir. Una sería abandonar el país como ya lo hacen. La otra, enlistarse en las filas de la muerte de los ejércitos del narcotráfico. ¿O no?