Comercio ambulante invade el Metrobús

La estación La Merced y el carril confinado de Anillo de Circunvalación del Metrobús se convirtió en un espacio ideal para el comercio ambulante, vendedores y clientes obstruyen el paso de este transporte que incluso sube pasaje en segunda fila

Entre diableros y comerciantes, miles de transeúntes parecen haber perdido el miedo a la muerte en las inmediaciones del mercado de La Merced.

Y es que la estación de Metrobús con el mismo nombre y el carril confinado para el paso de unidades de la Línea 4 de dicho medio de transporte, sobre el Anillo de Circunvalación, es un corredor comercial más de la zona, pues se encuentran invadidas de comercios ambulantes que ofrecen ropa y productos para el hogar.

Los convoyes del Metrobús transitan entre decenas de personas que pretenden subir a ese transporte o que acuden a hacer sus compras a La Merced

Desde la estación Mercado de Sonora -una antes de la Merced-, ubicada en la calle Juan Cuamatzin, la apropiación de la vía pública inicia y conforme avanza la ruta, se agudiza. Camiones de carga estacionados, mercancías de locatarios obstruyendo parcialmente las aceras y el flujo vehicular, son situaciones de todos los días.

El convoy que circula en el carril en contraflujo del Eje 1 Oriente se encuentra con una avenida inmersa en el caos. El recorrido es lento debido a que circula entre transeúntes que serpentean en medio de los puestos de las aceras e incluso los que están colocados en la misma estación del Metrobús.

Por tratarse del mes de octubre, en la avenida son ofertados mayormente artículos alusivos al Día de Muertos, además de diversos recipientes plásticos para el próximo megacorte de agua, derivado de las obras de rehabilitación y mantenimiento que se tienen previstas el 31 de octubre al 2 de noviembre en el Sistema Cutzamala.

Disfraces, máscaras y adornos, así como bidones y tinas de almacenamiento, relucen entre los comercios semifijos de mantas y sombrillas multicolores que, además de entorpecer el paso de las personas que caminan por la zona, también limitan la visibilidad de banquetas y canalizadores viales empotrados en el pavimento.

En la cinta asfáltica es común escuchar el grito de “aguas, aguas, ahí va el golpe”, con el que diableros advierten a las personas que serán adelantadas al caminar.

El Metrobús avanza a escasos 15 centímetros de los peatones. Algunos de ellos suelen palpar la pintura roja del vehículo por la inercia de la lentitud, además de que en ocasiones otros tantos llegan a sostenerse de su carrocería para evitar tropezar sobre las mercancías de los tianguistas a ras de suelo.

“Cada año y desde principios de septiembre ocurre lo mismo. Basta con que algunos comerciantes empiecen a colocarse por fuera para que lleguen más y todavía otros se salgan a la avenida con la idea de vender más por la cercanía con el paso de la gente, aunque eso no siempre pasa, porque los clientes ya tienen sus marchantes”, explica Hugo Peñaloza, comerciante del Mercado de Merced.

Cuando la unidad de transporte arriba a la estación intermedia de La Merced, el ascenso y descenso de pasajeros se realiza en el segundo carril debido a la afectación vehicular, mientras que el parabús puede ser visto al fondo invadido también por comerciantes informales, quienes incluso se sirven de la estructura para amarrar lonas o colgar sus puestos. El único indicador de paso por el punto es la voz que indica “Llegando a la Merced”.

Algunos de los entronques con el Anillo de Circunvalación no sólo son ocupados por los cientos de ambulantes que insisten en acaparar el carril confinado, sino también por personas que prestan servicio de ‘bicitaxi’.

“La verdad es que sí es medio peligroso porque luego los camiones o el Metrobús pasan a menos de medio metro y uno debe arrimarse lo más que se pueda, además de que también los transportes hacen paradas en el segundo carril y luego muchos puestitos o diableros se enojan si se les pide permiso para pasar”
Luisa ValderramaComerciante de La Merced

Aún y cuando en años pasados la alcaldía de Venustiano Carranza había mandado a colocar una serie de cercos metálicos para contener la invasión de comerciantes informales, los riesgos persisten, tanto para los medios de transporte públicos, los vehículos privados y los peatones que transitan por la zona.

Una vez que la unidad de Metrobús gira a la izquierda sobre la calle de República del Salvador, seis cuadras más delante de su primer entronque, la congestión vehicular disminuye, aunque su ruta se mantiene ligeramente afectada por tratarse de una ‘zona comercial’.

Fuera de reglamento

De acuerdo con las Condiciones Generales de Operación bajo las que fue implementada la Línea 4 del Metrobús, y que fueron publicadas en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México con fecha de 29 de abril de 2011, queda prohibido el comercio informal en las instalaciones de dicho transporte.

“Se suprimirá y retirará el comercio ambulante o cualquier forma de obstrucción de las esquinas, aceras en general y accesos a las estaciones, puntos de ascenso y descenso y terminales del nuevo corredor, de acuerdo a lo especificado por las Secretarías de Protección Civil y Desarrollo Urbano y Vivienda”, señala el documento.

Aún y cuando el Reglamento de Tránsito admita que cualquier conductor de vehículo (particular o de transporte público) está obligado a garantizar la seguridad de los peatones mediante la prioridad de uso del arroyo vehicular por cuestiones de obstrucción, el mismo detalla que la autoridad estará obligada a implementar espacios seguros y señalados para los transeúntes, algo que no ocurre en inmediaciones del mercado La Merced.

Aunque se buscó un pronunciamiento de parte del Sistema Metrobús y de la alcaldía de Venustiano Carranza por la situación que impera en dicho mercado mayorista, al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.

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