Vitaminas para chicos y grandes

En junio del año pasado, aludimos a diversas investigaciones que sustentan la evidencia de que el abuso de suplementos vitamínicos no hace la diferencia en la prevención de enfermedades y que inclusive puede perjudicar nuestra salud, al grado de aumentar el riesgo de muerte. 

Por ello, expertos recomiendan consumirlos con moderación, llevando una dieta balanceada.

Sin embargo, las vitaminas –con medida– sí brindan beneficios para pequeños y adultos. 

En junio del año pasado, aludimos a diversas investigaciones que sustentan la evidencia de que el abuso de suplementos vitamínicos no hace la diferencia en la prevención de enfermedades y que inclusive puede perjudicar nuestra salud, al grado de aumentar el riesgo de muerte. 

Por ello, expertos recomiendan consumirlos con moderación, llevando una dieta balanceada.

Sin embargo, las vitaminas –con medida– sí brindan beneficios para pequeños y adultos. 

Un estudio realizado por investigadores del Sistema de Cuidado de la Salud para Veteranos de Minneapolis demostró que una dosis diaria de 2 mil Unidades Internacionales (UI) de suplementos de vitamina E retrasa de forma eficaz y segura el deterioro funcional de personas con la enfermedad de Alzheimer (EA) de leve a moderada. 

Esto, dado a que se ha comprobado que incluso 400 UI al día, la cantidad promedio de suplementos de vitamina E, pueden aumentar el riesgo de mortalidad.

Para llegar a estos resultados, que fueron publicados en JAMA, los científicos dividieron a 613 personas con EA en tres grupos. A los pacientes de uno de estos grupos se les dio dicha dosis de vitamina E durante poco más de dos años. 

Otro grupo fue sometido a un tratamiento con placebo, mientras que otros recibieron el fármaco memantina, utilizado para tratar la EA. 

Si bien los suplementos de vitamina E no contribuyeron a reducir el deterioro cognitivo, como pérdida de la memoria, el beneficio sí fue significativo en cuanto su independencia para realizar ciertas actividades cotidianas, en comparación con el resto de los enfermos. 

Por ejemplo, aquellos dentro del grupo de vitamina E requirieron de alrededor de dos horas al día menos de ayuda por parte de sus cuidadores. 

Pero los resultados solo refuerzan la necesidad de realizar mayor investigación, pues algunos expertos se mantienen escépticos respecto a la eficacia y la seguridad de la vitamina E –y su dosis elevada– para tratar la EA. 

Bebés más fuertes

Es bien sabido que el ácido fólico –un tipo de vitamina del complejo B– durante el embarazo ayuda a prevenir defectos congénitos además de reducir el riesgo del autismo.  Pero la vitamina D también puede ser un buen aliado para las mujeres embarazadas. 

Y es que de acuerdo a un estudio encabezado por la Medical Research Council Lifecourse Epidemiology Unit (MRC LEU) de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, los bebés nacidos de madres que durante las últimas etapas del embarazo contaban con altos niveles de dicha vitamina son propensos a desarrollar una mayor fuerza y masa muscular. 

En el estudio, cuyos resultados fueron publicados en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, los investigadores demostraron que entre más altos eran los niveles de vitamina D de la madre durante su embarazo, mayor era la fuerza de agarre de los niños al llegar a los cuatro años de edad. 

“Estas asociaciones entre la vitamina D materna y la fuerza muscular de los hijos podrían tener consecuencias para la salud más adelante; la fuerza muscular alcanza un pico en la edad adulta, antes de disminuir en la edad avanzada”, dijo en un comunicado el doctor Nicholas Harvey, autor de esa investigación. 

“Y una poca fuerza de agarre en la edad adulta ha sido asociada  a problemas de salud como la diabetes, caídas y fracturas”, apuntó. 

 

 

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