El cultivo del aguacate está vinculado a aludes como el que golpeó el municipio de San Gabriel

Avalancha del aguacate en San Gabriel

En las últimas décadas el cultivo del aguacate se ha expandido en la región Tapalpa de Jalisco, deforestando zonas de bosque y selva, principalmente, lo que está vinculado a aludes como el que golpeó el municipio de San Gabriel en el 2019

El aguacate, oro verde, ha devorado más de 3 mil hectáreas (ha) en la región Tapalpa de Jalisco de 1970 al 2019, en especial de bosque y selva, según los diagnósticos de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial local.

En los últimos 50 años, esa región, caracterizada por sus zonas boscosas, sufrió una deforestación total por más de 41 mil hectáreas por el crecimiento sin control de las tierras agrícolas, así como por las destinadas al aguacate, el agave y la producción de invernadero.

Así lo señala el proyecto de Programa de Ordenamiento Ecológico Regional de ese territorio que integra a los municipios de Atemajac de Brizuela, Chiquilistlán, el propio Tapalpa y San Gabriel.

Esta última demarcación sufrió en junio de 2019 un alud de troncos y lodo que le quitó la vida a cinco personas y generó daños por 120 millones de pesos en el poblado.

La región ha tenido un crecimiento sin control en los últimos 50 años de tierras agrícolas, así como las destinadas al aguacate, el agave y la producción de invernadero

Especialistas advertían que entre los factores detrás de ese fenómeno estaban los acelerados cambios de uso de suelo y la expansión aguacatera en la zona.

El documento permite conocer con precisión qué tipos de zonas naturales fueron consumidas en la región por el avance del aguacate, del agave y de la producción de invernadero.

En el caso del aguacate, sus 3 mil 669.66 hectáreas actuales acabaron con mil 523.92 hectáreas de bosque; otras 970.15 hectáreas de selva; 789.64 hectáreas de tierra agrícola; 379.52 hectáreas de pastizal y 6.44 hectáreas de suelo desnudo.

El agave, por su parte, se extendió 2 mil 227.97 hectáreas en este periodo, arrasando a su paso con mil 368.16 hectáreas de selva; también con 7.74 hectáreas de bosque; 635.10 hectáreas de pastizal y 216.96 hectáreas de suelo desnudo.

Finalmente, los invernaderos que actualmente ocupan una superficie de 649.20 hectáreas en la región, fueron creciendo tras absorber 244.72 hectáreas de selva; otras 40.64 hectáreas de bosque; 121.55 hectáreas de pastizal; 202.48 hectáreas de tierra agrícola y 39.83 hectáreas de suelo desnudo.

Deforestación masiva por aguacate

La pérdida de esas más de 41 mil hectáreas de bosques y selvas en la región Tapalpa durante cinco décadas se debe mayormente a los productores agrícolas del estado, revela este proyecto de Programa de Ordenamiento Ecológico Regional, actualmente en consulta pública.

En las áreas de bosque que fueron deforestadas, los daños ascienden a 15 mil 863.23 hectáreas: el agave consumió 7.74 de estas hectáreas; la producción de invernadero acabó con 40.64 hectáreas; el suelo urbano y construido, con 633.64 hectáreas; los pastizales, con 582.66 hectáreas; el aguacate, con mil 523.92 hectáreas; mientras que solo las tierras agrícolas arrasaron con 13 mil 074.63 hectáreas.

Las zonas de selva que fueron deforestadas en estas décadas ascienden a 25 mil 364.04 hectáreas: el aguacate acabó con 970.15 de ellas; los pastizales, con 557.14 hectáreas; los invernaderos, con 244.72 hectáreas; el suelo urbano y construido, con mil 100.54 hectáreas; la tierra agrícola, con 21 mil 123.33 hectáreas; y finalmente, el agave consumió otras mil 368.16 hectáreas.

El alud de San Gabriel

El 28 junio de 2019, especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) señalaron que la crecida del Río Salsipuedes —que arrastró un gran volumen de lodo y troncos hasta impactar con el poblado de San Gabriel—, ocurrida el 2 de junio de ese año, no podía desvincularse de los cambios de uso de suelo sin control en la región.

“Se piensa que se trata de agua que se desbordó y no, pues son fenómenos gravitatorios que ocurren en microcuencas que tienen litología deleznable (rocas que se desprenden fácilmente), una pendiente muy pronunciada y la geometría de la vertiente, que favorece este comportamiento (corrientes que bajan en forma triangular o una delta invertida)”, dijo Luis Valdivia Ornelas, investigador del Instituto de investigación y Estudio de las Ciudades de la UdeG.

Valdivia Ornelas dijo que desde los años 40 y 50 esa zona ha tenido muchas intervenciones que generaron un impacto severo en la estabilidad de las pendientes.

El municipio de San Gabriel sufrió en junio de 2019 un alud de troncos y lodo que le quitó la vida a cinco personas y generó daños por 120 millones de pesos

“Consideramos que eso está incrementando el fenómeno. Lo ocurrido el pasado 2 de junio fue un gran alud inusitado por la gran cantidad de sedimento que transportó”.

El Programa de Ordenamiento advierte que las tierras de San Gabriel han sido muy disputadas por los productores de aguacate, agave e invernadero.

“El municipio con mayor demanda del suelo destinada para estas actividades es San Gabriel donde se identificaron los tres tipos de cultivos, con una demanda de superficie del 77 por ciento con respecto al total de hectáreas destinadas a estas actividades que fueron identificadas en la región. Considerándose el municipio con las zonas más críticas en cuanto a deforestación, cambio de uso de suelo, uso de agroquímicos y pesticidas”.

El documento revela también que en esa región, Protección Civil tiene registro de 26 deslizamientos, de los cuales uno está registrado en Atemajac de Brizuela, seis en Chiquilistlán, 13 en San Gabriel y seis en Tapalpa.

También hay registrados tres deslaves, cada uno en los municipios de San Gabriel, Chiquilistlán y Atemajac de Brizuela.

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