Utilizan el tarot como fuente principal de su dramaturgia

La compañía Teatro de Ciertos Habitantes está celebrando 25 años de historia con la presentación de Del mago al loco, puesta interdisciplinaria que muestra el universo del tarot. Claudio Valdés Kuri reflexiona sobre los aprendizajes que han tenido a lo largo de estos años
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Hacer teatro en México por 25 años les ha enseñado a los integrantes de la compañía Teatro de Ciertos Habitantes (TCH) la importancia de no dejarse llevar por la inmediatez, sino entregarse e involucrarse por completo en los proyectos.

“No hay resultados sin inversión”, afirma Claudio Valdés Kuri, fundador y director de THC, para quien la inversión ha sido de vida, ya que este proyecto no ha sido pasajero, sino de entrega total, con concentración absoluta, siempre abriendo espacios.

“También un afán de llegar al máximo de sus capacidades y eso resulta atractivo para los que ingresan para trabajar con nosotros, porque van a poder llegar tan lejos como quieran y eso siempre es anhelado para quien tiene amor propio”, considera Valdés Kuri.

TCH ha formado a múltiples artistas, creativos, productores y promotores e inspirando y motivando a muchas otras compañías. Su compromiso con la transmisión del conocimiento se ratifica con su centro de creación, educación y encuentro de artes escénicas ArtBoretum.

“En 25 años no ha habido distracción, ha sido concentrarse en un solo punto, siempre con la visión de continuar. Nuestro decir también es muy comprometido, entre lecciones y aprendizajes creo que cuando eres muy claro en tu decir, con la intención de generar algo en el otro, pues se van abriendo espacios”
Claudio Valdés KuriFundador y director de TCH

La compañía desde su primer montaje se empezó a internacionalizar muy pronto, hasta ahora son más de 200 ciudades de diversos países, en emblemáticos festivales y teatros, así como en poblaciones remotas.

“Aunado a eso, hemos variado nuestros intereses a la educación y la transmisión del conocimiento y hemos hecho mucho trabajo de talleres a lo largo de muchos años en México y fuera del país”, dice.

La fuente principal de su dramaturgia

Como parte de la celebración de su 25 aniversario, Teatro de Ciertos Habitantes (TCH) presenta Del mago al loco en el Museo Nacional de San Carlos los sábados y domingos, a las 19:00 horas. La temporada finalizará el 2 de abril.

“En este montaje se unen dos vertientes: la escénica, digamos, de la creación, de trabajo muy refinados a través de mucho tiempo, y la de la exploración en vivo, que sucede en los talleres.  Cuando una persona se integra a los talleres hay una amplia exploración de sus capacidades artísticas, pero mucho tiene que ver también con sus procesos interiores, y eso es lo que implica esta obra”, explica Claudio Valdés Kuri.

Del mago al loco es una puesta interdisciplinaria que, de forma alegórica, muestra el universo de los arquetipos que conforman la psique humana, representado a través de las imágenes del tarot.

Por varios años, TCH utilizó al tarot como una herramienta de autoconocimiento y exploración, de encuentro de oportunidades, pero poco a poco se convirtió en la fuente principal de su dramaturgia.

“Descubrimos algo que evidentemente no es nuevo, pero que descubrimos nosotros, y es que todas las dramaturgias tradicionales se basan  en el camino del tarot, en las cuales el héroe, el personaje principal, el que se entrega a cualquier conocimiento nuevo, va a pasar por pruebas, y eso lo encontramos repetido en miles de sagas”, comenta el director.

En este montaje se narran las pruebas que atraviesa “El Viajero”, que en cada función es una invitada o invitado diferente que desconocen el contenido de la obra, lo que permite que él y los asistentes vivan una inspiradora experiencia a través de 22 retos que corresponden a los arcanos mayores del tarot.

“Son 22 artistas muy capacitados, músicos, actores, instrumentistas, bailarines, cantantes, que todos trabajamos en conjunto para que vivan la experiencia el público. No hay nadie de nosotros que sea el actor o la actriz principal, porque es el público”, enfatiza el director.

El Museo Nacional de San Carlos se encuentra en Av. México-Tenochtitlán 50, col. Tabacalera, Cuauhtémoc, Ciudad de México

La experiencia arquitectónica

Cada función de Del mago al loco se enriquece con la experiencia arquitectónica del Museo Nacional de San Carlos, un recinto poco habitual para una obra de teatro.

“Es un lugar bellísimo, además creo que es un edificio único en Latinoamérica, ir a la obra de teatro ya es una experiencia, pero ir todavía con esta producción lo magnifica. Ahora estoy seguro de que es la primera vez que la Coordinación Nacional de Teatro (CNT) colabora con el Museo Nacional de San Carlos, entonces se abren espacios nuevos con estas colaboraciones y somos como el catalizador que permite que se junten estas sinergias”, opina Valdés Kuri.

El director de teatro explica que la gestión del recinto no fue fácil en el sentido de que el Museo no tiene esta vocación de presentar artes escénicas, pero que se juntaron muchas voluntades para que esto fuera posible.

“El montaje es complejísimo, es una inversión gigantesca, ósea, le entró el INBAL, la CNT y Fundación INBAL, pero también tenemos apoyos privados como Teletec, que nos dio la iluminación, también está el Centro Universitario de Teatro de la UNAM,  Fundación BBVA, que nos dio la beca Efiartes, una cantidad de instituciones de locura, por eso digo que es un lujo que la gente no se puede perder”, expresa Claudio.

Aproximadamente, levantar el telón en cada función cuesta más de un millón de pesos, cantidad que saben que no van a recuperar con la venta de boletos. Además, de todo el tiempo invertido, como un año y medio de ensayos y seis meses de investigación profunda sobre el tarot.

“Son 18 funciones, imagínate que desproporción, o sea, es un año y medio de ensayos diarios para 18 funciones. No sale nada por taquilla, pero nada. Es realmente la intención de muchas voluntades para que se dé este fenómeno que se tiene que dar, se tienen que dar estos fenómenos, tenemos que abrir espacios para beneficios de todos”.

“Todo este esfuerzo lo vale cuando el público lo ve y vive una catarsis, un conocimiento, un descubrimiento y un asombramiento, todo eso vale la pena por este enorme trabajo. Creo que todos estos apoyos que se dan subyacen en el trabajo, y en varias calidades: la del trabajo artístico, la de poder gestionar y humana, y creo que todo eso lo percibe el público”, afirma.

Valdés Kuri opina que obras como esta ayudan a la generación de nuevos públicos, ya que las compañías no sólo deben pensar en sus producciones, sino en la creación de audiencias para beneficio de las artes escénicas en México.

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