Catedráticos de la UNAM reflexionan sobre los daños del 19S

El evento “Primera conmemoración de los sismos de septiembre: una reflexión desde la ciencia”, invito a reflexionar sobre los sismos en México y la intervención de los universitarios durante la emergencia del año pasado
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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A casi un año de los sismos del pasado mes de septiembre, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) organizó un evento para reflexionar sobre el tema, no sólo destacando la participación de la comunidad universitaria, sino también de todos aquellos que se sumaron ante la emergencia.

Durante el evento titulado “Primera conmemoración de los sismos de septiembre: una reflexión desde la ciencia”, catedráticos expusieron que la organización civil rebasó a la acción institucional, además de que distintas problemáticas aún vigentes podrían representar riesgos en condiciones sísmicas parecidas.

El primer movimiento telúrico, ocurrido el 7 de septiembre del año pasado y con epicentro en Oaxaca, ha sido el más fuerte desde que se tiene registros en el Servicio Sismológico Nacional, además de que el mismo ocasionará múltiples daños humanos y materiales, aseguró Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Por su parte, Eduardo Reynoso, profesor del Instituto de Ingeniería (II) explicó que la mayor parte de los derrumbes derivados de los sismos de 2017 se debió a la laxitud del reglamento de construcción en la Ciudad de México, sumado a que los inmuebles colapsados estaban construidos sobre cimientos y plantas bajas débiles, mismas que no soportaron el peso de los niveles superiores.

Asimismo, el también docente manifestó que los espectaculares de azotea representan un grave riesgo para las construcciones debido al peso extra que mantienen la mayoría; además de que las grietas en el son producto de la sobreexplotación de los mantos acuíferos ubicados en el subsuelo.

Para que el Servicio Sismológico Nacional (SSN) pueda emitir un reporte, explicó su titular Xyoli Pérez Campos, es necesario que las 172 estaciones distribuidas en todo el país trabajen de manera conjunta con demás instituciones y redes sísmicas de estatales, no sólo durante una emergencia, sino también para dar seguimiento de réplicas.

En su oportunidad, Mario Ordaz, investigador del Instituto de Ingeniería, expresó que la mejor forma de prevención ante este tipo de tragedias se da a través del apego a la normatividad, ya que su cumplimento no sólo garantiza seguridad, sino también patrimonio.

En tanto, docentes del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería convinieron en que el Gobierno de la capital del país debe emprender acciones para mitigar los riesgo provocados por la extracción de agua subterránea, ya que ello provoca hundimientos y fallas no sólo en predios de construcción, sino también afectaciones directas a la infraestructura urbana.

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Para hacer frente a la emergencia, la comunidad universitaria sumó 6 mil 433 voluntarios que participaron en tareas de búsqueda, rescate, brigadeo, así como en labores de acompañamiento a la población mayormente afectada.

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