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Vaqueros del humor

Sombrero, pistolas y maquillaje, la comicidad está en el aire y los personajes se meten a situación con sólo una palabra, la cual viene de entre el público. No hay paleros, no hay guión, no hay marcha atrás, sólo improvisación.

Un escenario se vuelve un típico redondel de vaqueros, ocho actores se turnan en funciones para tomar arquetipos teatrales que buscan la carcajada de los presentes durante más de una hora.

El Rodeo de Impro estará en temporada hasta el 29 de septiembre en el Foro Shakespeare, con un costo de entrada general de 280 pesos
Dentro de las improvisaciones el público juega un papel importante, ya que es quien decide cómo se harán las dinámicas y quiénes deben enfrentarse para causar el humor repentino
El Rodeo de Impro nació hace seis años de la mente de Alex Salazar ‘El Chaparro’, quien dirige y actúa el espectáculo además de ser standupero
https://youtu.be/JbWv9C_b_Z8

Sombrero, pistolas y maquillaje, la comicidad está en el aire y los personajes se meten a situación con sólo una palabra, la cual viene de entre el público. No hay paleros, no hay guión, no hay marcha atrás, sólo improvisación.

Un escenario se vuelve un típico redondel de vaqueros, ocho actores se turnan en funciones para tomar arquetipos teatrales que buscan la carcajada de los presentes durante más de una hora.

Al final de la temporada habrá un solo improvisador ganador, elegido por los asistentes, así de democrático es el Rodeo de Impro, que ya inició funciones en el Foro Shakespeare y estará vigente todos los jueves a las 20:30 horas, hasta el 29 de septiembre.

Comenzando el rodeo

Todo empezó desde una idea. Hace seis años Alex Salazar “El Chaparro” tenía la inquietud de hacer un formato de improvisación pero que fuera deportivo. De entre los conceptos visuales que le sedujeron para arrancar el espectáculo, estaba un rodeo de vaqueros.

“Dijo ‘podríamos hacer improvisación porque en el rodeo también se hacen suertes, también hay una especie de retos’ entonces él combina los retos de la improvisación con la estética del rodeo”, explicó Chino Damián quien interpreta a Steve Silver: “El Vaquero Galáctico” en el montaje.

En el espectáculo cuatro improvisadores compiten por obtener “El Toro Dorado” de Impro, máxima estatuilla para el humor repentino, por lo que tendrán que competir en juegos de comedia y al final recibir el apoyo del público para ganar el galardón hasta el final de temporada.

La suerte del improvisador

El arte de la espontaneidad no es una virtud que llegue solamente por arte de magia, es un oficio que tiene que cultivarse, según indica Antonio Sacruz, quien encarna a José “El Topo” Tamargo.

“La improvisación no se ensaya sino se entrena, nosotros tenemos que estar entrenando constantemente en nuestra cabeza para mantener esa agilidad de que en cuanto ellos (el público) nos den una palabra nosotros ya detonamos una idea y a partir de eso que sea como una historia grande”, comentó.

Entre dos minutos y tres y medio duran los encuentros improvisados de los actores que son mediados por un anfitrión. También los sketches son acompañados por un músico en vivo en otro tipo de secuencias melódicas, las cuales se pueden extender hasta los cuatro minutos.

Además, los invitados en las butacas son quienes determinan los juegos en base a preguntas, dejando todo al azar sin una planeación previa, anexó Daniel García o “El Charro Churro” en la ficción del rodeo improvisado.

“El público hace los equipos, el conductor de repente dice: ‘¿A quién le gustaría que jugara este juego?’, entonces el público dice ‘que juegue el torero, quien es ‘El Topo’ Tamargo y el Woody’, ahh entonces brincan ellos dos al área de juego”, describió.

Domando al público

La magia de El Rodeo de Impro, es que llegue gente ajena al espectáculo, ya que salen enganchados con el concepto, eso es lo que al menos cree Karla Morales, quien es la cantante de palenques frustrada Licha Viñareal.

“Creo que al momento en el que entran al foro y ven la escenografía y ven a los personajes, empiezan a entrar en un ambiente de rodeo, y de ahí viene la competencia. Por eso creo que el tema del Rodeo en la impro está bueno porque es como ver vaqueros sorteando suertes con el toro, pero aquí no hay un toro, aquí lo que tenemos que domar es la impro”, especificó.

A pesar de que los formatos de la improvisación no llevan tanto tiempo en México como en Estados Unidos, los teatristas buscan acercar esta comedia al público, sobre todo para quienes puedan estar más allá de la capital, ya que Morales considera que la impro está muy centralizada todavía en la Ciudad de México.

“Todavía no hay tanto empuje como quisiéramos que lo hubiera, pero justo creo que formatos como el rodeo o formatos deportivos son los que pueden hacer que la gente venga, se enamore de la impro y siga viniendo y se siga esparciendo más por todos lados”, puntualizó.