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Choques entre narcomenudistas dejan estela de muerte

Las colonias Obrera y Buenos Aires han sido los escenarios de las disputas entre bandas del narco

Desde una motocicleta sicarios protagonizaron una nueva balacera en la colonia Obrera que dejó a un menor de edad muerto y dos jó- venes lesionados en lo que se presume fue una venganza por la reciente ejecución de Enrique Oliva Navarrete, alias “El Marakas”.

Sin que ninguna autoridad se pronuncie al respecto la batalla entre las bandas de La Unión de Tepito y La U ha dejado una estela de muerte en la Ciudad de México que se caracteriza por la activa participación de menores de edad y jóvenes.

La víctima más reciente fue Bryan Aguirre Arciniega de 15 años, que fue ejecutado ayer de tres balazos, uno en el cráneo, el segundo en la tráquea y el tercero en el tórax.

El menor de edad vivía en la vecindad de Manuel Caballero 150, de la colonia Obrera y su cuerpo fue identificado por su madre Rosario Arciniega Jiménez.

El miércoles 28 de febrero, tres jóvenes fueron baleados en la calle de Manuel Caballero entre 5 de Febrero e Isabel la Católica, en la colonia Obrera, por otros adolescentes desde una motocicleta en movimiento, según algunos testigos.

En ese evento, otro menor de edad de 15 años también, Johan Uriel Hernández Hernández, recibió siete balazos en la boca, tórax, estómago, piernas y brazo derecho. Hasta el lugar acudió para auxiliarlo su madre, Lorenza Hernández quien dijo que vivían en la misma unidad de Manuel Caballero 150.

Otro joven, Neri Alejandro Romero Arciniega de 21 años recibió cuatro impactos, tres en la cara y uno en la espalda. Él fue trasladado al hospital Coss en la calle de Tonalá y Guanajuato, en la colonia Roma.

La agresión, de acuerdo con mandos policiacos, está presuntamente relacionada con la balacera del día anterior, martes 27 de febrero, en la que perdieron la vida dos hombres y nueve más resultaron heridos en la colonia Buenos Aires.

6
jóvenes muertos en los últimos tres días por los enfrentamientos

Los ataques, explican los policías capitalinos, responden al enfrentamiento entre La Unión de Tepito que encabezaba el extinto Pancho Cayagua que fue asesinado en un estacionamiento de una plaza comercial en Gustavo A. Madero y La U que lidera Roberto Moyado “El Betito”, este último, grupo que surgió del primero como brazo armado.

Mientras este enfrentamiento ocurre sin que las autoridades se pronuncien al respecto, en Ciudad Universitaria sigue sin ejecutarse alguna acción enérgica contra los grupos de narcomenudistas que controlan el campus universitario.

Ayer el video que subió a las redes sociales el estudiante de la Facultad de Derecho, Axel Lara, exhibió la impunidad con la que operan los grupos delictivos en CU, al exigir a elementos de seguridad y vigilancia de la Máxima Casa de Estudios poner orden ante la venta de drogas y consumo de bebidas alcohólicas.

Cuestionado respecto a la posible intervención de la policía de la Ciudad de México, el jefe de gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera dijo que se tendrá que hacer muy bien planeado siempre y cuando haya solicitud expresa de la UNAM y autorización para entrar a sus instalaciones.

Mancera ha dicho que la fuerza pública actuará en CU si el rector Graue pide el auxilio para atender la venta de drogas en el lugar

“Si es así, nosotros podemos hacer una planeación, una planeación que también le dé seguridad a la propia comunidad universitaria, no se trata de colocarlos en riesgo”, explicó el funcionario.

“Nosotros vamos a estar siempre en coordinación con el rector, el rector es el que conoce exactamente las condiciones de la comunidad universitaria, del campus y es el que nos puede dar la pauta, en donde sí, donde no”, precisó el mandatario local.

Mancera explicó que no es lo mismo detener a un narcomenudistas en la calles, a capturarlo dentro de unas instalaciones educativas.

3
balaceras han ocurrido durante la semana con el mismo modus operandi

“Cuando ya esa actividad la estás llevando dentro de un plantel escolar, es como si estuviéramos vendiendo, no sé, este tipo de enervantes en un hospital o los estuviéramos vendiendo en otro lugar que está con una población cautiva”, explicó.

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