El plan de la administración federal para solucionar estos problemas incluye el mantenimiento y rehabilitación de seis refinerías. Foto: Especial

Apagones y retrasos en las refinerías alejan sueño de soberanía energética de AMLO

La autosuficiencia energética que anhela obtener el presidente Andrés Manuel López Obrador para 2024, a lo que se volvió a comprometer durante la concentración del pasado 18 de marzo, enfrenta los procesos de modernización de la red de refinerías y el aumento en la capacidad de la CFE para proveer energía eléctrica suficiente, por lo que a un año de distancia, el objetivo parece lejano de alcanzar

Una de las metas que busca cumplir Andrés Manuel López Obrador (AMLO) antes de dejar la silla presidencial es contar con “soberanía energética”, es decir, que México sea completamente independiente en la refinación de hidrocarburos para 2024 y así romper con la dependencia que tiene de Estados Unidos.

“Hemos orientado nuestros recursos y esfuerzos para alcanzar la autosuficiencia alimentaria y energética.

“En esto último podemos asegurar que se ha garantizado la soberanía petrolera; se fortaleció la CFE, empresa pública encargada de administrar la industria eléctrica y recientemente se nacionalizó el litio, mineral estratégico utilizado en la construcción de baterías para autos eléctricos y sistemas de almacenamiento para las energías limpias”, dijo el primer mandatario del país ante miles de personas en el Zócalo de la Ciudad de México durante su discurso de conmemoración por el 85 Aniversario de la Expropiación Petrolera.

Sin embargo, las afirmaciones del titular del Ejecutivo federal, están lejos de ser una realidad a pesar de los 24 mil millones de dólares que ha inyectado la Federación en cuatro años en bolsas presupuestales para la mejora del sector energético.

Los esfuerzos del gobierno mexicano para elevar la eficiencia de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se han quedado cortos para garantizar la producción de combustibles y energía eléctrica en la República.

Persisten los apagones en varios estados del país en los últimos meses y los retrasos en las obras de Dos Bocas son una constante.

El plan de la administración federal para solucionar estos problemas incluye el mantenimiento y rehabilitación de seis refinerías.

Se trata de las destilerías de Petróleo de Tula, Hidalgo y Salina Cruz en Oaxaca, además del mantenimiento que se inició en Salamanca y Minatitlán.

También Cadereyta y Madero son intervenidas para aumentar su producción a corto plazo.

A esto se le suma la construcción de la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, y la compra que hizo la administración federal de Deer Park, en Texas.

No obstante, las proyecciones revelan que, con todo y estos esfuerzos y los recursos gastados, la autosuficiencia está lejos de llegar.

Esto se debe a que es posible que únicamente se culmine con tres refinerías de Pemex para el año próximo: Salamanca, Madero y Cadereyta, esta última, por si fuera poco, enfrenta una posible clausura del gobierno de Nuevo León por los altos índices de contaminación que ha generado.

Por su parte, la planta de Dos Bocas, enfrenta atrasos en sus obras, sobrecostos en la compra de materiales y construcción e, incluso, anegaciones en los últimos meses, por lo que se ha postergado su operación en distintas ocasiones por las autoridades federales.

Apagones, dolor de cabeza para CFE

Para la CFE el escenario no pinta mejor: los apagones que se han registrado en estados como Veracruz y al norte del país han encendido las alarmas del Gobierno federal y aumentado el malestar de los ciudadanos afectados.

La propia Comisión Federal de Electricidad confirmó que enfrenta un reto mayúsculo para garantizar la electricidad en todos los hogares de México pese a los nueve mil 300 millones de dólares que se han invertido en la administración actual para incrementar la capacidad instalada de megawatts, mejorar su infraestructura y la modernización del equipo tecnológico de la empresa del Estado mexicano.

El otro problema

Los altos índices de polución que se han presentado en zonas metropolitanas como Monterrey, Ciudad de México, Veracruz y otras urbes han puesto en la mira a las refinerías del Gobierno federal.

La emisión de humo y otros contaminantes en Cadereyta, Nuevo León, en las últimas horas provocó la alerta máxima del gobierno de Samuel García, quien amagó con clausurar este inmueble de Pemex ante la amenaza de representar un riesgo para los ciudadanos de esta zona del país.

Si bien la refinería se encuentra bajo la lupa de algunos alcaldes metropolitanos y del propio gobierno de Nuevo León, la contaminación no es exclusiva de esta refinería, como lo demuestran diversos estudios científicos.

Tampoco es el único caso, pues en la Ciudad de México y el Valle de México, se viven de igual forma las afectaciones por las emisiones que genera la refinería de Tula, en Hidalgo, a unos kilómetros de la capital del país, aunque también hay estudios que sugieren que hay otros factores que impactan de forma más importante al medio ambiente.

La refinería en Tula ha sido señalada en los últimos años de ser una de las principales fuentes de contaminantes del Valle de México.

Incluso diputados del Congreso de la Ciudad de México han calificado este inmueble como uno “de los mayores agujeros negros medioambientales del país”.

Piden clausura inmediata desde San Lázaro

La emisión de contaminantes en Nuevo León por parte de la refinería de Cadereyta escaló hasta la Cámara de Diputados, donde la legisladora de la bancada del PRI, Karina Barrón, solicitó su “clausura inmediata” al afirmar que se pone en riesgo la salud de los neoleoneses.

“La salud no tiene precio, no se puede jugar así, es necesario que se trabajen estrategias contundentes para frenar la polución que se registra en la actualidad”, sentencia la legisladora priista.

En entrevista con Reporte Índigo, la diputada federal afirma que el caso de Nuevo León es un llamado de atención para todo el país, ya que, si persiste la emisión de este tipo de contaminantes en los próximos años, el daño será irreversible para todos los ciudadanos.

“La refinería de Cadereyta se tiene que actualizar; no podemos estar con estos altos niveles de contaminación a causa de las refinerías, muchas de ellas en la noche dobletean su proceso y esto genera un impacto mayor al medio ambiente”, detalla la también secretaria de la comisión de Energía en la Cámara de Diputados.

Agrega que se necesita de forma urgente invertir en proyectos de energías limpias en todo el país, no como lo hace el Gobierno federal que incentiva la producción de combustibles en lugar de la creación de energías limpias.

“Es lamentable que se hable de soberanía y no se les brinde la oportunidad a empresas extranjeras que buscan invertir en México. Dos Bocas ha costado tres veces más de lo que se prometió y la soberanía energética está lejos de llegar”, precisa la diputada federal.

Contaminación, entre lo público y lo privado

En Nuevo León, la refinería de Cadereyta se convirtió en el centro de la crítica por la mala calidad del aire de la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), pero la problemática medioambiental que enfrenta la entidad también es generada por fuentes fijas del sector privado.

Estudios revelan que empresas como Ternium, Cemex y otras dedicadas a la extracción de piedra caliza, contribuyen a la contaminación que padecen miles de regiomontanos.

Reporte Índigo adelantó en 2019 que el Centro Mario Molina realizó un estudio para explorar las emisiones de nitrógeno y dióxido de azufre alrededor de las empresas para determinar la calidad del aire en la ZMM y llegó a la conclusión de que las industrias son la principal fuente de contaminación.

El resultado arrojó que los contaminantes más problemáticos son cinco: óxido de nitrógeno, ozono, partículas PM10 y PM2.5, esta última la más dañina para la salud, así como los óxidos de azufre.

El estudio demostró que hay fuertes emisiones de dióxido de azufre por arriba de la norma en la zona de la Ecovía, justo por donde se sitúa Cemex, al igual que en las líneas 1 y 2 del Metro, un sector donde opera Ternium. Lo mismo sucedió en la zona de la Refinería de Cadereyta.

La mala calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey se debe a la gran cantidad de fábricas, industria y automóviles que alberga. Foto: Especial
La mala calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey se debe a la gran cantidad de fábricas, industria y automóviles que alberga. Foto: Especial

Guillermo Martínez Berlanga, integrante del Comité Ecológico Pro Bienestar, recuerda que según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), existen 70 empresas altamente contaminantes en la ZMM.

“Hay 70 empresas contaminantes y lo dice el INECC”, dice a Reporte Índigo Martínez Berlanga.

Por su parte, el director del Hospital Universitario, Edelmiro Pérez Rodríguez, revela en entrevista que la alta contaminación está relacionada con el cáncer y provoca que niños y jóvenes sufran de conjuntivitis, asma y otras dificultades respiratorias.

“Con el cáncer hay una relación con la contaminación. Hay gente que no consume tabaco y tiene cierta disposición a los contaminantes aéreos, personas con problemas asmáticos, conjuntivitis, tienen mucho que ver con la contaminación del aire, más que nada en niños o gente joven”, dice el experto.

Sin embargo, a pesar de los estudios que señalan que toda la industria en esta entidad es la principal fuente de contaminantes, en los últimos días la atención se fijó en la refinería de Cadereyta.

El alcalde de San Pedro, Miguel Treviño, lanzó una ofensiva contra Pemex asegurando que la refinería es la principal responsable de la mala calidad del aire en la entidad.

Incluso, recabó el pasado 13 de marzo 4 mil 100 firmas en el evento San Pedro de Pinta para interponer un amparo colectivo en el Poder Judicial alegando afectaciones hacia la salud de los ciudadanos.

Cuatro días después, el gobernador Samuel García, a través de un video, criticó que en el municipio de San Pedro se esté señalando a la Refinería cuando en la entidad hay más autos que personas.

“Hay municipios como San Pedro donde hay más carros que personas, entonces todos coludos y nadie rabón, todos hay que meterle, no se vale exigir y gritar a la refinería, pero en tu casa, una pareja con dos hijos, siete carros, ¡pues qué es eso!”

“Seamos congruentes también y no se vale tampoco apuntar a una sola fuente, tienes industria, tienes pedreras, tienes carros”, señaló García el pasado 17 de marzo.

Aplican ley a conveniencia

El titular de la Secretaría de Medio Ambiente estatal, Félix Arratia, aplicó el artículo 230 de la Ley Ambiental del Estado de Nuevo León en su intento por clausurar la Refinería de Cadereyta por cuestiones de seguridad.

“Cuando se detecte alguna presunta irregularidad de competencia federal y la Secretaría o los Municipios, según sea el caso, determinen la existencia de elementos suficientes para configurar una infracción a las disposiciones ambientales que correspondan, podrán aplicar las medidas de seguridad que resulten necesarias para proteger el equilibrio ecológico y evitar daños al ambiente”, dice la ley.

Empresas como Ternium, Cemex, Iberdrola o Álcali también son responsables de la gran cantidad de los contaminantes de la Zona Metropolitana de Monterrey. Foto: Especial
Empresas como Ternium, Cemex, Iberdrola o Álcali también son responsables de la gran cantidad de los contaminantes de la Zona Metropolitana de Monterrey. Foto: Especial

Ante el video en redes sociales donde se ven las emisiones de color amarillo que salían de la refinería de Cadereyta, Arratia buscó implementar esta ley, algo que no ha intentado con empresas como Ternium, Cemex, Iberdrola o Álcali.

La contaminación de estas empresas, advierte el Centro Mario Molina, se produce especialmente por la tarde, pero la industria no es inspeccionada en el horario nocturno.

El artículo 230, reformado en 2010, pone evidencia que nunca se ha actuado contra la industria por contaminar y dañar la salud.

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