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Un juego de emociones

Cada cuatro años, la gran mayoría vive, a lo largo de un mes, una montaña rusa de emociones que van desde la alegría y ansiedad, hasta la depresión. Los niveles de estrés aumentan y disminuyen en cuestión de segundos (y/o goles), llevando al tope todas las sensaciones. 

Y es que durante la Copa del Mundo, las personas incluso contagian sus estados de ánimo a quienes las rodean, sean o no fanáticos del futbol.

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Cada cuatro años, la gran mayoría vive, a lo largo de un mes, una montaña rusa de emociones que van desde la alegría y ansiedad, hasta la depresión. Los niveles de estrés aumentan y disminuyen en cuestión de segundos (y/o goles), llevando al tope todas las sensaciones. 

Y es que durante la Copa del Mundo, las personas incluso contagian sus estados de ánimo a quienes las rodean, sean o no fanáticos del futbol.

A pesar de que los aficionados se encuentran en las tribunas o bien, sentados frente a los televisores de un bar o de la sala de su casa, lo cierto es que viven los juegos casi como si se encontraran en medio de la cancha. 

De hecho, en este espacio se aludió a los resultados de un estudio a cargo del Instituto de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Glasgow, en Escocia, en los que se afirma que para los hombres, el futbol es como el sexo, pues el festejo de un gol causa un efecto placentero en su cerebro, activando la misma área que envía señales cuando tienen relaciones sexuales.

Durante un partido de futbol, el cerebro se estimula de manera que el sistema nervioso provoque que las emociones jueguen, suban y bajen, y tengan cambios dramáticos durante los 90 minutos que dura.

Las personas suelen comer botana, tomar alcohol y demás para calmar los nervios a flor de piel, y los niveles de estrés alcanzan su clímax. Y por increíble que parezca, esta experiencia estresante tiene un efecto “positivo” dada la liberación de hormonas.

El lado ‘positivo’ del estrés

Desde que arranca la Copa del Mundo, las personas de distintos países se unen en una ola patriótica efervescente. Y, de acuerdo al Dr. P. Barbanti, Director del Istituto di Ricovero e Cura a Carattere Scientifico (IRCCS), de San Raffaele Pisana, esa ola de emociones comienza desde la expectativa que genera este evento global.

Esto se refleja “en la motivación y la energía. A través de una activación del sistema adrenérgico simpático se crea una sensación de mayor vitalidad”, dice Barbanti.

Además, cuando llega la hora en la que se enfrentan en la cancha los futbolistas, aparece “la sensación de riesgo  y este es el punto más excitante para los seguidores, no tanto el resultado final. Está demostrado que el ‘placer de la recompensa’ es más alto cuando el riesgo es mayor (la persona no sabe si va a ganar o perder) y es mínimo en las condiciones finales (cuando ya se ganó o perdió)”, explica el neurólogo.

Otro factor clave de esta experiencia sensorial es que los partidos tienden a verse con un grupo de amigos o familiares, lo que causa que se contagie el furor de estrés positivo, según el experto italiano.

Y este mecanismo implica la liberación de la hormona dopamina, junto a la estimulación de circuitos cerebrales que afectan directamente la corteza cerebral, el núcleo estriado ventral y el núcleo accumbens (áreas cerebrales relacionadas a los impulsos).

La felicidad según el Mundial

Cuando se experimentan distintas emociones positivas, se tiende a llegar a la felicidad y la plenitud. Por ello, un estudio psicológico elaborado por investigadores de países como México, Argentina, Chile, Uruguay y España, monitorea y analiza la relación entre la felicidad y el éxito –o fracaso– de los participantes en el Mundial de Brasil 2014.

Rosa Baños, catedrática de la Universidad de Valencia y una de las autoras de este estudio, dice que el proyecto analizará “el impacto emocional que tanto a nivel individual como grupal generarán las insatisfacciones y las alegrías del Mundial tanto entre los aficionados al fútbol como entre los que no lo siguen”.

El proyecto está elaborado principalmente por las universidades de Valencia y la Jaume I de Castellón, en colaboración con la Universidad de la Pompeu i Fabra de Barcelona que, a su vez, están coordinadas por investigadores de países como Chile y Argentina.

El proyecto ya cuenta con la participación, para dar sus opiniones, de más de un millón de personas de España, Francia, Italia, Camerún y otros países de América.

Baños puntualiza que según la primera parte de este proyecto, el 50 por ciento de los argentinos que ya fueron consultados se sentirá “extremadamente feliz” si gana su selección, porcentaje que disminuye entre las personas de Brasil y España.

De hecho, los chilenos serán los “más felices” si obtienen la Copa del Mundo, y los mexicanos serían los más sorprendidos si son campeones. Los argentinos también se sorprenderían, pero en caso de perder.

Como era de esperarse, Baños subraya que el impacto positivo o negativo condiciona directamente el estado de ánimo de las personas. Y basta observar las reacciones de los aficionados en sus redes sociales para darse cuenta de los cambios emocionales que están experimentando.

“Tras un resultado positivo, podemos hasta olvidarnos de la crisis económica y hasta a gastar más”, agrega.

Y enfatiza que les “interesa conocer el efecto de esas expectativas sobre nuestro bienestar (…) si las derrotas duran más tiempo que las victorias en el estado de ánimo y que es lo que se diluye antes”.

Y es que el factor emocional es clave sobre el futbol, Baños indica que está demostrado que los equipos ganan con mayor facilidad cuando son locales, dada la influencia emocional positiva de la afición que los apoya.

No solo eso, este proyecto también analizará el estado de ánimo de las personas que están interesadas en todo, menos en el Mundial, porque “a veces, tras una victoria, hasta ellos salen a la calle a festejarla”, dice Rosa. 

Cuida tu corazón mundialista

Cuando se viven los partidos del Mundial, se recomienda que las personas tomen ciertas precauciones para evitar que su salud se vea afectada.

De acuerdo a El Clarín, el Ministerio de Salud de la Nación de Argentina, señala que “la pasión con la que se ve un partido de la Copa Mundial de Fútbol puede llevar a que las personas con antecedentes de enfermedad cardiaca desarrollen infartos o arritmias”.

Por lo que recomienda “evitar durante los partidos el consumo de bebidas azucaradas o alcohólicas y las picadas altas en grasas”.

Y un estudio publicado en la revista científica The New England Journal of Medicine, concluye que en el Mundial de Alemania 2006, cada vez que jugó el equipo local, se triplicaron las consultas médicas de hombres y se duplicaron las de mujeres.

Y durante  la Copa del Mundo de Francia 98,  en Inglaterra aumentaron 25 por ciento las hospitalizaciones por motivos cardiacos.

Expertos en la salud recomiendan que las personas que fuman no lo hagan dos horas antes, ni dos horas después del partido. Y aconsejan levantarse y caminar un poco, cada 10 o 15 minutos a lo largo del juego.

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