Ataque contra García Harfuch, desafío abierto

La fallida estrategia de seguridad implementada por la actual administración, sumada a los elevados niveles de impunidad, han permitido a los grupos del crimen organizado fortalecerse de una manera sin precedentes, prueba de ello es el atentado del pasado viernes en la capital del país y el aumento en el número de homicidios en México
David Martínez y Julio Ramírez David Martínez y Julio Ramírez Publicado el
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El atentado perpetrado en contra del secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, pone en evidencia el empoderamiento de los grupos delincuenciales y el abierto desafío en contra del Estado mexicano.

Hace apenas unos días, la delincuencia organizada puso en jaque a las autoridades estatales y federales de diversas regiones con acciones que podrían considerarse como terroristas.

En Guanajuato, la ofensiva en contra del cártel de Santa Rosa de Lima trajo como secuela una nueva oleada de violencia: bloqueos e incendios; además, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reportó el hallazgo de explosivos en instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), lo que pudo ser un intento de atentado a la refinería de Salamanca.

Mientras que la semana pasada, el estado de Sonora se convirtió en una zona de guerra tras el enfrentamiento entre cárteles del narcotráfico, dejando cuerpos abandonados en la carretera, una gasolinera incendiada y vehículos carbonizados.

No obstante, el caso del atentado del 26 de junio contra García Harfuch en la Ciudad de México, llama la atención porque nunca antes se había presentado un suceso de esa naturaleza en agravio de un funcionario capitalino y en una colonia de alto nivel socioeconómico como Lomas de Chapultepec.

Es un hecho inédito, no teníamos conocimiento de un atentado en contra de un secretario de seguridad en la sede de los poderes de la Unión
Ramón Celaya GamboaEspecialista en seguridad y procesos penales

El experto indica que la forma en que actuaron los presuntos sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) contra García Harfuch no se había visto antes en la capital, pues conocían sus rutinas, posibles vías de escape e incluso llevaban rifles tipo Barret calibre .50, para perforar blindaje.

“Utilizaron armas largas, granadas, que aún con el nivel de blindaje de la camioneta, quedó destrozada”, detalla.

Como saldo del atentado tres personas fallecieron (dos escoltas y una mujer que iba pasando por el lugar) y detuvieron a 12 posibles implicados.

Celaya Gamboa refiere que este acto es similar a los sucedidos en zonas del norte del país donde los cárteles tienen mayor presencia.

Y dice que si bien en cifras la Ciudad de México no iguala a otras entidades, el atentado es una muestra del nivel de violencia alcanzado y de la fuerza y presencia que las organizaciones criminales tienen en el centro del país.

Apenas el pasado 25 de junio, Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, informó durante una conferencia matutina, que cuatro cárteles se disputan la Zona Metropolitana del Valle de México: Cartel Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos, Caballeros Templarios y La Familia Michoacana.

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El reto para el Estado en su conjunto, en todos los niveles de pueden adquirir este tipo de grupos criminales”, explica el experto en seguridad.

El cabecilla del CJNG es Nemesio Oseguera CervantesEl Mencho”, considerado como el hombre “armado y peligroso” más buscado por la Agencia para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.

“Son muy pocos en el país los que pueden tener acceso a este tipo de armas, estamos hablando solamente del Cártel de Sinaloa, del Golfo y por supuesto el de Jalisco Nueva Generación”, asegura el consultor Armando Rodríguez en entrevista.

Dice que al revisar estas variables, las posibilidades de los responsables del ataque se reducen a muy pocas y, en el caso del Cártel de Sinaloa, no tienen un interés de controlar territorialmente más allá de la zona del occidente del país, tampoco por parte del Cártel del Golfo, por lo que realmente podría ser el CJNG el responsable.

“Estamos hablando de personal, en este caso sicarios capacitados para usar ese armamento, que tampoco son una tónica común en los diferentes grupos delictivos en el país. Además, se requiere de una capacitación técnica muy específica para usar un Barret, por ejemplo, o para usar el equipo que buscaba bloquear las comunicaciones del jefe de la Policía”.

Hay elementos que indican que el arma calibre .50 no se utilizó en el enfrentamiento, pero sí otros fusiles de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

Armando Rodríguez considera como “una sorpresa” que el secretario Omar García Harfuch haya atribuido momentos después del atentado su autoría a la organización criminal de Jalisco.

“Me parece que intervinieron varias cosas. El calor del momento, porque pasar por una situación así y sobrevivir a ésta implica muchas cosas, entre ellas ver la pérdida de dos amigos escoltas con los que convive, ver que mueren en un ataque artero, seguramente el calor del momento lo llevó a eso. Y también puede ser que tenga información clara que, esa sí no tiene porqué ser pública, dado que se trata de información de inteligencia”, explica el especialista.

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