Vuelven los aztecas, en cómic

El estadounidense Paul Guinan estudió durante años la cultura prehispánica mexicana, la cual adoptó a formato de novela gráfica digital en Aztec Empire; el dibujante mexicano Edgar Clement observa a detalle el trabajo y da su opinión de los trazos realizados por el historietista de la Unión Americana

Herederos de tradiciones milenarias, que fueron tomadas de todo Mesoamérica, llegaron hasta el lago Texcoco y ahí fundaron La Gran Tenochtitlán, volviéndose la civilización lacustre más importante de la era prehispánica. Este es el pasado sobre el que se ha erigido México, sus mitos, leyendas e historias previos a la conquista.

Bajo este preámbulo, es como Paul Guinan empezó el primer capítulo de su cómic Aztec Empire (Imperio Azteca), el cual le tomó años de estudio y acercamiento a la cultura mexica.

El historietista recurrió a especialistas en el tema, como Enrique Ortiz y Matthew Restall, además de acudir al Museo Nacional de Antropología e Historia. Guinan realizó el guión, coloreo y realizó bocetos de la novela gráfica, mientras que David Hahn puso el trazo principal del cómic.

Imperio Azteca se encuentra nominada a Mejor Cómic Digital en los premios Eisner, los cuales son considerados la élite de los galardones en novela gráfica; son como una especie de Oscar entre el círculo de ilustradores mundiales

“Hay opiniones divergentes sobre el Eisner, porque, como todos los premios, son polémicos; se consideran injustos. El mismo galardon no tiene muy claro qué descalifica o cuales son los criterios con los que analizan las cosas”, comenta el monero mexicano Edgar Clement, quien se ha distinguido por incorporar en sus ilustraciones los motivos culturales mexicanos. Operación Bolívar (1993-1994) es de sus trabajos más aplaudidos, e incluso celebrado por personalidades como Guillermo del Toro.

Al presentarle lo creado por Guinan, Clement da su opinión especializada, resaltando el trabajo de la historia, pero cuestionando el dibujo final con el que se creó Imperio Azteca. “Es un trabajo muy meticuloso de investigación, el guionista se ve que está muy metido recabando datos, e incluso se ve que le está pasando mucha información a David Hahn, quien está haciendo una interpretación un poquito libre”, dice el ilustrador mexicano.

Libertades históricas a conciencia

Al final de cada episodio, Guinan hace un epílogo para explicar acontecimientos históricos y ahondar en sus inspiraciones para hacer el cómic. En el tercer capítulo, menciona que la Malinche tenía 16 años de edad cuando conoce a los españoles, pero él decidió cambiarla a 18.

“El guion me parece un poquito apresurado, como que quiere abarcar demasiados sucesos en muy pocos cuadros, por ejemplo, los globos de diálogo son muy saturados, eso desde mi punto de vista es una falla narrativa”, agrega Clement.

“Es un trabajo muy meticuloso de investigación, el guionista se ve que está muy metido recabando datos”
Edgar ClementMonero mexicano

Los dibujos realizados por Hahn se sienten atareados para el ilustrador, además, nota claros errores en torno a lo que se conoce como arte y cultura prehispánica, algo que Clement siente que es una falla de interpretación.

“Como un intento de acercamiento a la Conquista, el dibujo particularmente es pobre (…) vienen de una lectura apresurada de la documentación que seguramente le está proveyendo Paul Guinan.

Apropiación cultural

Actualmente, las etnias mexicanas pelean contra trasnacionales por el constante uso de símbolos en productos comerciales. En ese sentido, de si el cómic Imperio Azteca pudiera ser una apropiación cultural por parte de Guinan –el estadounidense vende productos de su historieta en línea– Clement explica que él no lo siente como plagio, ya que desde la época mesoamericana esto sucedía entre los pueblos autóctonos.

“Tenemos la historia del emperador Tlacaélel que mandó reescribir la historia mítica fundacional del México-Tenochtitlán e incorporó a Quetzalcóatl, toda la mitología de los pueblos aledaños, se apropió de todo eso para formar la ideología azteca”, comenta.

Los estadounidenses tienen décadas tomando la cultura mexicana para lucrar con producciones cinematográficas como Coco (2017).

Clement indica que lejos de ofendernos, necesitamos empoderarnos para hacer nuestros propias expresiones artísticas.

Falta interés nacional

El ciudadano promedio está desarraigado de su cultura, Clement observa que esto se remite desde los historiadores que se han encargado de estudiar a fondo lo pasado en el país, por ello es que predominan los estudios hechos por personalidades extranjeras a México.

“Los extranjeros –para variar– están más interesados en nuestra cultura que nosotros mismos. Cuando empiezas a leer libros de análisis de la Conquista, a ver lo que es este proceso, si no es Eduardo Matos Moctezuma y Miguel León Portilla, todos los demás son extranjeros”.

Tony Sandoval: el monero a seguir

El mexicano historietista Tony Sandoval, quien ha hecho primordialmente su carrera en Europa, está nominado a tres premios Eisner este año, por lo que Clement resalta su talento y empuja a que ojalá su connacional, u otros, se animen a hacer un trabajo equiparado a lo realizado por los estadounidenses.

“Revisen a Tony Sandoval y compárenlo con el dibujo de Hahn. Antes de despotricar y decir ‘¿Cómo puede ser posible que este pinche dibujantazo no haya hecho el Imperio Azteca?’, imagínense una versión de la Conquista dibujada por Sandoval, para allá tenemos que ir y mover el talento”.