Desde marzo, las salas de cine quedaron cerradas

Volver al cine en tiempos de Covid-19

A una semana de la reapertura de las salas de exhibición fílmica en la Ciudad de México, Reporte Índigo recorrió tres complejos al sur de la capital, en los cuales ya se implementaron los protocolos de sanitización para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2; sin embargo, la falta de mantenimiento general en los inmuebles es evidente

Desde marzo, las salas de cine quedaron cerradas, su panorama era desolador, pero ahora, a cinco meses de ello, la “pesadilla” parece haber terminado, o al menos mutado un poco, para todos los cinéfilos de corazón, porque ya es posible regresar a ellas en la Ciudad de México.

En momentos en donde la pandemia global sigue a la alza, y que en México reporta más de medio millón de casos confirmados y casi 60 mil defunciones, es más que justificado que la población sienta riesgo y miedo de acudir nuevamente a los cines; solamente en este primer fin de semana, se lograron 33 mil asistentes en la capital del país.

Para vivir la experiencia de volver a estos complejos en tiempos de COVID-19, Reporte Índigo realizó un recorrido en tres sedes de Cinépolis al sur de la CDMX, en los que claramente se puede percibir y reconocer que los lineamientos sanitarios se están cumpliendo; sin embargo, existen detalles a mejorar.

Por lo pronto sólo hay reestrenos de cintas como las de Christopher Nolan, Interestelar (2014) y Dunkerque (2017), la cuales logran “llenar” el 25 por ciento permitido del aforo de las salas IMAX, además de que los precios tanto en boletos como en dulcerías siguen siendo altos, ya que no se ofrecen promociones reales para los asistentes.

“Los exhibidores, tanto Cinépolis como Cinemex, la siguiente semana están ya por sacar promociones, sobre todo para buscar como el 2×1 de los miércoles, pero de manera intensiva. El hecho de no subir el precio del boleto, cuando han incrementado tanto sus costos (operativos) ya implica un esfuerzo bien importante”, asegura Tábata Vilar Villa, directora de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (CANACINE).

En la visita que esta casa editorial hizo a las salas de exhibición de Cinépolis, se observó deterioro en sus instalaciones, ante esto, Ramón Ramírez Guzmán, director de Relaciones Públicas del negocio fílmico, dice que son hechos aislados.

“El detalle que pudiste haber visto en una sala no es generalizable a toda la compañía, estamos con estrictos protocolos y estándares de calidad y seguramente el detalle que notaste se estará trabajando de manera muy puntal”, expresa el directivo, en entrevista.

Los estrenos internacionales fuertes comenzarán en septiembre, mientras, las exhibidoras proyectarán más cine mexicano que había quedado enlatado por la crisis sanitaria. CANACINE piensa que esta puede ser una ventana de oportunidad para que no se compita con la taquilla del mercado extranjero.

Cine Oasis Coyoacán, mantenimiento ausente

El primer día, justo en la última función del 12 de marzo en la sucursal Oasis Coyoacán, la plaza comercial recibe a su público en calma y sin aglomeraciones, ya que al cerrar los negocios no esenciales a las 17:00 horas, como marca la Ley, el único inmueble que permanece abierto es Cinépolis al fondo del lugar.

Al igual que en la entrada de la plaza, al ingresar a este complejo de salas se toma nuevamente la temperatura y se ofrece gel sanitizante, además de que los visitantes deben limpiar sus zapatos en un tapete.

Son las 19:30 horas, la función es Retrato de una mujer en llamas (2019), filme francés nominado al Globo de Oro a Mejor Película Extranjera, y a pesar de que este sea un largometraje del llamado cine de arte, hay al menos 10 asistentes en el lugar.

A falta de avances de nuevas películas que estén por estrenarse, Cinépolis proyecta un aviso de cuatro minutos de duración de todas sus medidas sanitarias, para incentivar a que sus consumidores se sientan cómodos.

Y aunque los protocolos de limpieza son claros, el recinto ha descuidado detalles que, tal vez, se han vuelto imperceptibles para los cinéfilos, pero que de prestar atención son evidentes, uno de ellos es el mantenimiento de las butacas, que rechinan al reclinarse.

También el proyector se encuentra sucio, ya que una ligera mancha puede ser percibida al verse la película, al principio parecía un aspecto de la filmación, pero conforme pasa el tiempo, es notorio que es un descuido del aparato.

La función termina, pero acaba de una manera abrupta, porque apenas la última escena —que es conmovedora hasta las lágrimas— se va a negros, después sale otro anuncio de Cinépolis indicando cómo se debe abandonar la sala, el cual corta de tajo la idea de una atmósfera de cine, ya que también de inmediato se prenden las luces.

Patio Universidad y Plaza Universidad, entre soledad y decepción

La experiencia mejoró el viernes 14 de agosto por la noche al acudir a la exhibición de un clásico del cine, Rebelde sin causa (1955), protagonizado por James Dean, en Patio Universidad.

El único detalle fue que el entrar a la plaza comercial de manera peatonal es una odisea, ya que los accesos se encuentran restringidos, lo cual no se indica en ninguna parte del edificio, y se tiene que descubrir prácticamente por intuición que sólo hay una entrada; lo mismo ocurre al visitar su conjunto vecino, Plaza Universidad.

“Molesto” y hasta “engorroso” es adentrarse en este inmueble que tiene 50 años de haber sido inaugurado, porque sus accesos peatonales no están indicados como abiertos o cerrados después de las 17:00 horas, incluso en la última visita del 17 de agosto, no contaban con un termómetro infrarrojo para medir la temperatura, por lo que se tuvo que esperar unos minutos en lo que conseguían una.

En la función IMAX de Dunkerque, del domingo 16 de agosto, se ve cómo está rota la megapantalla de su esquina superior izquierda, lo cual impide que el espectador disfrute de la película filmada por Nolan en un 70 por ciento en este formato. Por si fuera poco, al inicio el aire acondicionado no estaba circulando, bajo el pretexto de que la sala debe permanecer a una temperatura entre los 24 y 26 grados Celsius.

La última proyección a la que acudió este medio editorial fue Fuga de Pretoria (2020), película protagonizada por Daniel Radcliffe, la cual se encontraba completamente sola al ser en lunes a las 19:55 horas. Ese día en el complejo de exhibición no había gente, ni en taquilla, dulcería y baños.

Al término de la proyección, el personal del cine comentó que, haciendo sus cálculos, los asistentes del día apenas podrían sumar 100 espectadores.

Así se vivió el regreso a las salas de cine en la capital del país, entre nuevos protocolos de seguridad, los desperfectos y la poca gente que decidió acudir a ellas.

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