VIH, la pandemia olvidada

Muchas personas que viven con VIH se abstienen de acudir a servicios de salud por temor a sufrir discriminación

La pandemia del COVID-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha provocado un duro golpe a la salud mundial y una crisis económica sin precedentes, pero también ha originado que otras epidemias o pandemias queden en segundo plano y se reduzcan los esfuerzos para erradicarlas, como el VIH.

En México, el primer caso de SIDA o síndrome de inmunodeficiencia adquirida se reportó en 1983. Según datos del Centro Nacional para la Prevención del VIH y el sida (Censida), hasta el 11 de noviembre del 2020, 301 mil 182 personas con infección por VIH se encuentran en el registro de vigilancia epidemiológica: el 59 por ciento se encontraba con vida, 36 por ciento ya habían fallecido, y el 5 por ciento se desconoce su estatus actual.

Además, México ocupa el segundo lugar en América Latina en cuanto a número de infecciones, después de Brasil, pero en términos de prevalencia se ubica en el lugar 23.

En México hay cerca de 200 mil personas con VIH que reciben tratamiento y atención al cien por ciento por parte del Sistema Nacional de Salud.

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¿Qué es el SIDA?

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infecta las células del sistema inmunitario y las destruye o trastorna su funcionamiento, lo que acarrea el deterioro progresivo de dicho sistema y acaba produciendo una deficiencia inmunitaria, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Se habla de inmunodeficiencia cuando el sistema inmunitario ya no puede cumplir su función de combatir las infecciones y otras enfermedades.

El SIDA representa las etapas más avanzadas de la infección por el VIH. Se define por la aparición de alguna de más de veinte infecciones oportunistas o cánceres vinculados con el VIH.

¿Cómo se transmite la infección por el VIH?

Se puede transmitir por las relaciones sexuales (vaginales, anales o bucales) sin protección con una persona infectada; por la transfusión de sangre contaminada; y por compartir agujas, jeringas, material quirúrgico u otros objetos punzocortantes. La madre puede transmitirle la infección al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.

Este periodo puede variar mucho de una persona a otra. Si no se da tratamiento, la mayoría de los infectados por el VIH presentan signos de enfermedad al cabo de 5 a 10 años, aunque el periodo puede ser más breve.

El tratamiento con antirretrovíricos puede hacer más lenta la evolución porque evita la multiplicación del virus y, en consecuencia, disminuye la cantidad de virus presente en la sangre del individuo infectado.

México y el SIDA

Desde 2003 todos los pacientes con VIH/SIDA tienen acceso gratuito a estos medicamentos en el país.

Con base en las cifras del Censida, vivir con VIH/SIDA en México cuesta unos $32,727 por persona al mes.

Mientras que el presidente de la Fundación Mexicana para la Lucha Contra el Sida (Fundasida), David Alvarado, considera que el tratamiento antirretroviral para pacientes con VIH cuesta en promedio de 17 mil pesos mensuales, lo cual asciende a 204 mil pesos al año.

Alvarado también señala que 3 de cada 10 personas que viven con VIH, no conocen su diagnóstico. Además, muchas personas que viven con VIH se abstienen de acudir a servicios de salud por temor a sufrir discriminación.

Esto es una barrera que necesitamos todas y todos dentro de este marco de acción global poder cambiar, y hacer servicios que sean realmente amigables, adecuados, accesibles, pero sobre todo que se encuentren libres de estigma y discriminación
David Alvarado

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Vacuna contra el VIH

La potencial promesa contra el VIH es un desarrollo de la farmacéutica belga Janssen -hoy parte del corporativo norteamericana J&J- en conjunción con HIV Vaccine Trials Network (HVTN) -una red de investigación para vacunas que depende de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Esta investigación se está llevando a cabo en hospitales y clínicas de diferentes países, y la buena noticia es que están incluidos algunos centros hospitalarios de México.

El desarrollo farmacéutico funciona de manera similar a las vacunas contra COVID-19: un adenovirus modificado transporta al interior de las células el ADN de sus proteínas, para que el organismo produzca anticuerpos.

En tratamiento consiste en dos vacunas, las cuales superaron los estudios de seguridad y crean anticuerpos; sin embargo, se espera comprobar si son efectivas con pacientes reales.

“Es el primer estudio de fase III que se hace con algún candidato de vacuna para VIH, los anteriores estudios no habían sido muy exitosos, ahora se cuenta con un diseño más novedoso y nuevas adiciones, se piensa que por los resultados que se han visto en estudios con primates no humanos. Tiene un principio similar al desarrollo de la vacuna de Moderna contra el Covid-19”, señaló el doctor Juan Sierra Madero, investigador titular del Departamento de Infectología del Instituto de Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán”.

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